jueves, junio 16, 2016

¿DÓNDE ESTÁ EL ENEMIGO?


 



El dato obvio en cualquier guerra es la identificación del enemigo. En el recurso extremo a la guerra el conflicto se vuelve dilema bicornuto: o nosotros o ellos. Y lo evidente es que hay que nombrar y apuntar inequívocamente a quienes se marcan como "ellos", ya que de ese modo se define también el campo del "nosotros".  Resulta un dato insoslayable que potencias como  los EE.UU., Rusia, Francia y, en general, los países de la UE, se encuentran empeñados en una guerra contra el "Estado Islámico"  (denominación demasiado genérica que puede englobar unidades políticas enfrentadas a ese mismo enemigo, como Irán, p. ej.);  "Daesh", que es un acrónimo formado con las iniciales de las voces árabes que corresponden a "Estado Islámico de Irak y el Levante", como se autodenominaba el propio enemigo, aunque la voz resultante del acrónimo, en el mismo idioma árabe, parece encerrar una expresión peyorativa (algo así como "lo que hay que aplastar") o ISIS, siglas de Islamic State of Irak and Levant , que resulta la más utilizada. Ya la circunstancia de que la designación del enemigo resulte un acertijo lingüístico nos alerta acerca de un problema de identificación, dejando de lado otros problemas que resultan del origen de este enemigo, de quiénes alentaron su surgimiento, del marco de guerra civil en Siria en que se desenvolvió originariamente, etc., sobre los que no trataré en este post. 

Este ISIS es un enigma desde el principio, en gran parte porque la propia expresión "Estado", aplicado a unidades políticas islámicas, es ya problemática. En efecto, lo que se intenta señalar con ella, en este caso. es una evidencia de ocupación territorial (lo que diferencia a ISIS de Al Qaeda, p. ej.), por sobre poblaciones sometidas. con fronteras móviles y cambiantes según la suerte de la guerra, y sin reconocimiento alguno por parte de Estado alguno establecido. Es decir, se lo proclama como "Estado" aunque no reúna aún, para nuestras concepciones clásicas de la teoría estatal, el carácter de tal. Más aún, la forma política "Estado", producto de la racionalidad occidental, no ha tenido una adecuada recepción en las lenguas habladas en el Mediterráneo oriental, y en especial el árabe clásico. Cuando, antes de que la palabra "Estado" se convirtiera en expresión de una forma política, los eruditos árabes se vieron en la necesidad de verter las expresiones griegas polis  y politeía, echaron mano al vocablo madiná, originariamente el área de competencia de un juez, esto es, su jurisdicción. El profeta Muhammad, tras abandonar La Meca, se instala en un oasis donde se establece el primer régimen político musulmán, y lo denomina al-Madiná, Medina. Más tarde, los califas abásidas designan a Bagdad como  Madinat al salam, la "ciudad de la paz". La expresión "medinat" se encuentra  también en el arameo y el hebreo. Pero a partir del siglo VIII, entre los abásidas se generaliza la expresión dawla para designar la comunidad política. Dawla significa sucederse, turnarse y tiene un sentido genérico de rotación y sus vicisitudes. Los omeyas habían tenido su turno y luego fue el de los abásidas. Justamente esta rotación del poder fue la que el término dawla expresó en un principio, y la larga duración del turno omeya  produjo la traslación del sentido primigenio al de casa reinante, dinastía, comunidad política. La "D" del acrónimo Daesh corresponde a dawla.

Tras este necesario excursus sobre la dificultad de expresar el concepto de Estado en el ámbito del Mediterráneo oriental, y la consiguiente impropiedad, ya señalada, de nombrar como "Estado" al ISIS, consignamos otros problemas que la ubicación jurídico-político de esta última sigla crea. Tampoco se lo puede calificar como movimiento exclusivamente terrorista , aunque obviamente no se priva de este recurso y hasta lo extrema, porque sostiene al mismo tiempo una guerra semiconvencional, sin reglas ni límites, con el ejército sirio, las fuerzas curdas y los efectivos iraquíes, además de Rusia, los EE.UU. y Francia desde el aire. Por otra arte, se autotitula "islámico", pero el elemento religioso no es el que priva decisivamente en su accionar bajo el signo de la destrucción sistemática y sus jefes no resultan líderes vinculados al culto sino, más bien, militares y ex jerarcas del régimen iraquí de Saddam. Sin contar que entre sus víctimas preferidas están preponderantemente los mismos seguidores de la confesión islámica, especialmente los chiíes. El control de los territorios ocupados por el terror bajo el manto religioso parece ser su método preferido, hasta ahora en gran medida eficaz. Tras un nacimiento oscuro y manipulado por las potencias "occidentales" hoy empeñadas contra ellas, las huestes del ISIS se han desarrollado del mismo modo a la vez enigmático y sangriento.

