martes, septiembre 29, 2009


PERDIENDO PIE EN HONDURAS





En una entrega anterior –“Metiéndose en Honduras”- especulé, a partir de unas declaraciones de Mel Zelaya en que le pedía a Barak Obama medidas de retorsión contra su país, con que se intentase constituir una nueva Santa Alianza contra el Congreso y la Corte hondureñas, con los EE.UU y la UE como partícipes. Al fin, la Santa Alianza se formó realmente, con Lula da Silva como nuevo Metternich, y el propio Zelaya, “abrigado” en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, esperando ser restaurado con gloria y majestad en su trono tropical, una vez depuestos y castigados los usurpadores. Todo con el aplauso europeo, el visto bueno del presidente norteamericano, que quiere sacarse cuanto antes este incordio de encima, y un coro de partiquinos regionales, donde descuella nuestra presidente.

Cualquier observador con libertad íntima e independencia práctica, examinados los hechos, concluye que en Honduras no hubo un golpe de torvos militares para echar a un presidente regularmente electo, sino un fallido golpe de un presidente regularmente electo para fabricarse una reelección prohibida por el texto constitucional de aplicación (art. 239). Ello llevó a un conflicto de poderes entre el presidente, de un lado, y el Congreso y la Corte Suprema por otro, que –en un país que no cuenta con el instrumento del juicio político- condujo a la destitución del titular del Ejecutivo por el Congreso, lo que fue ratificado por la Corte que, además, inició una causa contra aquél. El mismo Zelaya renunció a la presidencia y un destacamento militar lo apresó y lo expatrió de hecho, metiéndolo en un avión rumbo a Panamá. Que esto último fue contrario a derecho, también es claro, ya que correspondía, en todo caso, ponerlo derechamente a disposición de los jueces de su causa. Por otra parte, la propia constitución hondureña, en su art. 10, prohíbe que un ciudadano sea expatriado. En resumen, ante el intento del presidente de violar la constitución en cuanto quería introducir la reelección y el cese de la alternabilidad en el ejercicio del poder ejecutivo (cuya infracción en el art. 4º de la citada constitución es considerada traición a la patria), se procedió a su destitución por vía legal, incurriéndose luego en una antijurídica deportación de Zelaya en lugar de someterlo a sus jueces naturales. Así las cosas, es obvio que se trataba de una cuestión del resorte de los hondureños y que sólo estos estaban en condiciones de resolver, máxime cuando, en el próximo mes de noviembre, deben realizarse elecciones para la renovación presidencial, que el gobierno provisorio no ha suspendido ni postergado. A los demás países sólo les correspondía respetar los principios de autodeterminación y no intervención en los asuntos ajenos. No “meterse en Honduras”, expresión que en nuestra lengua significa que alguno se inmiscuye en lo que no le importa. Lo más indicado, en todo caso, era procurar, por medio de los buenos oficios diplomáticos, ya por la OEA o por los principales países de la región, que el entuerto discurriera por vías pacíficas.

Nada de esto ocurrió. La situación fue pintada por Zelaya, en versión inmediatamente recogida por los medios, los gobiernos y la propia OEA, como un inaceptable atentado a la regularidad democrática hondureña. Los “golpistas” fueron acusados de usurpar el poder por las armas y de desencadenar una persecución contra el “pueblo hondureño”, que se decía añoraba al caudillo talludo de pelo teñido bajo el sombrero ranchero, como los americanos decíamos añorar a Fernando VII, el “Deseado”, hace doscientos años. Obama, preocupado por el embrollo afgano, los bombardeos a Pakistán (treinta y siete hasta el 27/09) y por perpetrar en la cárcel de Bagram (Afganistán), a escondidas, lo mismo que salió a la luz en Guantánamo o en Abu Ghraib, encontró un alivio inmediato en condenar el “golpe” ante los micrófonos. Hugo Chávez, seguido de cerca por Evito, Correa y Ortega, celebró denostar a unos villanos que lo eximen momentáneamente de desempeñar ese papel algo fatigoso. Los capitostes de la UE festejaron encontrar un chivo expiatorio en área bananera, y contribuyeron al barullo para olvidarse un rato de sus propios problemas. Nuestra presidente, ya se sabe, de la boca y del país para afuera, compra todos los discursos propicios a las almas bellas, en la onda de los salmos edificantes que entona el bajo clero de la progresía. En fin, todo el mundo se pudo crear, a bajo costo, una buena conciencia y rehacer una virginidad a partir de unos honduqué? perdidos en el mapa de tierras calientes. Hasta la OEA, templo de la inutilidad y asiento de la ineptitud, por secretario general interpuesto desenvainó la faca y se le fue al humo a los honduritas, expulsando al país de la organización, propiciando sanciones que recaen en el pueblo afectado, exigiendo restituciones y otras demasías, que –casualmente- son del mismo tenor que las que, por resultar atentados al buen sentido, la autodeterminación y la no intervención, fueron levantadas a Cuba, por el mismo organismo, en junio de este año. Mayor coherencia, don Insulza, imposible.

