tag:blogger.com,1999:blog-63881642024-03-13T03:29:01.363-03:00EL PARTE DEL TORREROComentarios en 360º
Objetivo final:
Reconquistar MompracemUnknownnoreply@blogger.comBlogger438125tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-51037001156081866072022-03-24T20:22:00.000-03:002022-03-24T20:22:02.546-03:00DE MAXIMA NON CURAT PRAETOR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJayN6DY7h4qWX1ovJiV-T2fTWTLnZJ3kaE5u6XfSv350U80C4IeiMCMuFmUFmBeV-tVBg__XTEuSuXDJZz6ljrrv49kyam3YV4b1mU-H2Fk0KQFlqa7SLI3K9GjlZNOtHsfxeog9Qrj5FjoFwcccJACTAD64YXVqV7Jl85RIkqzna9n8FDA/s524/4a8445e8367b3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="524" data-original-width="387" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJayN6DY7h4qWX1ovJiV-T2fTWTLnZJ3kaE5u6XfSv350U80C4IeiMCMuFmUFmBeV-tVBg__XTEuSuXDJZz6ljrrv49kyam3YV4b1mU-H2Fk0KQFlqa7SLI3K9GjlZNOtHsfxeog9Qrj5FjoFwcccJACTAD64YXVqV7Jl85RIkqzna9n8FDA/s320/4a8445e8367b3.jpg" width="236" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div>
El juez federal Daniel Rafecas ordenó la detención de diez militares por su participación en un enfrentamiento que tuvo lugar el 29 de septiembre de 1976, en una casa de Villa Luro, donde se encontraban reunidos miembros de la secretaría política de Montoneros. Sitiados por una importante fuerza de tareas, los ocupantes rompieron el fuego desde la azotea contra los atacantes y se combatió cerca de una hora y media. Al entrar a la casa, se encontró que cinco de los ocupantes habían muerto y se capturó a cuatro sobrevivientes. Trascendió que dos de los caídos, un hombre y una mujer, se habían suicidado –otras versiones aseguran que lo hicieron desde la azotea, a la vista de los sitiadores, cuando ya habían quedado sin municiones. La joven era Victoria “Vicki” Walsh, de nombre de guerra “Hilda”, que contaba veintiséis años de edad, hija mayor de Rodolfo Walsh y reciente madre de una niña de dos años, que fue hallada en la planta baja de la casa y más tarde se entregó a sus familiares.
¿Cómo comprender y hacer comprender que cuarenta y seis años después de aquellos sucesos se reabra una causa con ampliación de sus imputados? ¿Qué hemos aprendido en todo este tiempo acerca de un conflicto intestino tan grave y de efectos tan duraderos como fueron los enfrentamientos entre insurgencia y contrainsurgencia en los ’60 y ’70 del siglo pasado? No es mi intención profundizar los detalles de aquel enfrentamiento, ni reabrir la sobada cuestión acerca de cuántos demonios tomaron partido en aquellos choques e que poblaron la segunda mitad del siglo pasado. Me anima otro sentimiento más profundo; el que los antiguos llamaban pietas, en una acepción más rica que lo que hoy llamamos comúnmente “piedad”. Pietas deriva del adjetivo pius, adicionándole el sufijo –tas. Pius se aplicaba en la Roma clásica a quien era justo y bueno, pero también obediente a los deberes, leal, fiel y concienzudo. Siendo tales deberes los referidos hacia los mayores, hacia las costumbres de los antepasados, la patria y los dioses. La pietas comprendía el deber de ejercicio de virtudes privadas y públicas, hacia el entorno y hacia la comunidad, con un vínculo de religio, de escrupulosa relación con algo más que humano. La pietas nos marca aún hoy como un deber, un deber sacro, construir la concordia y la comunión en la morada común.
Insurgencia/Contrainsurgencia
Los conflictos, rajaduras y grietas políticas no resultan de la patología de las sociedades, sino de su fisiología según la inconstante condición humana, que nos hace, como decía Maquiavelo, “no saber ser ni honorablemente malos ni perfectamente buenos”. Cuando esos conflictos, a designio o por ineptitud mal gestionados, y a veces desde afuera inducidos, escalan hasta la enemistad absoluta, se puede llegar a la peor forma de guerra: la guerra intestina. Eso nos ocurrió desde fines de los ’60 del siglo pasado, bajo forma de “guerra revolucionaria”, calificada así en la sentencia de la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional del 9 de diciembre de 1985, en la “Causa nº 13”, esto es, el “Juicio a las Juntas”. Esta declaración de guerra revolucionaria ocurrió en el mundo bipolar, donde las grandes potencias desarrollaban sus enfrentamientos en escenarios periféricos, como lo fue el nuestro. En nuestra ecúmene, la “guerra revolucionaria continental” fue orientada desde la Habana, a cargo del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista Cubano, y con cabeza visible en la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad). La respuesta contrainsurgente siguió los lineamientos del concepto de “seguridad hemisférica” según los entrenamientos recibidos en la “Escuela de las Américas” y alguna doctrina francesa. En 1975 las fuerzas armadas de diversos países de la ecúmene establecieron el “Plan Cóndor”, para una acción contrainsurgente coordinada.
Así se desarrolló esta guerra revolucionaria declarada en el teatro periférico de nuestro país siendo “suficientemente claro que ni el Estado ni la sociedad provocaron de manera suficiente la agresión subversiva” y que “tales acciones tuvieron lugar tanto en épocas en que los destinos de la Nación eran regidos por gobiernos de jure como de facto” (Causa nº 13 –sentencia, capítulo V, cuestiones de hecho, nros. 8 y 22).
A poco de asumir el gobierno Raúl Alfonsín, de acuerdo con sus promesas preelectorales dictó los decretos 157/83, por el que se ordenaba iniciar juicio a la conducción de Montoneros y a algunos dirigentes del ERP y el 158/83, por el que ordenaba igual criterio respecto de las Juntas Militares 1976/1983. El Estado se colocaba sobre los bandos de la guerra intestina, como árbitro para la construcción de la paz doméstica. Para que este loable objetivo pudiera cumplirse, debieron tener lugar ambos enjuiciamientos a un ritmo parejo, pero ello, por diversas razones, no ocurrió. La atención se centró en el “Juicio a las Juntas”. La sentencia allí dictada no echó un cerrojo –como surgía de la promesa preelectoral de los “niveles de responsabilidad”- a citaciones judiciales a niveles inferiores a los de los comandantes en jefe, lo que, luego de planteos de los afectados, acabó en el dictado de las leyes de “Punto Final” (1986) y “Obediencia Debida” (1987). El proceso de clausura de las malhadadas consecuencias del enfrentamiento insurgencia/contrainsurgencia tuvo remate, durante el gobierno de Carlos Menem con los indultos a los participantes de uno y otro bando, todo ello con gran aceptación pública. Las leyes y los indultos fueron declarados constitucionales por la Corte Suprema de Justicia, ya que dictados dentro de las facultades de los poderes Legislativo y Ejecutivo (causa “Campos” y concordantes).
