viernes, noviembre 09, 2012

ESCRITO EL 8N




Pijoteos sobre el número de autoconvocados en los principales centros urbanos del país, como quieren algunos oficialista con patente es patético. Lo unánime, en la arena polìtica, sólo se consigue con  un viejo lema: "un partido en el poder y todos los demás en la cárcel". Entonces, no siendo ese hasta ahora el caso, aunque podría llegar a serlo,  "muchos" que concurren por sí es casi todo lo que hay. Es un "basta" que hay que atender.  Si un polìtico no lo entiende y acude. como la presidente,  a sus recuerdos de los dieciseis para sostenerla y no enmendarla, es que no tiene la virtù, perdió la fortuna y choca de cabeza con la necesidad.

La multitud no tiene que oponer y proponer "propuestas alternativas", como gargarizan seudo expertos más o menos alquilones. La multitud, lo único que puede hacer, es asustar a la clase política. Y está esa vieja troupe tan asustada como desnorteada, toda ella y en todas sus vertientes, lo que a su vez nos asusta.

Que Cecilia Pando movilice o  que Mauricio Macri mueva los hilos (Mauricio estaba prendido a Kiss en el apagón), como se dijo por ahí, es más que idiotez profunda. es incomprensión absoluta, error de raíz, lo que se paga más caro en la política.

La "destituyencia" la tienen el oficialismo y la oposición metida adentro -como dijo el filósofo del esférico. Destituyencia es no saber ver, no saber oír, no saber hacer.  La gente, hecha pueblo en la calle que los polìticos no ven, aunque peroren en pantalla, quiere gobierno. Los insta a constituir. Parece que no quieren, no pueden, no saben. Es peligroso: ellos son peligrosos.

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