miércoles, febrero 01, 2006

Van a santificar a Juan Pablo II y es justo. Papa Wojtyla montó una verdadera fábrica de santos y era equitativo y saludable que compartiera los beneficios y glorias de su empresa. Ratzinger, siendo cardenal, dijo que los santos canonizados por Juan Pablo II tal vez significasen algo para cierto grupo de gente, pero no significan gran cosa para la inmensa mayoría de los creyentes. Sabias palabras, aunque no creo que cese la fiebre santificadora. Ya puesta en marcha, resulta irreversible.

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