Una vuelta de campana
La Corte, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, con algunos de sus componentes que habían establecido la jurisprudencia a que se ha hecho referencia, dictó varios fallos en una vuelta de campana sobre aquellos criterios, siguiendo una directiva oficial. En 2004 fue en la causa “Arancibia Clavell”, que estableció la imprescriptibilidad de los actos de “terrorismo de Estado” y propició la aplicación retroactiva de la ley penal en virtud del “derecho consuetudinario internacional”. En 2007, en el caso “Lariz Iriondo”, falló –en cambio- la prescriptibilidad de los actos terroristas no estatales. Y en 2005, en la causa “Simón”, anuló las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (que el Congreso ya había “abolido”), haciendo mangas y capirotes con los principios básicos del derecho penal liberal (se destaca la solitaria disidencia de Carlos Fayt). Remató nuestra Corte su tarea de demolición jurídica en 2007 con el fallo “Mazzeo”, donde declaró la inconstitucionalidad de los indultos sancionados en 1989, dejando de lado una resolución de la propia Corte, en esa misma causa, que declaraba su constitucionalidad, respecto del mismo hecho y persona, confirmando un sobreseimiento definitivo. Merece transcribirse un párrafo de la disidencia de Carlos Fayt y Carmen Argibay: ¨la discusión quedó cerrada hace 17 años…ningún tribunal puede eludir los efectos de una decisión judicial firme sin negarse a sí mismo, es decir, sin poner la condiciones para que nuestro propio fallo sea también revocado en el futuro con argumentos contrarios”.
Tribunales sin autoridad
Volvamos a la citación por parte del juez Rafecas que señalé al principio. Se les imputa a los encartados los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio en el caso de Victoria Walsh, privación ilegítima de la libertad en el caso de los detenidos, etc. Un dramático episodio de aquella guerra intestina juzgado cuarenta y cinco años después, como si la guerra jamás hubiese tenido lugar ¿Cuál es, o debería ser, la tarea de los jueces? Por un lado, los jueces tienen la facultad de judicare, esto es, de juzgar y adjudicar lo suyo de cada uno, concretando lo justo del caso. Esta facultad no es propiamente un poder, una potestas, sino que corresponde a la autoridad, a la auctoritas. Los jueces deben tener autoridad para hacerse creíbles a los justiciables. La autoridad no proviene de la “chapa” y del nombramiento. Fluye del saber socialmente reconocido que sus fallos y la coherencia de su conducta demuestran. “Auctoritas” deriva de un verbo latino, augere, que significa crecer, propiamente, hacer crecer. Reconocemos un saber que nos hace crecer, y así nos ocurre desde la primera autoridad que aparece en nuestra vida, la autoridad de los padres. La distinción entre autoridad y poder es propiamente romana. Y por tal vía llega al Derecho. Por eso, como decía Montesquieu, el poder de la magistratura, tomado desde este ángulo, resulta prácticamente nulo. La autoridad de los jueces se funda, a su vez, en la independencia con la cual puedan juzgar y concretar así el derecho en los conflictos interpersonales acerca de lo suyo de cada uno. Su juicio requiere libertad íntima e independencia práctica de los poderes en juego, sean estos institucionales o indirectos. La condición y premisa de la independencia del juez, en este caso, deriva de juzgar según la ley, no contra ella. Esta garantía de la independencia del juez sostiene la libertad del ciudadano, que también se asienta en la objetividad y generalidad de la ley, como advertía en su tiempo el viejo barón y percibe continuamente la conciencia pública. Las bases de la autoridad de la agencia judicial federal penal fueron minadas, junto con la garantía de la independencia de sus agentes, al destruirse el edificio de las garantías de largo reconocidas y establecer un derecho de dos velocidades, una para el común –con tratamiento VIP para amigos y favorecedores- y otra, despojada de garantías y con condena anticipada, para los delitos de “lesa humanidad”. Esta segunda velocidad de aplicación salvaje, se ha ido paulatinamente extendido a otros casos, fuera de aquellos para los que fuera concebida.
Desde este planteo, es para mí evidente que la justicia federal penal en la Argentina, a partir de los retorcimientos tribunalicios que arriba he recordado, y de los escándalos, trapisondas, sometimiento a influencers reconocidos que el periodismo nombra a diario, el cajoneo de expediente con involucrados notorios como “toma de rehenes”, el enriquecimiento súbito de algunos magistrados, ha perdido autoridad –la autoridad se gana pacientemente y se pierde, como decía antaño Niní Marshall, en un “redepente”. Tiene el poder jurisdiccional, pero carece de la autoridad de judicación. Las dramáticas y duraderas consecuencias de los enfrentamientos de los años ’60 y ’70 del siglo pasado, cuyo último acto fue el intento de copamiento del cuartel de La Tablada en 1989, no pueden ser juzgados por jueces sin autoridad. Un brocardo jurídico dice: de minimis non curat praetor: el juez no juzga acerca de lo nimio. Aquí podría decirse: de maxima non curat praetor. De lo grande, de lo que excede el fiel de la balanza de Themis que inhábilmente pretenden manejar, no pueden juzgar nuestros jueces federales penales. Es una cuestión que les queda grande, demasiado grande, aunque sigan ejerciendo el poder jurisdiccional del que están revestidos, repitiendo fallo a fallo, en una suerte de prepizza forense, los artilugios que hace década y media vertieron unos jurisclastas y se vienen reproduciendo desde entonces. Las secuelas de nuestra guerra intestina fueron compuestas, con idas y venidas, en un teje y desteje muchas veces poco prolijo, por las leyes de Alfonsín y los indultos de Menem, con la imperfección de toda obra humana. Se echaron abajo, y esto no ha traído ni justicia ni apaciguamiento. Sólo la vuelta a la solución política, la amnistía –perfectamente viable sin violar obligaciones del derecho internacional, como demostró el profesor Alfredo M. Vítolo en un excelente trabajo - podría sellar las heridas. Por cierto, tal vía es por ahora impensable, teniendo en cuenta que nuestra clase política carece no ya de autoridad, sino de la mínima credibilidad. Estamos condenados a recaer cada tanto en la guerra intestina, librada ante tribunales sin autoridad que mantienen inclinada la cancha.
La pietas
¿Y la pietas? Miriam Bregman, abogada de los querellantes en la causa que atiende el juez Rafecas, se regocija de que termine la impunidad para “asesinos” y “genocidas”, autores de una “masacre”. La noticia de “Clarín”, dos días después de ocurridos los hechos de 1976 que he reseñado, hablaba de los “delincuentes subversivos” abatidos ¿Seguiremos identificando con esos rótulos denigrativos de tiempos de guerra a aquellos compatriotas de uno y otro lado, alternativamente según el humor de los tiempos? Puedo afirmar que los que se habían reunido en aquella casa de Villa Luro, y la organización insurgente a la que pertenecían no gozaban ni gozan de mis simpatías. Pero, a la vez, reconozco en su decisión, en su empeño sin cálculo, en su coraje de pelear hasta el fin, una actitud que despierta mi respeto, porque también viví aquellos tiempos y, desde otra ribera del pensamiento, comprendo los extravíos de aquel momento. Los que estaban enfrente, los hombres de uniforme, también eran jóvenes, también tenían familia e ideales, y también, por otra parte, pudieron, siguiendo a sus jefes, caer en extravíos y demasías. La pietas se extiende como un manto que cubre las estridencias de aquellas horas y como un bálsamo que, si no cura las heridas, las convierte en historia y agua pasada. Si se habla de una “masacre” de “genocidas” sobre una reunión pacífica, se convierte en chicana forense el jugarse la propia vida sabiendo desde el principio que ella estaba en juego. La valentía se trasmuta en agachada. Rodolfo Walsh, que habría de morir un año más tarde defendiéndose a tiros, escribió: “el comunicado del Ejército que publicaron los diarios no difiere demasiado, en esta oportunidad, de los hechos. Efectivamente, Vicki era Oficial 2º de la Organización Montoneros, responsable de la Prensa Sindical, y su nombre de guerra era Hilda. Efectivamente, estaba reunida ese día con cuatro miembros de la Secretaría Política que combatieron y murieron con ella”. Y en otro lugar, anotó: “su muerte sí, su muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo me afirmo y soy quien renace de ella”. No se podría decir mejor, y el único crimen contra su hija y él mismo, sería robarle esa afirmación.