Teniendo todo esto en cuenta, resulta absurdo que ante la matanza de Orlando, se pretenda que la motivación basal del asesino resida en el odio homofóbico, que encuentra su vector en la facilidad para la venta de armas.
A medida que se van conociendo más datos, surge que Omar Mateen era un asiduo concurrente a la disco Pulse -quizás un homosexual torturado por su propia inclinación; que el disparador de su acto haya sido una reacción por haber visto dos hombres besarse parece, a esta altura, un intento de su padre para desviar el foco de la cuestión fuera de lo religioso, con mayor razón cuando este último dirige un programa de televisión destinado al público pastún, en el que -afirman- alguna vez celebró el accionar de los talibanes. En cuanto al "derecho del pueblo a poseer y portar armas" -segunda enmienda de la constitución norteamericana- puede que la normativa para su venta resulte bastante laxa; puede que el remedio consista en prohibir la venta de armas  a quienes figuren en listas de posibles terroristas (aunque la NRA rechace esta postura) pero, en términos de identificar quien quiere matarme, el tamaño, calibre o tipo de arma que va a utilizar y de dónde proviene  no digo que sea un dato desdeñable, pero nunca principal.      Veo en la prensa norteamericana que referirse a una mortal balacera masiva (deadliest mass shooting) define como clintoniano y, en cambio, afirmar que resultó, después del 11/9, el peor ataque terrorista (worst terrorist attack) sólo cabe en partisanos de Trump. Parece que no hubiera posibilidad de vincular de alguna manera ambos términos.

Sobre la segunda enmienda, recuerdo aún mi sorpresa sudaca cuando, conversando en Buenos Aires con Robert Cottrol, profesor de la George Washington University Law School, le pregunté  su opinión sobre aquella disposición. El profesor Cottrol es negro -ya sé, perdón, afroamericano- y, contra lo que esperaba, me dijo que gracias a esa posibilidad constitucional de defensa muchos negros habían salvado su vida. Es fácil pontificar sobre el asunto desde Buenos Aires, pero otra cosa es en Arizona. Sobre la presunta homofobia como fons malorum, un modesto heterosexual monótono monógamo como el que esto escribe sólo alcanza a advertir que los datos del caso parecen, como ya dije, indicar quizás otra dirección en las tendencias de Omar que empañarían aquella interpretación. Tampoco es plausible afirmar que encerró el acto una enemistad absoluta hacia el latin people, lo que también he oído. Lo más probable es que, para un ataque como el realizado, se busque un lugar de fácil acceso, conocido por el perpetrador,  casi sin vigilancia, en momentos de segura aglomeración: el atentado de Atocha no fue por odio musulmán a los ferrocarriles. Si en 1944 un hijo de japoneses hubiera puesto una bomba  en un salón bailable a nadie se le hubiera ocurrido afirmar que lo hacía por inquina a Glenn Miller y a los amoríos a la vuelta de la esquina. Sin embargo, muchas interpretaciones parecen guiadas por estas sinrazones. Por no caer en la lógica reductiva de Trump se va al disparate.

Quizás lo más preocupante de la matanza sea descubrir que este enigmático ISIS ha perfeccionado un arma terrible: una franquicia en la que cualquiera, individualmente, sin necesidad de contacto o adoctrinamiento previo, puede inscribir su violento rechazo del mundo y de la sociedad donde vive, siempre que una el derrame de sangre a la reivindicación de la sigla. Ya el retorcer la interpretación del martirio -mártir en griego es testigo y el testimonio que se ofrece es el de la propia vida- para significar que se es más mártir cuantos más semejantes  lleve uno consigo al sacrificio, se reveló como arma terrible. Pero ésta es más impresionante aún, porque la posibilidad de control y prevención se vuelve así diabólicamente difícil. Se me dirá que aquel "cualquiera" que reivindique su crimen debe profesar, aunque más no sea que superficialmente, el Islam, lo que circunscribe la búsqueda. Desde luego que no todo profesante de la fe islámica es por ello terrorista; que la mayor parte de las víctimas del ISIS son, precisamente, musulmanes de confesión, y que este credo, en los EE:UU., tiene un número importante de seguidores cuya mayoría no ha pensado jamás en cometer un acto terrorista. También es cierto que  aquella orientación del terrorismo se recluta real o virtualmente entre quienes hayan recibido algún tipo, aun epidérmico, de conocimiento islámico. La nueva arma tiene la particularidad, con respecto a los muyahidines o a Al Qaeda, de que el dato religioso resulta ahora decididamente menor, y es el político cruzado con la sociopatía o psicopatía el que toma la delantera.

