jueves, febrero 28, 2008

¿PRESIDENTA O PRESIDENTE?

Digo y escribo "presidente" y no "presidenta" porque se trata de su sustantivo que es, a la vez, participio presente de un verbo -"presidir"- y, en ese caso, no corresponde hacer el femenino en "a". Nadie dice que Fulana es la "amanta" de Zutano ni que Perengana es "residenta" en el hospital Mengano. Ya sé, que la Real Academia...pues menfichifismo y menefreguismo con ella y que vaya a tomar por saco. Que no se estila, ya sé que no se estila
LOBIZóN

Nuestra presidente va a ser madrina del séptimo hijo varón de una familia de La Plata. Quiere hacer rever -dicen- el decreto 848/73 por el cual don Juan Domingo recogió esta tradición del padrinazgo presidencial. El presidente manda un representante, una medalla y un diploma. Generalmente, les becaban los estudios. Pero señala la norma, con buen criterio, que ello no crea derechos ni beneficios para el ahijado o los familiares. Lady Cri Cri promete cambiar esto, sin parar en barras. Darles más. Pero estas minidemagogias para la foto poco importan.
Lo que sí tiene miga es el origen de esta costumbre del padrinazgo presidencial. Parece que el primero que lo solicitó fue un inmigrante ruso, en 1907, cuando Figueroa Alcorta era gobierno. Lo hizo porque los zares lo hacían. ¿Y por qué lo hacían? Para evitar que el séptimo se convirtiese los viernes en lobizón -se "emperrase", como decían los paisanos. El lobizón, nuestro hombre lobo, nos llega, pues, en una leyenda de origen europeo, probablemente asociada a casos de licantropía.
Lady Cri Cri contra el Hombre Lobo: las vueltas de la vida.

martes, febrero 26, 2008

ARIK SHARON

El 4 de diciembre de 2006 un ataque postró en coma profundo a Ariel Arik Sharon, general de costumbres algo carniceras. Permanece en ese estado, esto es, mantenido en vida artificial hasta hoy, cuando se anuncia que cumple 80 años. Ni Franco, ni Tito, ni ninguno de los líderes políticos mantenidos en vida por un tiempito luego de pasar literalmente al otro barrio, a causa del trastorno dejado por su hueco, pueden igualar esta marca: un año y dos meses y medio de caudillo político vegetal. Nadie levanta la voz contra esta monstruosidad, delito de lesa humanidad si los hay, aunque sea un verdugo el que lo sufre.

Transcribo, a continuación, un comentario aparecido en el diario madrileño ABC en tiempos de su internación