La “paz de los valientes”
Interesa destacar aquí un episodio que Jacques Vergès –el abogado que ensayó la “defensa de choque” sea de terroristas argelinos como del nazi Klaus Barbie- cuenta en su autobiografía ("De mon propre aveu"), aplicable a nuestra guerra civil de los 60/70, y al encuentro que puede darse entre quienes combatieron en uno u otro lado de la trinchera. En un restaurante, Vergès está almorzando con una amiga, cuando advierte la mirada de un hombre que lo escruta fija y obstinadamente hasta la molestia. El hombre se pone de pie, se aproxima a la mesa de Vergès y le pregunta:
-¿Conoce el Hotel de Rives?
-Sí, es un hotel en Ginebra donde me alojé hace más de cincuenta años
-Y el Squale, ¿lo conoce?
-Sí, era mi restaurante favorito. Pero, ¿por qué me pregunta todo eso?
-Porque yo tenía que matarlo -respondió calmosamente el hombre
-¿Y por qué no lo hizo?
-Porque nunca lo encontré solo
-¿Lamenta no haberlo hecho?
-Al contrario
-¿Por qué?
-Porque la mirada que se echa a un antiguo enemigo es, sin comparación posible, más objetiva que la visión deformante que se tiene de él en el ardor de la acción. Ayer, yo fui de los que gritaban "¡Muerte!" cuando usted salía del tribunal, en Argel. Hoy, mis amigos y yo lo estimamos en mucho.
-Han firmado la paz -murmuró irónicamente la amiga
-Sí, pero no cualquier paz
-¿Cuál, entonces? -preguntó ella, sorprendida. Y Vergès concluyó:
-La paz de los valientes
La “paz de los valientes” pudo haberse firmado entre nosotros. Las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida y los indultos abrieron una ventana para ello. Derogarlas, “abolirlas”, fulminarlas, tuvo un alto costo en eternizar los enconos, perpetuar los silencios y no aliviar los dolores. Muchos de los valientes de un lado terminaron presos, en juicios interminables sobre hechos en los que apenas tangencialmente participaron. Muchos de los valientes del otro lado terminaron rehaciéndose una vida en los negocios o la política. En cuanto a la agencia judicial federal y sus devaneos, hace poco, en la causa “Muiña”, la Corte Suprema, después de fallar la aplicación de la ley 24390 (conocida como “ley del 2x1”) a un condenado por delitos de lesa humanidad, ya que la norma no establecía limitaciones a su respecto, protagonizó un espectáculo de commedia dell’arte, donde intervino en primer lugar el Congreso, dictando una “ley aclaratoria” retroactiva y luego la mayoría del tribunal, reconociéndola como válida. Como ayer Fayt, fue ahora el ministro Rosenkrantz el que estuvo a la altura del Derecho y su tradición más que bimilenaria frente a la arlequinada suprema. Al juez Rafecas el destino le ofrece una oportunidad de reincorporarse a aquella tradición, dando la espalda a los jurisclastas de siempre. Habría que reconocer que hubo una guerra y que lo que refleja el expediente es un combate. Que la Piedad reconozca y cubra con su decoro a los que pelearon y murieron en él ¿Se atreverá? Los romanos decían: “spes ultima dea”, que en criollo reza: “la esperanza es lo último que se pierde”.-
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-24926340272041817012022-03-24T20:00:00.001-03:002022-03-24T20:02:45.377-03:00UCRANIA VS. RUSIA: ¿HITLER CONTRA HITLER?<div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvoV9rLWQzoPwPZkx8pGqaIvYklg0b5Xh_k0cVETE2J4HQMmg9fP7oqkB6XXZQXGtGHPyG1lysHL3SVwmS3SkzLvrVPtSngUbgwjKqHeC1xcvqIKMOln3fYQyMMmbUUtQqy_2FWPlPTiFD67M8DizQhZ5iRN5_XxpZOarADDTfKJhJ1vImgw/s321/Vladimir-I-Sviatoslavich.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="321" data-original-width="250" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvoV9rLWQzoPwPZkx8pGqaIvYklg0b5Xh_k0cVETE2J4HQMmg9fP7oqkB6XXZQXGtGHPyG1lysHL3SVwmS3SkzLvrVPtSngUbgwjKqHeC1xcvqIKMOln3fYQyMMmbUUtQqy_2FWPlPTiFD67M8DizQhZ5iRN5_XxpZOarADDTfKJhJ1vImgw/s320/Vladimir-I-Sviatoslavich.jpg" width="249" /></a></div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Para los charlistas habituales de los medios, Vladimir Putin es el nuevo Adolfo Hitler y Ucrania toma el lugar de los Sudetes en 1938 (Wikipedia está empachada de consultas al respecto). A la vez, Rusia emprende la campaña con la clarinada staliniana de “desnazificar” Ucrania, gobernada por una banda de “drogadictos y nazis”. En el siglo XXI, en las vastas llanuras –las estepas negras- antaño cabalgadas por los cosacos, parece que está peleando Hitler contra Hitler. El buen sentido, cuyo reparto deja mucho que desear, nos susurra que si todos son nazis y Hitler está al frente de ambos lados, nadie es nazi y quizás es hora de caer en la cuenta de que Hitler lleva largos años de finado. Anotemos, pues, en esta guerra, una primera baja importante: la del sobado argumento de la reductio ad hitlerum para sellar cualquier disputa y justificar cualquier condena (“A Hitler le gustaban los ovejeros alemanes; Fulano tiene un ovejero alemán; mmm”), lo que ya provocaba el sarcasmo de Leo Strauss en los años 50 del siglo pasado.
Tampoco sirven las categorías de la guerra fría: “Occidente”, el “mundo libre y democrático”, de un lado y, por el otro, las autocracias opresivas y antioccidentales. Caído el imperio soviético en 1991, se produjo lo que Massimo Cacciari llamó la “cópula necrófila” entre un turbocapitalismo aplanador de vocación planetaria con el espectro del marxismo, carente ya este último de su tensión escatológica. Los últimos entramados de la cultura occidental, que alguna vez se llamó Cristiandad, montada a su vez sobre las columnas clásicas grecorromanas, se han ido diluyendo en una resaca monocolor que arrastra un conato de transmutación de la naturaleza del hombre y de las cosas. Las democracias, sujetas a la ley de hierro las oligarquías, se manifiestan en clases políticas autorreferenciales, muchas veces dinásticas y casi incestuosas, a las que se les perdió el pueblo justificante que ya no se sabe dónde está, hasta que lo invoca el populismo reductor que las persigue como su inevitable sombra. Las autocracias –especialmente se apunta hacia la rusa y la china- demuestran, contra la literalidad de la expresión que las identifica, que el soberano solitario es una ficción. Siempre hay una difusión del poder entre un núcleo de poderosos visibles o encubiertos. En la autocracia china, de ese núcleo, que se rige con las normas de integración del viejo mandarinato, surge por cooptación el hombre fuerte de turno, ahora el superpoderoso Xi Jinping. En la autocracia rusa, de luenga tradición, la estructura es semejante para establecer el hegemon, con una titularidad presidencial resultante de parecido proceso de cooptación, sancionado en elecciones canónicas. En el reajuste de imperios a que tiende el actual tablero político mundial (con la China, los EE.UU. y la aspiración rampante de Rusia, así como jugadores menores, como Turquía, Irán, Arabia Saudí, etc.) la autocracia parece más funcional a la continuidad del gran juego que las votaciones cuatrienales de los EE.UU., no exentas de trapisondas como la que encumbró a Joe Biden. Pero no puede plantearse un antagonismo irreductible entre la forma actual de nuestras democracias liberales y las autocracias, porque en ambos casos la oligarquía, para decirlo con el título de un famoso artículo de Gonzalo Fernández de la Mora, es la “forma trascendental de gobierno”, con reducción a términos simbólicos de la efectiva participación política ciudadana en la toma de decisiones. Democracia liberal írrita y autocracias opresivas se solapan en sus consecuencias sojuzgantes para la gente de a pie.
