lunes, enero 05, 2009





GAZA Y VARSOVIA




Notable y paradójico resulta que la operación “Plomo Fundido”, que están llevando a cabo desde el 27 de diciembre de 2008 las fuerzas armadas israelíes (la Tzahal) contra los integrantes del partido Hamas y, colateralmente, contra la población asentada en la Franja de Gaza, ofrezca una notable semejanza con la represión efectuada entre enero y abril de 1943 por el ejército alemán contra los insurrectos del gueto de Varsovia. En ambos casos, encontramos poblaciones obligadas a vivir apiñadas en estrechos espacios, cercadas por fuerzas militares, condenadas a carecer de comodidades mínimas, servicios elementales, techo y comida regulares. En uno y otro caso, gueto o Franja, los allí confinados eran considerados como individuos privados de derechos elementales y que podían ser objeto de indiscriminadas represalias o de traslados brutales. En ambos casos, también, se conformaron entre los asediado organizaciones tanto de ayuda interna como de lucha bajo molde partisano contra las fuerza de bloqueo. En ambos casos, también, surgieron para esa lucha dirigentes que conformaban una élite cultural. En el gueto de Varsovia padecieron poetas, dramaturgos, músicos, críticos literarios de fina formación. En Gaza –y me detendré en este punto por ser menos conocido-, uno de los jefes de Hamas que junto con su mujer y tres hijos murió bombardeado en su casa –pese a estar advertido del ataque-, Nizar Rayan, era un distinguido historiador y académico, profesor en la Universidad Islámica de Gaza y autor de un best seller sobre la vida del Profeta: “Medina se torna Oscura”. Los misiles que llevaron su vida destruyeron también su biblioteca de diez mil volúmenes. Mahmud Zahar, único sobreviviente de los fundadores de Hamas (1988) es un notable especialista en tiroides y fundador de la Palestinian Medical Society. El “gobernador” por Hamas de la Franja, Ismail Haniyeh, es, a la vez, rector de la Universidad islámica y el principal líder en el exilio, Jaled Meshaal, un físico con notable presencia académica. Nadie tiene el monopolio del sufrimiento, nadie es la “Humanidad” (y quien la invoca quiere engañar, como anotaba Proudhon) y la serpiente de los acaparadores de la moral se suele morder la cola. Todo empezó cuando se quiso hacer cesar una diáspora produciendo otra...