Cuando Zelaya paseaba su sombrero y su tintura por diversas tribunas de la región, un poco a la manera de aquel Bertoldo medieval que buscaba un árbol para ahorcarse y no encontraba ninguno satisfactorio, y el coro se había puesto de acuerdo en la barbaridad de no reconocer siquiera las elecciones de noviembre, a las que concurre el propio partido del Mel, como si fuésemos pocos, alumbró el Brasil. O simpático malandro Zelayita apareció arropado en la embajada brasileña en Tegucigalpa, desde donde incita a la batalla final contra los usurpadores, mientras su legítima denuncia que Micheletti manda gas venenoso por las cañerías al reducto, a la manera de un Putin subtropical y, visiblemente, con escaso efecto. Hugo Chávez se parachutó sobre la iniciativa y dijo que era de él, que los bolivarianos lo habían llevado, con lo que no le hizo ningún favor a Lula, si es que los venezolanos pueden utilizar las embajadas de la República Federativa del Brasil a manera de albergues transitorios para políticos centroamericanos defenestrados. Supongamos que no es así y Huguito, como siempre exagera: va embora. Supongamos que Brasil, líder regional aspirante a quinta potencia mundial y a su sillita en el Consejo de Seguridad, salió a la cancha. Sale, pasándose por el arco de triunfo la autodeterminación de los pueblos y el principio de no intervención, a convertir su sede diplomática en tribuna de Zelayita. Sale a designar oficialmente como usurpador al actual gobierno. Sale a decir que las elecciones –el recurso para apaciguar el conflicto- no tendrán lugar. Sale a propiciar algo que se llama “intervención”, o casi mejor invasión. Crea el estado de excepción con el albergue a Zelayita y se queja después del estado de sitio como respuesta. Pero, garotos, ése es el libreto de la USA, Yanquilandia, Gringolandia o Invadoladia, como me apunta el compañero Pino Solanas. Campeones en el fútbol, desde luego. Líderes regionales, de acuerdo. ¿Pero la de Harrison Ford y Bruce Willis también? ¿Se vienen con la dirección de Tarantino? ¿Se les perdió en Tegucigalpa algún soldado Ryan de Copacabana? Pare la mano, don Luiz Inacio. Si no, ¿qué nos deja a los progres? ¿Vamos a tener que renunciar al samba, a la caipirinha y a Sonia Braga por “imperialistas”? Pare la mano, amigo Lula.-
En la imagen, estatuta de Zelaya provisoriamente trasladada

sábado, septiembre 26, 2009


RECADITO EN LA OREJA PARA LADY CRI-CRI




"Por eso nos ha sido forzoso soportar estos años que hombres [y mujeres] tan primari@s , colocados por la Fortuna, que es la musa de lo político, al frente de grandes pueblos, se permitiesen adoctrinarnos sobre todas las cosas en apotegmas que eran una extraña fusión del teorema y del ukase".



Esto lo dijo Orteguita; ya saben, no el Burrito que intenta levantar a Ríver, ni el senador (MC) Palito, sino el otro, el anterior, el de la Revista de Occidente y todo eso. Y, en el mismo texto (De Europa Meditatio Quaedam), agregó: "en política, vivir al día es casi inevitablemente morir al atardecer, como las moscas efímeras". Bueno, pero que no nos arrastre en su óbito el efímer@. Digo, por si las moscas...

martes, septiembre 08, 2009


POR PURO ESPÍRITU DE CONTRADICCIÓN





En la línea del título, inserto esta curiosa imagen que proviene de la calles de Nueva York

JOSÉ ANTONIO Y EL FUSILAMIENTO MEDIÁTICO



Ahora resulta que un abogado, ex integrante del Consejo de la Magistratura, pide la remoción de mi viejo amigo Eduardo Vocos Conesa porque, en un aviso fúnebre dedicado a Mohamed Alí Seineldín, citó aquello de José Antonio acerca del "laconismo militar de nuestro estilo" y "Dios le dé el descanso eterno y a nosotros nos lo niegue", etc. etc. He visto por C5N la consabida retahila: un antidemocrático dictador español (¡seguir confundiéndolo con don Miguel, a estas alturas de Internet!); hombre que estaba contra el voto de la mujer; admirador de Hitler y Mussolini, etc. Me viene a la memoria pecadora una frase del mismo José Antonio: "lo que no cabe en sus estrechas cabezas creen que no puede existir" (creo que es de "La Hora de los Enanos", pero mi memoria no es tan buena como en aquellos lejanos tiempos en que transitaba las "Obras Completas" que, entre paréntesis, no eran tan completas).