El enfrentamiento de Rusia con Ucrania obedece a otros factores y antecedentes en los que el autor de “Mi Lucha” no cuenta para nada. Tampoco puede interpretarse con el vocabulario del mundo bipolar de la “guerra fría”. Y menos como contienda entre democracia y autocracia. Para situar el conflicto debemos partir de dos afirmaciones. La primera es que Rusia no se comprende sin Ucrania y que Ucrania no se comprende sin Rusia. La segunda, es que Rusia necesita a Europa y Europa necesita a Rusia. En el fino fondo ser ruso, como ser ucraniano, es una forma singular de ser europeo.
¿Es Rusia “asiática”?
Un gran pensador suizo, Gonzague de Reynold, que entre nosotros tradujo con excelencia un argentino olvidado, Alejandro Ruiz Guiñazú, arrancaba en 1949 su vasto ensayo “El Mundo Ruso”, con la afirmación: “Rusia es asiática”. Rusia no pertenece a Europa. "Rusia es Asia", asentado en 1949, quería decir que Stalin y su imperio soviético eran hijos de los mogoles, extraños a Europa, y radicalmente diversos de ella, que debía combatirlos. "Oriental" equivalía, en ese esquema, a "asiático", "antioccidental". Asia es allí y entonces la turba nómada, la Horda de Oro mogolo-tártara con Gengis-Khan a la cabeza. Hoy, cuando nadie se atrevería a clasificar a los pueblos asiáticos como “hordas”, le han salido a de Reynold unos discípulos que nunca en su vida han oído ni oirán hablar de su maestro. La cuestión está planteada entre “Occidente” y Rusia, encarnada en un autócrata cruel, probable enfermo mental, de rasgos vagamente asiáticos. Europa, los EE.UU. y el resto del “mundo libre” -candorosamente resucitado- deben cerrarse ante su amenaza, mientras el Imperio del Medio, la China de Xi Jinping, balconea hábilmente la contienda. Volviendo a la afirmación inicial de Gonzague de Reynold, lo curioso es que ella se desmiente con la propia trayectoria de la historia política rusa que la obra describe admirablemente. Pero desde la Rus’de Kiev (988), cuando el varego Vladímir, luego santo y, al mismo tiempo, fornicator maximus, máximo coleccionista de esposas y concubinas (lo que podría quizás no ser incompatible) se casa con Ana, princesa "porfirogenética" (purpurada) de Bizancio, se incorporan a la cultura bizantina . Ya antes los varegos -vikingos- eran vasallos del emperador romano de Oriente, constituyéndose más tarde la "guardia varega" como la de suma confianza del monarca. La cultura bizantina, formadora de la cristiandad oriental, era esencialmente heleno-cristiana, con gran influencia sobre la Europa occidental durante la Edad Media. Bizancio educó a los pueblos de Europa oriental y, educada por ella, Rusia fue parte de Europa. La lengua literaria de entonces, el eslavón clásico, sobre el que se forma la lengua rusa, y también la ucrania, es más próxima al griego clásico que lo están del latín las lenguas románicas formadas en el Medioevo, como la que nosotros hablamos. Fue un cristianismo matizado con sentimientos e ideas de origen griego, por lo que el Viejo Testamento y su dios celoso no influyeron tanto allí como en Occidente, donde reaparece con el protestantismo. La diferencia entre "orientales y occidentales" fue la diferencia entre una Grecia a través de Roma al Poniente y una Grecia a través de Bizancio al Levante –originándose así el mito de la tercera Roma. De Bizancio, la Moscovia que sucede a la Rus’de Kiev había recibido una teología política que giraba sobre dos ejes: el primero, que el emperador, el basileus, el “zar” (César) a partir de Iván III, estaba revestido de un carácter sacro, con una misión apostólica de defensor de la fe; el segundo, una idea común con la cristiandad medieval, que el imperio romano no podría desaparecer de la historia; a lo sumo, quedar momentáneamente suspendido, en estado larval. El último de los emperadores bizantinos, Constantino XI Paleólogo, que murió con las armas en la mano, no dejó hijos, sino unos sobrinos, recogidos por el papa Pío II. Iván III solicitó al pontífice la mano de la única sobrina mujer, Zoé. Un legado papal condujo la Paleóloga a Moscú, e Iván asumió la sucesión de los emperadores bizantinos y, a través de ellos, de los emperadores romanos. Recapitulado esto, si Rusia es Eurasia antioccidental, entonces España es Euráfrica. La Horda de Oro de Gengis-Khan manejó Rusia desde 1240 hasta 1380 y podemos alargarlo hasta 1480 cuando Iván III los echa definitivamente. Los mogoles dieron a la futura Rusia una escuela de guerra y un espíritu de cruzada, pero su absolutismo oriental sólo reforzó una enseñanza bizantina: el basileus y el autocrator a imagen y semejanza de Dios. España fue árabe durante siete siglos y sólo algún bodoque ochocentista pudo decir aquello de que “Europa acaba en los Pirineos”. Rusia es Europa y Europa necesita a Rusia (¿qué hace la OTAN, el Atlántico Norte, en los confines de Europa? se preguntaba con razón Solyenitzin hace casi cuarenta años) así como Rusia necesita a Europa. Europa necesita a Rusia para recobrar los pilares clásicos de su cultura, que admite y se nutre con las diversas impostaciones nacionales, y hoy está diluida en un “occidentalismo” global y sin raíces, que se expresa en la jerga de lo políticamente correcto. Rusia necesita a Europa para reconocerse, con su componente mítico y milenarista, que el comunismo soviético redujo a escatología carnal fracasada, como parte de una vasta unidad cultural abarcadora, que llamamos “europea”, con la que nuestra ecúmene iberoamericana se encuentra necesariamente emparentada.
Ucrania como “límite”
Y Rusia precisa de Ucrania así como Ucrania precisa de Rusia para asegurar, ambos, sus identidades. No sólo Ucrania, sino todos los países donde convergen los eslavos occidentales necesitan de Rusia, y ésta de aquéllos, para afirmar su singularidad y conservar la riqueza de su diversidad. “Ucrania” es palabra que significa “límite” y tiene las características y naturaleza del límite: une y separa, mira a ambos lados; pero es necesario para de-finir cada lado –finis, en latín, es límite. Esa característica de límite en el caso ucraniano se manifiesta en su misma diversidad lingüística. Su fatalidad quiso que fuese el límite entre los eslavos occidentales, celosos de sus lenguas, y los eslavos orientales, predominantemente rusófonos, y que esa delimitación atravesase sus tierras. Es un enorme error –que algunos proclaman por ahí- que Ucrania sea apenas una expresión geográfica. Del Rúrik vikingo que en siglo IX establece los primeros alcances de la Rus’ de Kiev, su cuna religiosa, cultural y nacional, hasta Iván IV, el Terrible, se suceden los ruríkidas, en tradición que reúne los destinos de Ucrania y de Rusia, como también los de la “Rusia blanca”, Bielorrusia, pero sin confundirlas. Ucrania estuvo bajo el poder de Lituania, de Polonia y, luego, del imperio austro-húngaro. Integró la URSS y, bajo el dominio stalinista, en 1932/3, fue objeto del Holodomor, una hambruna organizada que derivó en genocidio. En 1991, recobró Ucrania su independencia. Es una etapa marcada por el foso que se va progresivamente agrandando entre el oeste del país, que habla el ucraniano y mira a la integración con la Unión Europea y el este del país, rusófono y rusófilo, que apunta a confluir en la Federación Rusa. Discordia que se manifiesta también en el plano religioso, entre la iglesia ortodoxa ucraniana que termina separándose del patriarcado de Moscú y consigue luego ponerse en comunión con el patriarcado de Constantinopla, como también los rutenos –católicos orientales de rito bizantino-, por un lado, y los ortodoxos fieles al patriarcado moscovita. Réplicas y contrarréplicas, caídas y recaídas se suceden: la “revolución naranja” de 2004, apoyada por los EE.UU; agitaciones en Crimea y en Donetsk; en 2014, las manifestaciones a favor para exigir la firma de un acuerdo con la UE, dirigidas contra un presidente considerado prorruso; un referéndum en Crimea la declara autónoma y es aceptada en la Federación Rusa, que la ocupa con sus tropas; en el Dombás mayoritariamente rusófono, se proclaman las repúblicas de Donetsk y Lugansk, sostenidas por milicias con armas rusas. Estalla así una guerra civil, considerada desde Kiev como invasión rusa, entre aquellas milicias y el ejército ucraniano, apoyado también por milicias voluntarias. Las denuncias de excesos y demasías sobre la población civil se cruzan entre ambos bandos; un acuerdo de alto el fuego celebrado en Minsk, Bielorrusia, fracasa a poco de firmado. El 21 de febrero pasado, la Federación Rusa reconoció las repúblicas independientes de Lugansk y Donetsk y el 24 comenzó la invasión de las tropas rusas a Ucrania.