La evacuación de Gaza propició su paseo triunfal por la alfombra roja de la ONU. Pero sus planes para Cisjordania son tan duros como su controvertido pasado
J. CIERCO JERUSALÉN.
«Nos vamos de Gaza (no se fueron del todo, sigue bajo su control el espacio aéreo y marítimo) para quedarnos con Cisjordania». Aquellas palabras al diario Haaretz de Dov Weisglass, particular, intransferible y personal ministro de Exteriores en la sombra de «Arik», unos meses antes de llevarse a cabo la histórica evacuación de los colonos y la salida de los soldados israelíes de aquel territorio ocupado desde 1967, son sacadas a colación por cualquier interlocutor palestino al preguntársele si la desaparición política de Ariel Sharón cerrará de golpe y porrazo en la región la puerta a la esperanza y quién sabe si a la paz. Mucho antes de caer gravemente enfermo, el primer ministro de Israel, otrora «monstruo de tres cabezas perdido en el desierto», se había convertido en el principal bastión a una solución negociada en la región.
De no pisar la sede las Naciones Unidas, paseaba «oscarizado» por su alfombra roja antes de recibir el aplauso sincero de parte de la comunidad internacional, no de la musulmana. Queda dicho lo histórico de la evacuación israelí de la Franja mediterránea de este verano pero también, por boca de Weisglass, y por los hechos consumados, tan tozudos y «malintencionados» ellos, que un futuro bien distinto, y no precisamente pacífico, le aguardaba a Cisjordania.Sin bucear demasiado en su pasado, basta hacerlo en el presente, algunos de esos hechos consumados, de las políticas de «Arik», de la estrategia avanzada para después de las elecciones del 28 de marzo en las que pensaba arrasar, dejan bien a las claras que esa paz que algunos analistas olvidadizos asocian a la oronda figura de Sharón era o sería demasiado particular, personal, sionista. Bastan algunos ejemplos, que no todos.
Desde su llegada al poder en 2001, también después de la evacuación de Gaza, no se ha detenido la anexión de Jerusalén Este y de los asentamientos cercanos al Estado, cuya capital, no reconocida por la comunidad internacional, seguirá siendo «eterna e indivisible» por mucho que la reclamen los palestinos.
El primer ministro hebreo, ya en campaña con su nuevo partido, Kadima, hablaba de realizar una vez más concesiones dolorosas en Cisjordania, habitada por 250.000 colonos judíos (más de 400.000 si se suma el Este de Jerusalén) y poblada de bloques de asentamientos, verdaderas ciudades en territorio ocupado. Así, Sharón apostaba por evacuar en principio las colonias aisladas y de difícil y cara protección militar, manteniendo las otras, la gran mayoría, lo que haría imposible la creación de un Estado palestino viable, contiguo y continuo. A ello habría que sumar el muro ilegal que se construye en parte de territorio ajeno. Todo con el objetivo de crear lo antes posible y de manera unilateral las nuevas fronteras de Israel. Hecho consumado que luego será el principal escollo en una negociación imposible entre las partes.Sin olvidar el control garantizado de Israel de los principales acuíferos de la zona; de los espacios aéreo y marítimo de Gaza; de la intensificación de la colonización, en contra de aquella Hoja de Ruta, parida bajo la anestesia israelí (14 de sus puntos clave fueron rechazados por Tel Aviv) y enterrada con el año que acabamos de comenzar, aunque nunca asomó demasiado la cabeza de la trinchera.
Por no hablar de los refugiados palestinos de regreso utópico; de los presos liberados a cuentagotas mientras otros activistas son encarcelados a puñados; de la conexión desviada entre promesas incumplidas entre Gaza y Cisjordania; de la libertad militar israelí para regresar, por razones de seguridad, al mismo sitio del que marcharon, como lo muestra la creación de una zona de seguridad en el norte de la Franja para tratar de evitar el lanzamiento de cohetes «Qassam».
Sharón, postrado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Hadassah de Jerusalén, no es el mismo que aquel general de hace décadas, pero sus planes de paz no se parecen tampoco demasiado a lo que estos días se repite, aquí y allá, sin prudencia alguna y con evidente ceguera.

lunes, febrero 25, 2008

MILAGRO ARGENTINO

En todas partes, según la frase socorrida, los salarios suben por la escalera y los precios por el ascensor. Con mayor o menor brecha entre unos y otros, tal ocurre en casi todo el globo. Salvo aquí, en nuestro país. Si tomamos el IPC según el INDEC para 2007 (8,5) y lo comparamos con los aumentos conseguidos en los convenios colectivos (piso del 12,5), se verá que, a la inversa, los precios se fatigan en la escalera y los salarios los saludan desde el elevador. Esto ya aparece más notable para el 2008, ya que las huestes del Hoffa nativo -Moyanito- han obtenido un piso del 24% real de aumento, mientras que los precios han quedado más abajo, sin aliento. Es uno de las tantas manifestaciones del milagro argentino, obtenido por nuestro bipersonalista gobierno: dos cabezas (una mejor peinada que otra), cuatro ojos (bueno, es un decir) y una sola voluntad. Nos sobrevuela un águila bicéfala (ya sé, transo en un carancho bicornuto).

miércoles, febrero 20, 2008

¿Es sólo feo el «arte» de hoy?
¿O es también criminal?