Para ese vulgo municipal y espeso que acude en jauría cuando de morder a un hombre solo se trata, no voy a dedicar párrafos míos, sino rescatar voces sobre José Antonio nada complacientes con Franco.


Comienzo con Rosa Chacel, gran novelista exiliada durante el franquismo:


Ayer, al pasar por los puestos de libros del Cabildo, vi unos cuantos libros españoles, de la España actual… ¡Lagarto, lagarto!... Sin embargo, me compré nada menos que las Obras Completas de José Antonio. Hacía mucho tiempo que quería leerlas y.......llegué a casa y me leí de un golpe trescientas páginas. Es increíble. Dos cosas son increíbles; una que todo eso haya podido pasarme inadvertido a mí, en España, y otra que España y el mundo hayan logrado ocultarlo tan bien. Porque no me extraña que llegaran a matarle: estaba hecho para eso, para que después de muerto se haya hecho el silencio sobre su caso… Era difícil y expuesto por la gran confusión en torno.........Fenómeno español por los cuatro costados […]. Despertad, sacudid a uno de esos ciegos y será capaz de mayor abnegación, pero mientras viva ofuscado por su propio brillo, activado por su propia hambre, no esperéis que dialogue con el prójimo, conformaos con poder evitar que lo devore. Hay que estudiar esto en Unamuno, en Ortega, en José Antonio, su reflejo o espectro. En lo que quedó de ellos, en quienes les fueron afectos y en quienes les execraron sin comprenderlos o, lo que es peor, comprendiéndolos y temiendo –por pereza, por miedo o por inepcia– lo que ellos exigían.”


Y ahora recordaré a un gran político de la II República, Indalecio Prieto:


Cuantos me reprochaban las defensas de ese joven impetuoso y bien intencionado, conocen mi respuesta. Es que también le debía la vida, porque él y su gente me custodiaron hasta mi domicilio, una noche en que algunos, que se decían correligionarios míos, habían acordado ‘abolirme’. Ya conoce V.E., por escrito, el episodio. Son páginas personales que dicen muchas cosas.”“Data de muchísimo tiempo la afirmación de que en todas las ideas hay algo de verdad. Me viene esto a la memoria a cuenta de los manuscritos que José Antonio Primo de Rivera dejó en la cárcel de Alicante. Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizá fueran fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían la pena de ventilar en el campo de batalla. La confrontación de ideologías, que no se hizo entonces, debe hacerse ahora. Porque es necesario un esfuerzo generoso en busca de puntos de concordia que hagan posible la convivencia, tratándonos como hermanos y no peleando como hienas”


Traeré en este punto a Jordi Pujol, que aún vive:


Mire, sé que la cita es un riesgo, pero uno de los que entendió mejor, y en circunstancias muy difíciles, el catalanismo, fue José Antonio Primo de Rivera”


Aporto a un notable anarquista que anduvo en nuestra tierra, Diego Abad de Santillán:


"A pesar de la diferencia que nos separaba, veíamos algo de ese parentesco espiritual con José Antonio Primo de Rivera, hombre combativo, patriota, en busca de soluciones para el porvenir del país. Hizo antes de julio de 1936 diversas tentativas para entrevistarse con nosotros. Mientras toda la Policía de la República no había descubierto cuál era nuestra función en la FAI, lo supo Primo de Rivera........españoles de esa talla, patriotas como él, no son peligrosos ni siquiera en las filas enemigas. Pertenecen a los que reivindican a España y sostienen lo español, aun desde los campos opuestos, elegidos equivocadamente como los más adecuados a sus aspiraciones generosas. ¡Cuánto hubiera cambiado el destino de España si un acuerdo entre nosotros hubiese sido tácitamente posible, según los deseos de Primo de Rivera!”



Podría seguir, e incluso referirme a la amistad entre José Antonio y Federico García Lorca. Dejo aquí. José Antonio, como tantos otros sacrificados en aquellos años terribles del siglo pasado, debe ser defendido tanto de sus antiguos panegiristas como de los chacales de siempre. Incluso, hoy, de la sórdida videoignorancia nacional.