“Heterogénesis de los fines”
Vladimir Putin no es el orate sádico que pinta buena parte de la prensa. Sus reclamos siguen una línea geopolítica perfectamente reconocible desde que se afirmara el imperio ruso. No hay grandes obstáculos naturales, prácticamente, entre el Vístula y los Urales, que sirvan de grandes obstáculos al paso de un invasor. La inmensidad y el invierno han sido los aliados de las defensas rusas, no las dificultades que el terreno pueda presentar al enemigo. De allí una mentalidad de víctimas de un asedio permanente y la voluntad de interponer antemurales a su territorio. Como todo imperio, debe asegurarse una esfera de influencia, un espacio donde se detenga toda amenaza. Para Putin, Ucrania es uno de esos preciados antemurales, quizás el principal. No sólo para él: Kissinger, en “Diplomacy”, señalaba que “hasta Aleksander Solyenitisin, cuando escribe sobre librar a Rusia de la pesadilla de convertir en súbditos a quienes no la quieren, instó a Moscú a retener un núcleo de Ucrania, Bielorrusia y hasta la mitad de Kazajistán, casi el noventa por ciento del antiguo imperio”. Por eso también el mismo Kissinger, en 2014, sostenía que era necesario defender la integridad territorial de Ucrania, pero sin la OTAN en ella, neutralizada o “finlandizada”. Caído el imperio soviético y disuelto el Pacto de Varsovia, se les prometió a los rusos que la OTAN no estaría desplegada más allá del Elba, que no apuntaba a sus tierras y que hasta podrían participar en ella. Lo que ocurrió fue a la inversa, y he allí el principal factor desencadenante de la reacción rusa.
Muchos entendieron que el objetivo de Putin era consolidar la posición en el Dombás y tender un pasillo territorial entre ese enclave y Crimea, que junto con el despliegue de tropas en la frontera con Bielorrusia ejercería sobre el gobierno de Kiev una presión suficiente como para negociar la paralización del proyecto de incorporación a la UE e integración a la OTAN. Pero, como en un juego de espejos, la invasión parece guiada por aquellos procedimientos tan criticados cuando les han echado mano los EE.UU., la OTAN e integrantes de la UE, y que en los hechos han demostrado que conducen al fracaso. Me refiero al regime change, esto es, al derrocamiento de un gobierno por medio de la invasión militar de una gran potencia, para instaurar un régimen complaciente con aquélla y someterlo a su órbita. Irak y Afganistán, así como la tentativa en Siria, son ejemplos en la cuenta de las potencias occidentales, y Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968), así como Afganistán, en la de la URSS. El juego de espejos continúa: la intervención de los EE.UU. y la OTAN en la ex Yugoslavia, en 1999, produjo el insistente bombardeo sobre objetivos civiles en Belgrado, con parecidas escena de muertos, heridos, desplazados, niños abandonados, aunque la cobertura mediática no alcanzó la dimensión de la actual. Y más tarde, en el 2008, se alimentó por los EE.UU. y la OTAN la secesión de Kosovo, respecto de Serbia, fundada en la presencia mayoritaria de albaneses islámicos en una zona que era considerada cuna la ortodoxia serbia. Kosovo se constituyó como país independiente, bajo el protectorado de la OTAN, como hoy las repúblicas de Donetsk y de Lugansk pretenden bajo tutela rusa. Se advierte, por otra parte, que Rusia busca presentar su operación militar como una secuela de la “guerra patriótica”: el objetivo es “desnazificar” la Ucrania pro UE, lo que quizás en las grandes ciudades no ha tenido el eco que se esperaba y ha levantado protestas. Quizás el objetivo inicial que los observadores atribuían a Putin, en la dinámica de los acontecimientos políticos, y ante la resistencia ucraniana, mucho más intensa de lo la inteligencia rusa parece haber previsto, lo hayan arrastrado a perseguir el cambio de régimen y consiguiente ocupación para mantener el nuevo gobierno. Hace mucho Juan Bautista Vico advertía sobre lo que se ha llamado “heterogénesis de los fines”, que es la contradicción entre las intenciones y fines perseguidos y los resultados logrados, que pueden ser los opuestos. En las grandes decisiones políticas suele aparecer estas consecuencias insospechadas, donde el giro de la rueda de la fortuna pone a prueba la virtù del decisor. Putin buscaba asegurar un antemural neutralizante al despliegue de la OTAN y puede acabar encallado en la ocupación de un país hostil. Buscaba establecer vínculos entre su revolución conservadora y las similares orientaciones que surgían en el Este europeo, en las naciones vinculadas en el pacto de Visegrado –Eslovaquia, Polonia, Hungría, República Checa-, que representaban una oposición interna a la conducción de Bruselas, y ahora las ha puesto a velar las armas. Los eslavos occidentales han visto siempre con recelo la expansión rusa, que antaño llegó hasta el Vístula, y entienden que cuando desde Moscú se habla de paneslavismo se debe entender panrrusismo. Para la pretensión de ser tercera Roma, se debe antes aprender de la primera las modalidades de la translatio imperii, de cómo federar y definir un modelo identitario fundado en la pluralidad, lo que en Rusia se echa a faltar. Además, al reconocer Putin dos repúblicas declaradas independientes dentro de un país soberano (el antecedente, ya dijimos, está en el invento de Kosovo), introduce un argumento de autodeterminación que puede resultar un bumerán en una federación como la que preside. Desde nuestra perspectiva argentina, debemos, como en el caso de Kosovo, formular nuestras reservas; de otro modo, mañana los falklanders con un referéndum, como vienen amenazando, pueden constituir un estado independiente dentro de la Commonwealth británica, y hasta los mapuches emular a Dombass. En fin, que varias repúblicas de la esfera de influencia rusa, como Moldavia y Georgia, pidan su incorporación a la UE, está mostrando una falla en el manejo imperial, salvo que se les quiera aplicar también a estas postulantes el correctivo ucraniano. Por último, caer en brazos de la China, el Imperio del Medio, que juega un papel cauteloso, para la estrategia rusa no representa más que cierto alivio a corto plazo, y la amenaza de un vasallaje en el porvenir. ¡Qué lejos está aquel 1969 en que, tras varios años de incidentes fronterizos, las fuerzas soviéticas batieron a las tropas chinas que habían entrado en el Kazajistán!