Javier Ruiz Portella
El Manifiesto
«Pues a mí no me gustan nada estas sillas». «¡Qué feas!» «¡Menuda chorrada!» «¡Para desternillarse, oiga!» «O para llorar»… Así dicen todos (toda la gente decente, quiero decir). Pero ahí se acaba todo –y ahí empieza el drama–. Porque el drama, lo verdaderamente angustiante, no está entre quienes destruyen el arte, asesinan la belleza. ¿Qué angustia pueden éstos despertar? Sólo la de no tener bastante fuerza para acabar con tanta impostura (cerrando por ejemplo ARCO, ni que decir tiene). Lo realmente inquietante no son ellos, sino quienes ven estas sillas y, haciendo una mueca, exclaman: «¡Uy, qué feo!»… pero nada más. Lo que de verdad es inquietante es toda esta gente (¿usted mismo, tal vez?) que detesta sinceramente semejante inmundicia, pero jamás se lanzaría a la calle para acabar con toda la mucha que nos ahoga.
Porque no les ahoga: éste es el problema. Sólo les molesta. Porque les parece que la degeneración del arte está muy mal, sí…, pero tampoco es lo esencial, ¡vamos a ver! La gente decente está convencida de que, por más que se acabe el arte, tampoco se acaba el mundo; cree que hay cosas infinitamente más importantes contra las que sublevarse, cosas que realmente ahogan. Como el paro, por ejemplo, o los precios de la vivienda, o el separatismo que aniquila a España, o la destrucción de la naturaleza, o la estupidez de la publicidad, o todo este ingente Supermercado en que se ha convertido el mundo… Males obvios, grandiosos (¿los negaré yo, que no hago otra cosa que denunciarlos?), males derivados en últimas de la misma causa de la que arranca la muerte de la belleza; pero males al lado de los cuales la destrucción del arte, la liquidación de toda gran cultura, no estremece el corazón, no arranca la indignación, la ira, la rabia de nadie. Sólo ese rechazo: «¡Uy, qué feo!».
¿Por qué? ¿Por qué ninguna persona decente mueve un dedo (o casi: pienso, por ejemplo, en Fernando Sánchez Dragó y otros amigos con quienes nos manifestamos una vez contra el «Cubo» de Moneo)? ¿Por qué nadie mueve un dedo? Por la sencilla razón de que todo esto «son cosas de intelectuales y artistas», se cree… Porque el arte y la cultura están muy bien, ¡oh, sí!, ¡es tan bonito!…, pero lo que hace vivir –piensa la gente decente– no es el arte o la cultura –salvo si ésta aporta saberes técnicos–.
Principio primero del mundo moderno: ni el arte ni la cultura son fundamento de la vida, pilar del mundo. Sólo constituyen su adorno, su embellecimiento –exquisitos, excelsos, eso sí–. Todos –derechas, izquierdas, curas, comecuras, ateos, creyentes, agnósticos, gentes de orden, gentes de desorden, dogmáticos, demócratas, conservadores, socialistas, liberales, indiferentes…– todos se llenan la boca proclamando la grandeza del arte y la cultura. Quieren decir: la grandeza «estética» del arte; la grandeza «intelectual» de la cultura: estas cosas que, emplazadas ahí, en una franja dorada de la sociedad, nadie considera que estén o deban estar clavadas en su corazón mismo.
Nietzsche (Heidegger también) es uno de los pocos que las ve clavadas ahí, en el ser más hondo de las cosas. «Tenemos el arte –dice– para no perecer a causa de la verdad». ¿Qué «verdad» es la que nos hace perecer? La pretendida verdad de la ciencia, de la razón (o, desde otro punto de vista, de la religión). No sus verdades puntuales, concretas: su pretensión, en cambio, a la Gran Verdad; su convencimiento de que el mundo está fundado en Razón (o en Revelación). Lo que nos hace perecer es la idea del mundo como esa intrincada pero implacable telaraña de causas y efectos que, emanando de un Principio primero, da causa y razón de todo cuanto es.
