viernes, diciembre 30, 2005

Jorge Asís, en su última entrega del 2005, señala -especialmente para nuestra generación- la necesidad de la reconciliación nacional respecto de la guerra civil de los 70, pese a la gamberra obstinación en sostenerla como un conflicto presente por la progresía reculativa que nos gobierna. La función del pasado es pasar y, empeñándose en mantener la historia -lo sido- como presente en la memoria, y como presente romanceado donde sólo existe un bando y una sola clase de villanos, el pasado no pasa, nos piala y vampiriza. Los emboscados de ayer ganan hoy en los medios y en los tribunales las batallas que perdieron los que en aquel entonces dieron la cara. Y así ni siquiera reivindican a estos que pelearon, porque la videología dominante exige considerarlos como idealistas y perejiles. Y a quien disienta, se lo exorciza como partidario de la teoría de los dos demonios -cuyos seguidores merecen inmediatamente el auto de fe por mano de HIJOS. Curiosa teoría esta de los dos demonios, que nació refutada, ya que nadie la propuso ni defiende, sino que se plantea directamente para descalificar, como instrumento del "martillo de las brujas" que enarbolan los nuevos inquisidores. De todos modos, y aunque uno pase así por relapso, lo cierto es que la guerra, como el tango, exige dos frente a frente. Dos demonios o como se los quiera llamar.

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