No poder identificar al enemigo, en un conflicto político, abre la posibilidad de quedar a merced de él.-


domingo, junio 05, 2016

TARTUFISMO TOP



Molière describió en Tartufo al hipócrita consumado, cubierto por una emulsión de beatería, de baja malicia salseada de religiosidad.  Tartufo se aprovecha de su aureola de santidad para conquistar a la esposa del hombre que cándidamente lo admira. Proclama en algún momento: "conozco el arte de eliminar los escrúpulos; es una verdadera ciencia saber cuándo conviene aflojar los lazos de la conciencia y rectificar lo malo de la acción con la fuerza de la intención". Algún crítico señaló que, si en el caso de Fausto hay un pacto con el Diablo, en los tartufos hay un contrato menos riesgoso con un socio más tratable, el Cielo. Una reunión de tartufos judiciales argentinos ha tenido lugar en Roma -aula magna de la Casina Pío IV, sede de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales,  y Elisabetta Piqué nos lo cuenta así en "La Nación"  (5/VI/16):

"El juez Casanello denunció ante el Vaticano la falta de colaboración internacional -Cumbre de jueces: dijo que muchos países no dan datos para resolver casos de lavado. Lorenzetti habló del deterioro judicial- Duro diagnóstico del país en una cumbre convocada por el Papa", son los titulares.

Casanello -que ahora se acordó, a los años, de viajar a Suiza por el caso de Lázaro Báez- se quejó de no recibir información. Lorenzetti, en un discurso que Elisabetta dice "pareció casi escrito por el Pontífice", advirtió sobre el peligro de "la licuación de la autoridad judicial". Si sabrá el rafaelino de licuar autoridad...Todos coincidieron en elogiar al papa Francisco y la encíclica "Laudato si". María Romilda Chuchi Servini de Cubría , más de cuarenta años en los pasillos forenses resumió: "la delincuencia va en un jet y la Justicia va en auto". Los magistrados y funcionarios argentinos resultan excelentes comentaristas, especialmente en una gran sala bajo la advocación de Pío IV, aquel papa Médicis que de enjuagues sabía bastante y de nepotismo un poco más.

Tres datos duros:
a) Los jueces, fiscales y empleados judiciales argentinos son los mejor pagados de Latinoamérica.
b) La Argentina es el país latinoamericano que tiene la más alta proporción del PBI destinada anualmente a la agencia judicial.
c) Es el país que tiene la más baja tasa de resolución de casos por vía judicial.

(Fuente "Justicia 2020", programa oficial del Ministerio de Justicia de la Nación).

El gran Discepolín hablaba "del que vive en la impostura". Agreguemos a la lista que viene engrosándose desde  el estreno de "Cambalache" unos cuantos más de estos devotísimos tartufos.

"EMPODERAOS LOS UNOS A LOS OTROS"




El Papa empoderó por fin a los jueces que le reunió el canciller Sánchez Sorondo. Foto final  de grupete, con Lorenzetti a la derecha del santo Padre. Piumato, Vera, Casanello, el mismo Sánchez Sorondo e tutti quanti. El tema  de la reunión era cargar los morrales de estos apóstoles judiciales para la lucha contra la trata y el tráfico de personas, finalidad loable. Ahora, como los setenta y dos de Lucas (10, 1-9) se desparramarán por el mundo llevando una buena nueva judicial, algo mejor provistos que aquellas seis docenas de enviados de entonces. Si hemos de dar crédito a los vaticomentaristas locales, la reunión fue preponderantemente para los argentinos, la foto está para destacarlos y hasta hubo algunas entrevistas a solas  que nuestros cotorreros destacaron, con Lorenzetti y Casanello.  Las palabras del Papa, sus generalidades, fueron interpretadas desde aquí, explícitamente, como un mensaje al gobierno: están presionando a los jueces, se quiere licuar la figura del juez y el juez "es el primer atributo de una sociedad de pueblo", frase algo oscura para cuya mejor comprensión copio el párrafo correspondiente de la alocución que tuvo lugar en la Academia Pontificia:

"Pero  solamente en la figura del juez la justicia se reconoce como el primer atributo de la sociedad. Y esto hay que rescatarlo, porque la tendencia, cada vez mayor, es la de licuar la figura del juez a través de las presiones, etcétera, que mencioné antes. Y sin embargo, es el primer atributo de la sociedad. Sale en la misma tradición bíblica, ¿no es cierto? Moisés necesita instituir setenta  jueces para que lo ayuden, que juzguen los casos, el juez a quien se recurre. Y también en este proceso de licuefacción, lo contundente, lo concreto de la realidad afecta a los pueblos. O sea, los pueblos tienen una entidad que les da consistencia, que los hace crecer, hacer sus propios proyectos, asumir sus fracasos, asumir sus ideales, pero también están sufriendo un proceso de licuefacción, y todo lo que es la consistencia concreta de un pueblo tiende a transformarse en la mera identidad nominal de un ciudadano, y un pueblo no es lo mismo que un grupo de ciudadanos. El juez es el primer atributo de una sociedad de pueblo".

Ahora bien, lo que transforma al juez en los justo personificado, lo "justum animatum" que decía Aristóteles, capaz de adjudicar a ciencia y conciencia lo suyo de cada uno en el caso, no es el poder, no es la "chapa", el imperium o el pistoneo de los poderosos. Lo que le permite estar sentado con decoro en su silla es la autoridad. Auctoritas, que viene de augere, que significa hacer crecer. La autoridad judicial, como saber socialmente reconocido, resulta del ejercicio prudente de la ecuanimidad, que exige independencia. La ecuanimidad se le requiere bajo forma de imparcialidad. Y es notable que se le exija algo negativo: no ser parcial, y no algo positivo: ser directamente ecuánime en el juicio. Hay en el mandato una vieja sabiduría cristalizada: cualquier puede ser parcial -todos lo somos, de algún modo; muy pocos pueden ser imparciales, con un hábito que cuesta adquirir, y poquísimos son los que resultan directa y serenamente ecuánimes.

Hannah Arendt decía que la auctoritas fue un hallazgo romano que quizás se perdió con ellos. Si nos referimos a los jueces argentinos, especialmente los del fuero federal penal de nuestros días,  salvo alguna mosca blanca, concluiremos -concluyo como viejo abogado, por lo menos- la han perdido dejando los jirones por el camino hace tiempo. Entre los jueces de la foto habrá excepciones -me refiero a los compatriotas- pero la mayoría son hijos de las presiones, juguetes del poder, pistoneadores ellos mismos, dependientes de amos y muchas veces corruptos, viviendo en buena parte de lo casos muy por encima de sus recursos. Una Corte, una Casación, Cámaras y jueces  que hicieron mangas y capirotes de las garantías penales básicas, magistrados "sobrecogedores" que han recibido regularmente  sobresueldos en sobres de papel madera, declamadores de "ponderaciones" del caso y fabricantes de principios ad hoc, jurisclastas hinchados de lecturas fútiles, viejos tramoyistas que no tienen a Temis por diosa sino al Viejo Vizcacha por guía y maestro. Y ahí, en primera fila, también Julio Piumato, eterno secretario general de la UEJN, que los aterroriza y presiona con denuncias seriales y a quien recuerdo, en su época cristinista, en el Consejo de la Magistratura, chocando panzas e intercambiando esos besos húmedos tan del gusto de nuestros bosses con Carlos Kunkel, para amañar la ofensiva contra un juez que defendía su autoridad y a quien despreciaban no sólo por su honeste vivere sino también porque era más inteligente y sabio jurídicamente hablando que ellos, y eso es un mérito que en nuestro foro raramente se respeta.  Una vieja jueza federal dijo se emocionó tanto con el discurso del Papa "que casi me pongo a llorar". De este lado del charco se sentía la misma sensación, créame doña.

viernes, junio 03, 2016

UNA PEQUEÑA HISTORIA BIEN ARGENTINA




Me acabo de enterar de una buena noticia: el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (CPACF), suspendió en la matrícula profesional al actual juez de la Corte Interamericana de Justicia, Eugenio Zaffaroni, por incumplimiento de la ley que regula el ejercicio de la abogacía, cuando asumió la defensa del juez Axel López ante el jurado de enjuiciamiento, ya que desde su renuncia a la Corte no había transcurrido el plazo de dos años que la mencionada ley exige como espera antes que un magistrado pueda enlistarse en la matrícula.

 
Ahora bien, esta loable decisión se hace a toro pasado, cuando ya Axel López fue absuelto, Zaffaroni jugó al abogado y, luego, volvió al menester judicial entronizado en el areópago continental de San José de Costa Rica.

Antes, cuando Cristina reinaba y el jury de Axel aún no había comenzado, denuncié a Zaffaroni, por la misma causa. Ahí va el escrito inicial:

VICISITUDES  DE UN "JUEZ PROMISCUO"





Les acerco una denuncia  que formulé ante el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal el viernes pasado por mail y presenté hoy por escrito.