Sucede todo lo contrario con el arte (hablo del arte: no de la basura). El arte no busca ninguna Causa última, ningún Fundamento, Razón o Revelación. El arte deja que, entrecruzándose sensaciones, entreverándose emociones, las cosas fluyan, se manifiesten en todo su lujurioso aparecer… ¿En su «aparecer»? ¿En su apariencia, pues, inmediata y superficial? No, todo lo contrario. Nada tiene que ver el arte con la apariencia anodina, fútil, de las cosas. Si algo no es el arte –si algo no era…–, es superficial, frívolo, vano. La hondura constituye, por el contrario, su estremecida ley. Toda su grandeza, en últimas, consiste en mostrarnos a la vez, entrelazadas, la apariencia y el trasfondo mismo de las cosas.
Pero ¿cómo explicarlo? ¿Qué pueden decir las palabras, si alguien se planta ante Las Meninas, ante el Partenón, ante el David de Miguel Ángel; si alguien escucha la Novena de Beethoven; si alguien lee la Ilíada… y sólo siente un exquisito «placer estético»? ¿Qué hacer si, ante el impacto de la «belleza» (llamémosla así), si ante ese puñetazo que te asesta ahí, en medio del corazón, la cabeza y el vientre, alguien no se estremece, no siente que todo –todo lo esencial– se encuentra de pronto ahí, como condensado en su esencia misma… y como escabulléndose, sin embargo, sin cesar? Todo: dichas y desdichas, vida y muerte, luces y sombras; todo el sentido y el sinsentido de esa embriagadora tarea de hombres –sólo a nosotros está dada– consistente en existir cara a la muerte.
El arte: lo que infunde aliento y fuerza a la vida, lo que hace que ésta no se reduzca a un biológico vegetar. Y nosotros, ¡maldita sea!, precisamente nosotros que, para vivir, tenemos más necesidad del arte que nadie; nosotros que –muerto Dios– somos los primeros que, desde hace dos mil años, podríamos volver a vivir embriagados con grandeza cara a la muerte; nosotros que, caídos los velos, sólo tenemos el arte y la grandeza de nuestra estirpe para no diluirnos en la nada…, ahí estamos: tan desgraciados, que no se nos ocurre mejor cosa que repudiar la idea misma de estirpe, devastar toda grandeza, aniquilar el menor hálito de belleza… (O regodearnos «estéticamente» en la belleza muerta, enterrada en museos, del pasado: hoy ya no queda otra).
Ahí estamos nosotros, los primeros hombres (¿tenemos aún derecho a llamarnos «hombres»?) que en el lugar de la belleza –dejémonos de eufemismos– colocamos… la mierda. Jamás nadie había perpetrado nada igual. Jamás: desde que hace unos quince mil años, allá en las cuevas del Paleolítico, empezó la gran aventura. Pudo haber períodos, es cierto, en que la gran llama creadora de Occidente menguó considerablemente: pero a nadie, ni en Occidente ni en Oriente, se le ocurrió jamás destrozar expresa, sistemática, empecinadamente el arte. ¿Se entiende ahora que las mamarrachadas expuestas en ARCO o donde sea no constituyen en absoluto un asunto de «belleza» o «fealdad»? ¿Se entiende ahora que constituyen un asunto de vida o muerte?
Cuando ésta acecha (pero sólo ocurre con la muerte que amenaza al cuerpo), la policía suele tomar cartas en el asunto, cerrar las guaridas de los criminales, impedir que éstos perpetren sus fechorías. Ni en sueños (salvo en caso de negociar la rendición ante ciertos terroristas) se les ocurre a las autoridades subvencionar sus crímenes. Con los asesinos de los que aquí hablamos –los del arte– sucede, sin embargo, exactamente todo lo contrario. Ni siquiera la gente decente los considera tales.
P. S.: Y para dar fe de que, minoritario, marginalizado, ninguneado, aún existe, pese a todo, un auténtico arte en el mundo contemporáneo: Una reivindicación del arte figurativo, contra la tiranía de la abstracción