Mientras tanto, en el ala “occidental” se percibe el retorcimiento desesperado de los discursos. Después de que la vulgata globalista nos tiene acostumbrados a que el “nacionalismo” es uno de los mayores males a evitar, se exalta el nacionalismo ucraniano, que resiste y cobra luengo saldo de víctimas. Y la vulgata del cambio climatológico y las fuentes limpias de energía se siembra de excepciones. ¿Cómo llegamos a depender del gas ruso sin otra alternativa? ¿A quién se le ocurrió semejante bobada? Ahí está el carbón, también la energía nuclear: pongamos por un rato cabeza abajo la estampita de Greta Thunberg y que se oscurezca momentáneamente la aureola de infalibilidad de Ángela Merkel. Mientras tanto, algunos rogue states, Estados villanos, como Venezuela e Irán, pueden presentarse ahora bajo otra luz, como habiendo atravesado un imaginario Jordán, porque tienen el petróleo del que no se puede prescindir. En tanto, puede plantearse que se forme un tribunal internacional para juzgar a Putin y sus generales por crímenes de guerra. Sin embargo, la condición necesaria para tal juicio es que sea llevado a los estrados un vencido –“Danilo Zolo, “La Justicia de los Vencedores –De Nuremberg a Bagdad”- y ella está por ahora lejos de darse. En donde no caben discrepancias, eso sí, es que se debe luchar contra el poder del mal hasta el último ucraniano.
En 2017, apareció una “Historia de Ucrania –el punto de vista ucraniano“, escrito en neerlandés y francés por Luc y Tina Pauwels, con rigor historiográfico y notable objetividad. La obra, recomendable y de gran actualidad, fue excelentemente traducida entre nosotros por Néstor Luis Montezanti. El traductor, en el prólogo, ensaya una comparación entre los destinos de Ucrania y de la Argentina: “ambos ocupan territorios enormes, con dilatadas costas marítimas, feraces llanuras y feroces estepas, gentes de a caballo capaces de las mayores hazañas y de las peores crueldades. Uno se llama el territorio del confín, el otro es el fin del mundo. Ambos han atraído la atención voraz de muchos. Y, sobre todo, ambos van por la historia de frustración en frustración, vaya a saber si por infortunio providencial, vaya a saber si por desajuste perpetuo entre estado y nación…”. El lector podrá aprovechar la riqueza y sugerencias de ese cotejo.
Por mi parte, he intentado en estas líneas explicar, contra la marea informativa, las razones de la invasión rusa, sus posibles consecuencias perjudiciales más allá del propósito original y la doblez hipócrita que presentan buena parte de los planteos “occidentales”. Como en toda guerra, cubra la pietas a los caídos de uno y otro bando, el sufrimiento de los bombardeados y desplazados, el llanto de los niños que viene repitiéndose en todos estos enfrentamientos desde largo, sin necesidad de mostrar ahora unas imágenes y ocultar otras pasadas. Ante el denuedo de los cosacos de las estepas negras, que me evoca a los combatientes de Malvinas, recurro a un poeta romano que escribió aquello de “<i>victrix causa diis placuit, sed victa Catoni</i>”: la causa de los vencedores complació a los dioses, pero Catón estuvo por el vencido. Catón: el difícil empeño de ser un hombre recto.-
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-21326029751715472402021-10-08T22:07:00.004-03:002021-10-08T22:11:47.985-03:00VOTACIONES O LA MÁQUINA DE ASUSTAR
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhweChkca5497x54RKqYq-_BUsaZwDhFKarUXRJnHBby7izvSwpd2TkyUp5X3jCwxag5PWcozMEaTKhXUOoHIgmN16Tzvi-hwLH0lttL_L8j-ySwKEl7npJuARn_VxJJ-sRIN_l/s385/me%252Besta%252Bmeando.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" height="320" data-original-height="385" data-original-width="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhweChkca5497x54RKqYq-_BUsaZwDhFKarUXRJnHBby7izvSwpd2TkyUp5X3jCwxag5PWcozMEaTKhXUOoHIgmN16Tzvi-hwLH0lttL_L8j-ySwKEl7npJuARn_VxJJ-sRIN_l/s320/me%252Besta%252Bmeando.jpg"/></a></div>
¿Y si por un momento pudiera ser a la inversa?
Moisés Ostrogorski (1854-1919) fue uno de los primeros, sino el primero, en realizar un análisis sistemático de la organización y funcionamiento de los partidos políticos, una vez producido el fenómeno del ascenso de las masas y la consiguiente universalización del sufragio, hacia fines del siglo XIX.
En su libro “La Democracia y los Partidos Políticos”, aparecido en 1903, describió el funcionamiento de las máquinas electorales en la Gran Bretaña y los EE.UU., detallando características que se han mantenido en el tiempo. Ostrogorski, que se definía a sí mismo como un “pesimista público”, señalaba que la democracia representativa –ya desde la difícil conjunción de ambos términos, “democracia” y “representación”- es más bien un problema que una solución. En el mejor de los casos, una solución problemática. Los partidos políticos, según nuestro autor, necesarios para el funcionamiento de la democracia, tienden a confiscar el poder atribuido teóricamente al cuerpo de la ciudadanía, en beneficio propio. Frente al desencanto de la democracia que recorre nuestro tiempo, y hasta el desencanto de la política en que tal estado de ánimo desemboca, Ostrogorski resulta un autor muy actual, a ciento veinte años de la publicación de su obra.
Hasta aquí lo más conocido del pensamiento pionero de Ostrogorski. Pero hay otro aporte de este autor, que suele olvidarse y que también se encuentra a la hora de ahora. La ciudadanía, para ser tenida en cuenta por la clase política, debe usar el voto como un arma de intimidación contra aquélla. El ciudadano expresa en la democracia la única partícula de “soberanía” que los papeles constitucionales atribuyen, intimidando a los gobernantes por el sufragio. Las libertades políticas son, en el fino fondo, formas de ese poder de intimidación: libertad de opinión, de prensa, de reunión, de asociación y –sobre todo- el voto. Cuando el ciudadano advierte que su voto, más que para elegir a Fulano o Zutano que mañana, desde su banca o despacho se olvidará de él, debe servir para amedrentar a la clase política a fin de que lo tenga por un instante en cuenta, cae en la cuenta que así, y sólo así, está añadiendo un porcentual de poder a su voto.
Las votaciones, ese esconderse periódicamente por un ratito para depositar un sobre en una ranura, sólo expresan un ejercicio realmente democrático, esto es, un momentáneo acto de gobierno “por” el pueblo, cuando funcionan como una máquina de asustar a la dirigencia política autorreferencial y casi incestuosa en sus mutuas relaciones. Muy claro se vio este ejercicio del poder intimidatorio del voto en las últimas PASO. La respuesta del amontonamiento gobernante fue bajar a algunos ministros de la calesita, cambiar a otros de montar un caballito a sentarse en un autito y hacer subir al disco giratorio a algunos veteranos calesiteros que prometen más premios al que atrape la sortija. El “poner platita en el bolsillo” de la gente, aumentar subsidios sociales, hasta insinuar un levantamiento al cepo a la exportación de carnes, declarar vencida la pandemia, un festival de reparto de fondos públicos y de celebrar hasta la inauguración de una copa de leche, son los síntomas del miedo a que el descalabro electoral se repita o se agrave. En noviembre, pues, la intimidación debe hacerse sentir más fuerte. Esto es, adecuarse a la propia lógica del mal gobierno que padecemos, y de la clase política en general, que sólo te tiene en cuenta cuando se asusta. Quien saque una ventaja, aunque mínima, del escalofrío que recorre el espinazo de los gobernantes, debe aprovecharla, desde luego. Pero debe también seguir y acentuar, si cabe, el efecto intimidatorio de su voto en contra. No compra ni alquila mi voto con su reparto de brillosa baratija; al contrario, me confirma en que debo seguir pegándole en la urna para que recuerde que este ciudadano existe.
