viernes, enero 20, 2006

He leído que se prepara una versión de Superman y ha surgido un problema no pequeño. Al parecer, el bulto o paquete del nuevo actor que encarna al superhéroe sobresale ostentosamente en su calzoncillo exterior. Produce algo así como un escabel donde cómodamente puede encajar Lois Lane en sus vuelos de acompañante, en lugar de ser llevada en brazos, como hasta ahora. Resultaría cruel cercenar in loco al actor, como a un Farinelli siglo XXI, y por eso se ha recurrido a la computadora para disminuirle virtualmente la protuberancia. Ahora bien, si el Imperio y Occidente se avergüenzan del tamaño de la verga de su superhéroe y lo retajan de modo simbólico, otra vez afirmo que corren malos tiempos. El recorte suena casi como un Munich y, por lo tanto, semeja el pórtico de algún nuevo enfrentamiento feroz.

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