domingo, junio 25, 2006

La BBC transmite los partidos del Mundial a imagen pura, sin relatores ni comentaristas, con el único acompañamiento del sonido ambiente. Maravilloso ingenio british. ¿O la televisión no debiera ser pura imagen? En los relatos habituales de los partidos en la tele sigue triunfando, agazapada, la radio. Por ejemplo, el gol modélico de Maradona a los ingleses en el 86 (el segundo, no el de la mano), a pura imagen, como lo suelen repetir a veces, es maravilloso. Cuando se escucha el relato, se ve que la maniobra incluso sorprendió al relator. Y aunque Víctor Hugo Morales, gran narrador indudablemente, haya colocado luego lo de "barrilete cósmico", etc. etc. (algo cursi, en fin, pero cómo relatar sin cursilería), la sola imagen de esa maniobra perfecta con la pelota atada al pie izquierdo dice más que cualquier palabra, que cualquier mediación. La vieja radio, la broadcasting con el relator olímpico Alfredo Aróstegui y los comentarios de Félix Daniel Frascara, o el familiar Fioravanti, o la voz de sótano de Bernardino Veiga, o las simpáticas guarangadas de Lalo Pelicciari, que presumo era oriental... Creaban el mundo, dibujaban imágenes, televisaban con la palabra. Extraños tiempos aquellos. Aprendí el fútbol antes con la voz que con la vista y, cuando fui por primera vez a una cancha, me pareció encontrarme ante otro juego completamente distinto, agradable, pero distinto. Los jugadores no "subían" y "bajaban" como contaba Aróstegui, lo que permitía suponerlos jugando simultáneamente en una serie de campos superpuestos. La radio quedó prendida al relato futbolero y se perpetuó en la galaxia McLuhan. Salvo para el ingenio de la BBC. No hay caso, Britannia rule the waves.

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