(Elementos para una discusión)

martes, febrero 19, 2008

ENTRE THEMIS Y LESBOS


El CGPJ suspende en sus funciones al juez Calamita por retrasar la adopción a una pareja de lesbianas
EP. MADRID
La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial decidió hoy por tres votos contra dos suspender cautelarmente en sus funciones al juez de Murcia Fernando Ferrín Calamita, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Murcia (TSJM) admitiera a trámite la querella que presentó una mujer contra él por retrasar "de manera maliciosa" el expediente para conseguir la adopción de la hija biológica de su compañera sentimental.
La decisión se ha acordado con el voto favorable de los vocales pertenecientes a la minoría denominada "progresista" en el Consejo, Luis Aguiar, Juan Carlos Campo y Fernando Salinas, que actuó hoy como presidente de esta comisión. Votaron en contra los "conservadores" Carlos Ríos y Enrique López.
El Consejo suele suspender en sus funciones a los jueces que son investigados en una causa cuando ésta ha sido instada por la Fiscalía, pero en el caso de Calamita, la querella por "retardo malicioso" se ha incoado a instancias de parte. En el fondo del debate de este asunto se encontraba el interés del Consejo por evitar que la interposición de querellas contra jueces se utilice como "vía rápida" para apartarles de un asunto cuando así interese a una de las partes.
No obstante, en este caso ha primado el interés por apartar a Ferrín Calamita de su función jurisdiccional mientras se resuelve la causa penal abierta contra él.
ABC Madrid 19/2/08
FIDEL CASTRO II



Logró un prodigio jamás alcanzado por gobernante alguno en América Latina y del que pueden preciarse escasísimos gobernantes en la larga y tumultuosa historia de la humanidad: gobernar a plenitud, de la manera más omnímoda y despótica imaginable, sin graves contratiempos y ni una sombra de competencia o alternativa durante cuarenta y nueve años. Medio siglo. Usando el garrote y la palabra, la metralla y la fascinación de su exhuberante personalidad. Una proeza verdaderamente bíblica. Si viviéramos en tiempos remotos, se le hubiera podido parangonar con Matusalén. O Salomón, el sabio. O Atila, más cercano a nosotros.
Tomó el poder en plena guerra fría y a escasos kilómetros del corazón del último imperio más poderoso conocido por la humanidad. Y en un despliegue de talento, astucia, perseverancia y habilidad sin límites blindó la pequeña isla del Caribe que le sirviera de escenario a la napoleónica exhibición de su inescrupulosa ambición como para que le sirviera de fortaleza y campo de experimentación a sus delirios. Talvez sea esa su más profunda contradicción y la mayor frustración imaginable para una vida destinada a alcanzar las alturas de un reinado extenso y vasto como el de Alejandro: fue un monstruo cuaternario, perverso e inconmensurable condenado a desplegarse dentro de un caparazón minúsculo, estrecho y asfixiante.
Hizo cuanto estuvo a su alcance para trascender los estrechos límites de su Barataria. En una desmesura sin par pretendió exportar su revolución y apoderarse de todo un continente para, desde allí, intentar la conquista del universo. Para lo cual debió enfrentarse no sólo a los Estados Unidos sino a los otros dos grandes poderes imperiales del planeta: China y la Unión Soviética. Tuvo el carisma, la tenacidad y la osadía como para intentarlo. Empujando de paso a varias generaciones a la hoguera del sacrificio ritual en homenaje a su megalomanía. Tantas generaciones sacrificadas en vano no le sirvieron de nada. Fue el artífice de una hecatombe: medio siglo de esfuerzos perdidos para un continente hoy sediento de sensatez, de paz y sentido común.
Genio de la manipulación mediática y mago de la impostura, logró vender su proyecto revolucionario a la inefable progresía mundial gracias a delirantes cifras estadísticas que maquillan una realidad pavorosa: Cuba es superada en ruindad, pobreza y miseria sólo por Haití. Pero en el colmo del realismo mágico convirtió a su hacienda privada, Cuba socialista Inc. en la principal exportadora de médicos o paramédicos, alfabetizadores y preparadores deportivos del tercer mundo. Rizando el rizo del absurdo y gracias a la fascinación que ejerciera sobre el teniente coronel Hugo Chávez, ha elevado a su pobre isla a la categoría de nación exportadora de petróleo.
Ha renunciado al Poder. En otras palabras: Castro, el tirano, ha muerto. Nos deja en herencia el despojo de Fidel, el revolucionario, para ser incinerado en el altar de la inmortalidad. Ya era hora.
CASTRO HA MUERTOAntonio Sánchez García
FIDEL CASTRO

