martes, febrero 06, 2007

LATINOAMÉRICA A OJO DE BUHO
Un amigo me reprocha que en mi última entrada, hablando de los líderes de la región no me referí a Hugo Chávez. Salvo la omisión, involuntaria por cierto, según dejo asentado a los efectos de no se le asigne algún oscuro y confabulatorio designio. Chávez no es un progre. Ha saltado ese corral y marcha o, más bien, corre a la cabeza de la huída hacia adelante que señalé. Dentro de una orientación genérica que postule desengancharse de la uniformización globalizadora y del talón de hierro mundialista -la cual plenamente comparto-, aprovechando que el Imperio USA, empeñado en el Mediterráneo oriental, anda un poco a los tumbos y aflojó en algo los controles regionales, como así también el mayor precio de las commodities (para la Argentina, el ganado perseguido y las mieses transgénicas) el chavizmo hace punta porque carece de los remilgos y tilinguerías de la progresía izquierdista "clásica", por así describirla. Esto es, o mas bien sería, lo bueno. Lo malo es que el abrevadero ideológico de Chávez resulta un retrocomunismo -el "socialismo del siglo XXI"- que ya hizo historia: "todo el poder a los consejos comunales", como el mismo Hugo Chávez lo dijo, remeda lo de "todo el poder a los soviets", como él mismo se encargó de recordar. Muchachos, ese futuro ya lo conozco. Es la dictadura del proletariado, esto, la dictadura del tiranuelo que dice representar al proletariado, rodeado por una nomenklatura, la "nueva clase" de los nuevos agraciados, y todos los demás de pata al suelo, bien amarraditos y bien vigiladitos. No es comunalismo federativo desde abajo, como pretendía Proudhon, sino geometría centralista desde arriba, que durará mientras el petróleo rinda, y hay indicios, malhaya, que irá a durar un tiempo ("el niño Dios te escrituró un establo y tus veneros de petróleo el Diablo", decía el poeta mexicano López Velarde). Después, caerá con ruido, como cayó el imperio más breve de la historia, el soviético (1917/19991). Mientras tanto, derrochará crueldad e ineficacia, temor y temblor. Y en nuestra Latinoamérica, cuyo destino debe ser la confederación (que es decir el imperio), producirá la desunión. Muy probablemente, el teniente coronel descubrirá que está llamado a reconstruir la Nueva Granada y marchará contra Colombia (quizás el casus belli se lo suministre Ecuador y este necio simpático de Correa). Todo lo contrario de lo que queremos, realizado por alguien que es todo lo contrario de lo que esperamos. ¡Cuánto va a costar que mucho amigos, enceguecidos por su enemiga unidireccional contra el Imperio USA, comprendan esto!

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