jueves, diciembre 27, 2007

ES DIFíCIL LA VIDA DEL RÉAC

El liberal puede citar a Locke, a Smith, a Juan Bautista Alberdi, e invocar al mismo tiempo la globalización beneficiosa y el recuerdo de los "gigantes padres" de nuestra Constitución, con sus "inmortales principios" de república y división del poder siempre, ay, violados. Y tan campantes.

El hombre de izquierda puede citar al joven Marx, al viejo Mao, emocionarse con el Che Guevara y convocar, al mismo tiempo, a las utopías cantadas por los cantautores y a la revolución sin detener el tránsito, que siempre lleva a la congestión y al desastre, pero que hay que tratar de repetir, ya que alguna vez debe darse. Y tan ufanos.

El antimoderno, reaccionario de izquierda o anarquista de derecha (los rótulos tan son infieles como las percantas del tango), juega con desventaja. No porque no pueda acudir a fuentes certificadas, que las tiene, y buenas, sino porque aquellos -liberales o izquierdistas- viven rapiñando del galponcito de requechos de las ideas receptas, aceptables y aceptadas. Son bien pensantes, aunque luego resulten malfacientes. El réac, en cambio, debe tener ideas. Rien n'est simple.

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