"Fidel lascia dopo un solo mandato" Giuliano Ferrara
Ex praeterito praesens prudenter agit ni futurum actionem deturpet


Desde el pasado el presente prudentemente actúa para que el futuro no arruine la acción


Cuando leí este lema que Tiziano pone en su Alegoría de la Prudencia (está en la National Gallery) pensé que era la síntesis más profunda sobre la frónesis. Hoy, aquí, al borde del río marrón, con pasado borroso, presente encharcado y futuro vidrioso, la verdad, muchachos, no sé qué pensar.

lunes, febrero 18, 2008

KOSOVO II

Un amigo, practicante de férreos peripatos, me plantea: si bombardeando Belgrado se obtuvo la independencia de Kosovo, un buen bombardeo en Madrid bastaría para lograr la independencia dle País Vasco y otro sobre Londres conseguiría la emancipación de Irlanda del Norte. Oh delicias de la razón razonante.
KOSOVO, PROTECTORADO EUROPEO



La "independencia" de Kosovo contradice uno de los principios básicos del mundo de la posguerra: no se reconocerá a una porción que se segregue unilateralmente de un país soberano. La resolución 1244 de la ONU, que se ha tomado por los kosovares para fundamentar su proclamación, dice todo lo contrario: debería integrar, en federación, la Serbia que sucedió a la antigua Yugoslavia. Es un "Estado" que no tiene ejército, policía, jueces propios y ni siquiera bandera (abrieron un concurso para proveerse de una). Lo preside un jefe terrorista (su organización, la UCK, fue declarada terrorista por la UE y los EE.UU y responsable de matanzas de serbios, en 1999, luego de que las tropas de ese país se retiraran). Se asienta sobre el sacrificio serbio: recuérdese la "injerencia humanitaria", los bombardeos de Belgrado, el ataque con proyectiles con uranio empobrecido, etc. Claro, no era Bush el malo, sino Clinton el bueno el que ordenó todo esto. La UCK, como las FARC, cambió su ideología por el negocio de la droga, al que agregó la prostitución. Nace en el siglo XXI un protectorado de la NATO, de religión islámica, con ejército de cascos azules y policías y jueces provistos por los europeos. donde la bandera de las barras y estrellas es una de las más celebradas. Serbia no puede aceptar esta independencia y Rusia la apoya en su rechazo: conflicto en puerta.
Y nosotros, argentinos, ¿no pensamos que, bajo el paraguas de la UE, mañana puede proclamarse la Falklands Republic, integrante de la Commonwealth, citando el leading case kosovar? Nosotros, qué joder, estamos muy ocupados defendiendo Ñandubaysal de los malos olores botníacos. Lo importante es lo importante.
HORTENSIO JAZMíN II

Julio Cobos, nuestro criptovice, me trae inmediatamente a la memoria la figura de don Hortensio Jazmín Quijano, también radical él, y vice de Perón, fallecido en 1952. Lo que diferencia al correntino Hortensio del mendocino Julio es que el primero, al menos, tuvo el buen gusto de morirse -dejando, de paso, la vicepresidencia abierta a otro mendocino de no feliz memoria, el almirante Tesaire. Julito, Dios lo guarde, no muestra signos de igual delicadeza.
NOTAS AL PIE DE PERÓN

Creo que fue Whitehead el que dijo aquello de que la filosofía occidental se resumía en unas notas al pie de Platón. Habiendo nacido en 1945, mi vida política se reduce a unas notas al pie de Perón. Ahora, el Sacristán de la progresía abandona el sueño trasnversalista y se propone reconstruir el PJ desde el poder -desde el cual fue creado, digamos de paso. El peronismo, única realidad de nuestra política -el resto son comentaristas o alguna desubicada Casandra, como Lilita- se especializa en rejuntar poder (Lavagna, Narváez, los intendentes, los radicales K, etc.), esto es, potestas. Pero en él, y en la Argentina toda, se carece absolutamente de auctoritas, algo muy grave y con pronóstico ominoso.