Buenos Aires, 18 de febrero de 2015

 

Al Señor Presidente del Colegio Público
de Abogados de la Capital Federal,
Dr. José Roberto LÓPEZ

De mi consideración:

 

En mi carácter de abogado de la matrícula (tº 16, fº 224), ante noticias periodísticas (“La Nación, 12/02/15, “Zaffaroni volverá a trabajar como abogado”) , que señalan que el doctor Eugenio Raúl Zaffaroni, que se jubilara como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a fines de diciembre de 2014, asumiría como abogado la defensa penal del juez  de ejecución penal Axel López, cuyo jurado de enjuiciamiento se abre el próximo 2 de marzo.  Entiendo que nuestro Colegio debe impugnar tal actuación, en razón de lo dispuesto en el art. 3º, inc. 9 de la ley 23187, que dispone la inhabilitación de:

 

“Los magistrados y funcionarios judiciales jubilados como tales, limitándose la incompatibilidad  a su actuación ante el fuero al que hubieren pertenecido y por el término de dos (2) años a partir de su cese”.

 

El doctor Zaffaroni fue miembro del más alto tribunal federal (art. 108 CN), cuya competencia (art. 116 CN) alcanza a todos los fueros de la jurisdicción federal. El doctor Zaffaroni, pues, ha sido un “juez promiscuo”, según la expresión técnica adecuada al caso. Siendo la voz “promiscuo” derivada del latín pro, por, y miscere, mezclar, describe a la perfección al magistrado judicial que atiende asuntos en todas las ramas del derecho. En consecuencia, debe abstenerse durante dos años de ejercer nuestra profesión ante cualquier fuero.  Cabe recordar que el jurado de enjuiciamiento  es un tribunal federal creado por el art. 115 de la CN, cuyo veredicto y fallo habilita las vías recursivas para ante la CSJN, por lo que no encuentro ninguna razón para exceptuar al doctor Zaffaroni del cumplimiento de la ley, debiendo dejar paso a los abogados  correctamente habilitados  para el ejercicio profesional. No necesito recordar al señor Presidente que es finalidad y deber del CPACF el gobierno y contralor de la matrícula, en defensa de nuestra profesión (arts. 20, inc. 2ª” y 21, inc. “a”, ley 23187)

 

Saludo al señor Presidente con mi más distinguida consideración  y pido dé curso a la presente

 

Luis María Bandieri


Esta denuncia, que obtuvo algún eco periodístico en "Infobae" y fue apoyada por Usina de Justicia,  tuvo un tortuoso trámite en la  Comisión Directiva del Colegio. La mayoría oficialista se adscribió a un dictamen escuálido de la Asesoría Jurídica, según el cual el jurado de enjuiciamiento no era un tribunal de justicia. Lo mismo había sostenido el propio jury ante la presentación de familiares de víctima de los delincuentes que Axel había dejado salir a la calle para reincidir en el viejo oficio de matar. Amplié fundamentos y, en definitiva, dieron carpetazo al asunto. Una de esas voces "de adentro" del Colegio me transmitió la versión, que no puedo confirmar, de que el entonces presidente  -una buenísima persona, hoy fallecida-, cuyo padrino político era Rizzo, el hoy quíntuple presidente, había consultado a su valedor, y éste a Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte, con quien el Gordo hacía buenas migas, decidiéndose en ese conciliábulo bajarle el pulgar al pedido.

Sea como fuere, la "justicia" llegó, tarde como siempre. La lechuza forense  gusta del crepúsculo vespertino en el que las vacas y todas las cosas con ellas son bien negras. Además, la "justicia" sabe oler bien la sangre y columbrar el derrumbe. "A moro muerto, gran lanzada", decía un viejo proverbio español, recogido por doña María Moliner con la anotación de que así "se satiriza a los que se muestran valientes contra algo o alguien cuando no hay riesgo en  ello". Peguémosle al moro cuando ya es fiambre y sean eternos nuestros laureles con tal de que se reciban sin riesgo. En fin, muchachos, una pequeña historia bien argentina.




P.S.: El moro respondió con chicana moruna. Su abogado, don Beinusz Szmukler, que supo fatigar las poltronas del Consejo de la Magistratura en representación de nuestro gremio togado, dijo ver en la decisión "una venganza política", aunque no apelará. Y el cortesano interamericano don Eugenio se victimizó a su vez, aunque aclaró que no pensaba ejercer ya más la profesión.  Dejo arriba foto de Rizzo con Angelici, hombres de lanza segura y geometría política variable.-