miércoles, enero 28, 2004

DEL VELO ISLÁMICO Y SUS CONTORNOS
La cuestión del velo islámico en la escuela pública, tal como se presenta actualmente en Francia, muestra, ante todo, la limitación del proyecto republicano laicista que pusiera en funcionamiento, a fines del siglo XIX, la ley de Jules Ferry, que a su vez diera lugar, entre nosotros, a su homóloga, la ley 1420. La dimensión sacra, religiosa, quedaba fuera del ámbito de la escuela republicana, que infundía a los alumnos, por otro lado, una especie de "religión civil" sobre la base de los símbolos patrios, único elemento cohesivo que se consideraba legítimo. Entre nosotros funcionó exitosamente hasta los cincuenta del siglo XX. El precio de la cohesión así obtenida era la renuncia a las particularidades de cada uno de los grupos incorporados a la escuela republicana. En otras palabras, la uniformización, representada emblemáticamente en los "blancos delantales" que llevábamos los chicos de entonces. Por un lado, se ponían entre paréntesis momentáneos las diferencias sociales, y esto era bueno, como puede atestiguar cualquiera que lo haya vivido y lo compare con el aislamiento y cocooning a que se tiende hoy. Por otro, aplanaba las diversidades particulares, idiomáticas, de costumbres, etc. Era un empobrecimiento correlativo. Hoy este modelo uniformizador resulta impensable. Lo que lo ha puesto en crisis es tanto la ideología de los human rights como el empuje avasallador del Islam. Nadie renuncia a su particularidad por la uniformidad nacional. Entonces, prohibir a los estudiantes los signos exteriores de pertenencia religiosa en la escuela resulta arbitrario. De últimas, el único que debería abstenerse de su uso es el maestro republicano, pero no los estudiantes. Por otra parte, la sola manera de que las religiones convivan es que se reconozcan y toleren en sus manifestaciones externas. Creo que la escuela pública va a terminar por advertir que, al eliminar de su enseñanza los aspectos de lo sacro y religioso, amputa una dimensión irrenunciable del hombre. Mejor valdría tratar esos temas "republicanamente", es decir, sin preferencia pública por ningún credo y procurando que entre ellos haya convivialidad. Esta reflexión resulta extensible al caso del retiro de una imagen de la Virgen en los tribunales, a raíz de la acción de amparo presentada por una ONG de circunstancias. La discriminación que se procura remediar no está en poner una imagen, sino en sacarla. Observar, de paso, cómo una institución, la agencia judicial, destinada a componer conflictos, los agrava.