Podría acabar este suelto con el viejo cuento del emperador y del chico que grita que está desnudo. El grito del chico, en nuestro caso, resulta del urnazo que expide la máquina de asustar y deja en pelo a al dispar elenco gobernante. Pero, desnudo y todo, el del cuento continuaba siendo emperador. Aquí ocurre algo peor: debajo del ropaje del emperador –y la emperatriz- no hay nada, no hay nadie. La perfección del simulacro, que la máquina de asustar pone a la cruda luz.-
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-62095462977899535242021-07-11T23:37:00.002-03:002021-07-11T23:38:37.341-03:00EL DERECHO DE PROPIEDAD COMO “DERECHO NATURAL SECUNDARIO” VISTO POR UN JURISTA
<p align="center" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb5H45BFIQOxf5xn9TqczCUP0Genbf2RstrgppL65ewAKFtVQ3gf44jFRSSjCKU6a3OUZ8Emfvw0v50IQi57ucQsw1UkpgSwDYimPE_PaXKQNfvS_ZRbKzUY1eIVniOdJt9pOt/s599/Franciscobouncer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="599" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb5H45BFIQOxf5xn9TqczCUP0Genbf2RstrgppL65ewAKFtVQ3gf44jFRSSjCKU6a3OUZ8Emfvw0v50IQi57ucQsw1UkpgSwDYimPE_PaXKQNfvS_ZRbKzUY1eIVniOdJt9pOt/s320/Franciscobouncer.jpg" width="320" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /><span style="font-family: Calibri;"></span></b><p></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">El papa
Francisco ha hablado otra vez –antes lo había hecho en términos parecidos en “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">Fratelli tutti</span></i><span style="font-family: Calibri;">”- de la propiedad privada
como “derecho natural secundario”. El “derecho natural primario” es la
“destinación universal de los bienes”. Consecuencia para la tribuna: lo creado
pertenece a todes, todxs, todos y todas. La propiedad privada correspondería a
un derecho natural secundario, de segunda; ergo, para la doctrina de tribuna,
una justificación descartable en nombre de aquel derecho natural primario, el
de la pertenencia colectiva, al que debe sujetarse. Si esto es lo que dijo o
quiso decir el papa Bergoglio ya </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">deja de
contar. En todo caso, doctores tiene la Iglesia y ahí están Elisabetta Piqué o
Sergio Rubin, vaticanistas domésticos, </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">para decirnos que lo que dijo no encaja con
lo que otros entienden que fue su intención expresar.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">En definitiva,</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">lo que importa son las repercusiones y el
mensaje que de sus palabras extraen los sectores próximo al gobierno que más
alardean de revolucionarios y los movimientos sociales que les sirven de
acompañamiento, especialmente los que actúan en las tomas de terrenos. Ponga usted
esas palabras en la cabeza de Juan Grabois, que de paso algún enchufe tiene en
cierta oficina vaticana, </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">y que chive la
clase media, cruzada ahora por la pesadilla de que el título en papel sellado que
le dio alguna vez aquel amable señor escribano se autodestruya como en “Misión
Imposible”. Hasta puede ser que el profesor adjunto interino</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">que detenta la presidencia produzca algún
corolario al mensaje papal, porque le encanta colar comentarios al pie.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Algunos suponen que el papa Bergoglio está
atrasado de noticias porque se le confundieron los apuntes que tomó</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">allá lejos en su noviciado jesuítico, pero
otros sostienen que, en realidad, está exponiendo la línea doctrinaria del
futuro, porque vamos hacia un mundo en el que la propiedad privada ya no tendrá
sentido, reemplazada por un uso temporario de bienes intercambiables, como lo
son ya hoy las Ecobicis. Una renta básica universal asegurará, en aquellas
zonas del globo que puedan financiarla, un mínimo de subsistencia a toda la
masa que ya no sea necesaria,</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">para
asegurar que ese personal</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">esté calmo y
entretenido; mientras tanto,</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">las
libertades políticas desaparecerán porque ya no hará falta teatralizarlas
defectuosamente como hasta ahora y lo colectivo de la supervivencia de la
especie pasará a ser el único referente universal y regulador del control
social, para mantener la</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">sostenibilidad
ambiental del planeta. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">El papa, pues,
nos estaría haciendo discretos anuncios como un</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;">
</span></span><span style="font-family: Calibri;">profeta que desentraña los signos de los tiempos. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Pero hagamos
abstracción de esta deriva y conversemos sobre el problema de la propiedad</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">y el destino universal de los bienes como si
del estado del mundo no tuviésemos la menor noticia; esto es, hagamos como si
–en metáfora probablemente sin asidero histórico- estuviésemos debatiendo sobre
el sexo de los ángeles en Constantinopla, año 1453. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">La propiedad,
como la familia, existe antes de que se pensase en definirla y de fijarla como
“derecho”. En todos los momentos de la historia, los hombres (y, claro, </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">las mujeres, las niñas</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">y los niños) han tenido cosas que han llamado
“suyas”.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">El cazador y el guerrero han
poseído sus propias armas, y cada ama de casa neolítica ha creído que el cuenco
de barro que ponía al fuego era suyo. Antes de que se pensase en el concepto de
“derecho”, o que una inspiración superior soplase aquello del “destino
universal de los bienes creados”, en todas partes los individuos y las
individuas se arrogaban sobre algunos objetos la facultad de servirse de ellos
y de impedir a los otros que se sirviesen de los mismos en las circunstancias
habituales de su vida, sin darse cuenta de que ejercitaban un “derecho” ni
suponer que así dejaban de lado un destino universal de sus cacharros y demás
posesiones. Desde luego que</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">había
objetos que su utilidad aconsejaba apropiarse y otros que no, porque existían
en abundancia y podía disponerse libremente de ellos, como el aire y el agua. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">La expresión “propiedad”, “apropiarse” de una
cosa, hacerla propia, hacer de ella algo de uno mismo, proyección de uno mismo,
expresa una tendencia profunda de la naturaleza del hombre; así como reivindica
una facultad de disponer libremente de su persona, afirma la facultad de
disponer de la cosa apropiada. Desde este punto de vista, la propiedad
individual es tan natural como comer o reproducirse. Esto fue recogido en la
definición romana de la propiedad como </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius
fruendi, utendi</span></i><span style="font-family: Calibri;">, y </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">abutendi</span></i><span style="font-family: Calibri;">:
derecho de disfrute, de uso y de consumo (</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">abutendi</span></i><span style="font-family: Calibri;">,
aclaro para la tribuna, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span></i><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">no
tenía el sentido de mal uso de nuestro “abusar”, sino de usar de algo hasta el
fin, hasta consumirlo). </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Si lo propio del
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius </span></i><span style="font-family: Calibri;">es la adjudicación de lo suyo de
cada uno (</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius suum cuique tribuere</span></i><span style="font-family: Calibri;">),
ese “suyo” que alguien reivindica es algo “natural”; otra cuestión, que viene a
continuación, es saber en qué circunstancias ese “suyo de cada uno” puede
considerarse legítimo y, en consecuencia, adjudicable al reclamante. Y tras ese
paso, queda a considerar el alcance del ejercicio de ese derecho legítimo. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Veamos lo de la
“destinación universal de los bienes”. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Aclaro, de movida, que </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">quien esto escribe es un mero jurista. No teólogo,
filósofo, sociólogo o politólogo: mero jurista que</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">se cree convocado porque se está hablando de
un “derecho”, el “derecho de propiedad”. “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">Merus
legista, purus asinus</span></i><span style="font-family: Calibri;">” asentaba en un latín macarrónico Nicolás Ramiro Rico</span><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/Derecho%20Natural%20Secundario.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[1]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri;">.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Y este firmante </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">asinus </span></i><span style="font-family: Calibri;">–“burro”, para la tribuna-, aguzando sus orejas
correspondientes, quiere avanzar en este escabroso terreno con </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">paso tan lento como firme. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Para eso,
muchachxs, debemos partir del </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius</span></i><span style="font-family: Calibri;">, el
derecho romano. Tranqui la tribuna, que lo ponemos fácil. Piensen en un pequeño
pueblo fortificado, una comunidad de chacareros, bautizada Roma. El toro de
Petrus en un trotecito entra en el predio de Paulus y siguiendo su natural
impulso cubre a la vaca del susodicho. Cuestión: ¿de quién es el ternero? La
respuesta no iba a provenir de una revelación de lo alto. Sin desconocer la
presencia y persistencia de lo sacro en este mundo, estos chacareros pensaron
el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius</span></i><span style="font-family: Calibri;">, centrado en un precepto: el
adjudicar lo suyo de cada uno. Dejemos a los juris-prudentes elaborando la
respuesta que hará jurisprudencia sobre el ternero.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Allí se define la propiedad chacareramente como
hemos visto: derecho de disfrute, uso y consumo. ¿Entonces –dirá el pequeño
Grabois que todos llevamos adentro- esos romanos eran unos repugnantes individualistas?
