miércoles, febrero 15, 2012

¿DE QUÉ LADO ESTA LA HYBRIS?




El viejo Catón decía ya en su tiempo que los griegos eran una "raza vil e indisciplinada", propicia a "la lujuria y el descontrol" y prácticamente incorregibles, como habría de afirmar Borges mucho más tarde, con esa verdad que a veces envuelve el sarcasmo, de los peronistas o de quienes se llaman tales (opnis: objetos políticos no identificados en el tiempo presente). Lo mismo van a decir el resto de los italianos y muchos extranjeros de los napolitanos (Nápoles, urbe griega por excelencia, donde Dieguito triunfó y le cortaron las piernas). Grecia ingresó en la Unión Europea no como una economía sino como una bandera: cuna de la filosofía y de la reflexión sobre la política; guardia oriental del continente al cual dio el nombre y defendió de los bárbaros; custodia de una escritura que se ha resistido al alfabeto latino y de un cristianismo ídem; inventora del Sirtaki donde se lució un latino mexicano disfrazado de grecio, etc., etc. Estas cosas se computaron en la partida doble que dio lugar al ingreso de Grecia, considerándola todavìa acreedora en bienes inmateriales.  Ya sé que hoy, para el rating de  las dúplices agencias de riesgo los griegos son unos vagos perdidos, que cobran por no hacer nada, panza arriba mirando pasear el sol y haciendo entre siestas de sementales distraídos con turistas embaucadas. Pero a ese pueblo no se lo puede tratar así como así violando algo que ellos nos enseñaron: el límite que marca la justicia cósmica de la que los dioses -y Némesis especialmente- son guardianes:  el nec plus ultra del exceso, de la desmesura, de la hybris.  ¿Asistiremos mañana  al cachetazo del retorno nemético?   Esperar y ver.

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