No, porque tanto el derecho romano público como el privado estaban
empapados</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">de un intenso sentido
comunitario, orgánico, que convivía con una también fuerte afirmación del
ciudadano, del </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">civis</span></i><span style="font-family: Calibri;">.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">La comunidad se conformaba a partir del
ciudadano, no el ciudadano a partir de la comunidad, como en la antigua
Grecia.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Para mayor paradoja, los
juristas romanos aludían a que la humanidad partió de un </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">estadio primario –aquí aparece la palabreja-,
que llamaban indistintamente </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius naturale</span></i><span style="font-family: Calibri;">
o </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">status naturae</span></i><span style="font-family: Calibri;">. Una primera
constitución del mundo en que todo era común y donde no había sometimiento de
unos por los otros. ¡Entonces todo era de todos y “naides más que naides”!
grita el pibx de la Cámpora saltando sobre sus Legends of Summer de Air Jordan,
versión La Saladita, y agitando su brazo izquierdo</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">con muñeca que luce junto a varias cintitas
el Patek Philippe Grand Master Chime imitación Ciudad del Este y culmina en
mano que enarbola un smartphone legítimo. No, porque aquellos chacareros</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">destinados a dominar el mundo de entonces
pensaban que ese </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius naturale</span></i><span style="font-family: Calibri;"> era el
que la naturaleza había enseñado a todos los animales, a todos los seres
vivientes, en cierto modo prejurídico. Pero en la conformación de las
comunidades políticas había surgido un “derecho de gentes”, un </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">jus gentium</span></i><span style="font-family: Calibri;">, que justificaba tanto la
propiedad como el dominio de unos sobre otros. Éste era secundario, cronológicamente,
pero prevalecía sobre el primario porque aquél era el que, conforme la
naturaleza de las cosas, se hallaba establecido en el mundo histórico y civil.
Para comprender la importancia y expansión de este derecho de gentes, “el que
usan todos los pueblos humanos”, el común a todas las gentes, hay que tener en
cuenta lo que pasó con ese pequeño pueblo fortificado que llamamos Roma. Dos
siglos después de su fundación controlaba las costas del Mediterráneo y una
gran parte del antiguo imperio de Alejandro; sus siete colinas insignificantes
habían logrado tanta fama como la Acrópolis o las Pirámides; el torrente
montañoso que bañaba sus muros, el Tíber, era tan famoso como el Nilo y su
expansión comercial se había mantenido a tono con sus conquistas. Roma tenía
que manejar la pluralidad. Haciendo entrar bajo su constitución a diversos
pueblos, no les</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">pedía abandonar sus
tradiciones. Cicerón teorizaba que todo ciudadano romano tenía dos patrias: de
un lado, la natural, su ciudad natal, la de sus ancestros y tradiciones; por
otro lado, de derecho, la ciudad romana, que se superponía a la anterior, como
el orden jurídico se superpone al orden histórico. Así se establecía un
universalismo “concreto”, donde la unidad implicaba la diversidad, que culminó
en el 212 de nuestra era, al extenderse la ciudadanía a todos los hombres
libres del imperio</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">El derecho de gentes
se aplicaba a este vasto universo, de acuerdo con </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">la </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">utilitas</span></i><span style="font-family: Calibri;">,
la conveniencia y adecuación a la naturaleza de las cosas, punto de partida de
la concreción del</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius</span></i><span style="font-family: Calibri;"> al caso.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">La </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">utilitas</span></i><span style="font-family: Calibri;"> funcionaba como causa, razón de
existir del </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">ius gentium,</span></i><span style="font-family: Calibri;"> y procuraba como consecuencia
concretar lo justo del caso, esto es, poner en orden, poner “derecho”, lo
torcido</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">por el entuerto. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Este derecho
romano recogido por los glosadores y canonistas fue de conocimiento de los
teólogos y moralistas medievales. Santo Tomás de</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">Aquino leyó finamente a los juristas, pero
era teólogo, no jurista. Cuando expone sus principios sobre la propiedad en dos
artículo de la </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">Summa</span></i><span style="font-family: Calibri;"> (II-II. Q. 66,
a. 1-2) lo hace a propósito del hurto y de los deberes del rico con respecto a
la limosna. Tampoco es un economista ni se plantea como aumentar la producción
de bienes: estos últimos los toma, según los pensadores de su tiempo, como un
dato estable y la cuestión es cómo administrarlos con el mayor provecho para el
bien común. Tiene muy en claro que el derecho natural “primero” es el que la
naturaleza enseñó a todo bicho viviente y allí (fuera de la cuestión previa que
resulta de </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">distinguir la situación antes
o después de la caída original) no hay lugar a la propiedad, porque en ese
punto estamos situados </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">antes de todo
“derecho”. Pero en el mundo social y humano, la existencia de la propiedad es
de toda conveniencia para el orden de las comunidades ya que permite alcanzar
la vida buena. Si para los teólogos y moralistas medievales el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri;">ius gentium</span></i><span style="font-family: Calibri;"> de los romanos era </span><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 9.5pt; line-height: 150%; margin: 0px;">un derecho positivo, o un derecho natural
secundario, esto es, derivado, o el derecho natural propio del hombre, es una
empresa insoluble, porque hubo opiniones para todos los<a name="n19"></a>
paladares, donde se inscribe también la del papa Bergoglio y la que de allí
descule la escuela graboisiana. Para dar una idea de lo complejo del
asunto,<span style="margin: 0px;"> </span>y de lo difícil, digamos en
defensa de Francisco, que es ser papa en medio de estos líos –más aún cuando se
incita a hacerlos- le cuento a la tribuna una historia –a todos nos gusta un
cuentito. Allá por el siglo XIV (año 1322) el Capítulo General de los
franciscanos declaró que Jesús y los apóstoles no habían tenido ninguna
posesión natural. Los franciscanos, afirmados en su voto de pobreza, <span style="margin: 0px;"> </span>repudiaban la propiedad y se sentían ajenos al
derecho. El papa francés Juan XXII, que había hojeado a los canonistas, <span style="margin: 0px;"> </span>encontró esta chicana para responderles:
renunció a la titularidad de los bienes de los franciscanos –provenientes de
limosnas, donaciones y legados- que estaban en manos de la orden pero formalmente
pertenecían al pontífice, y a continuación procedió a declarar como herejía la
decisión del Capítulo. La reacción de los franciscanos<span style="margin: 0px;"> </span>consistió en acusar a su vez de hereje al
papa. Se fundaban en que en 1279 el papa Nicolás III, un Orsini que Dante va a
colocar en el octavo círculo del infierno, había señalado que la renuncia a los
bienes en comunidad podía ser un camino de salvación. Para fundamentar la irrevocabilidad
de este decisorio, se redactó desde la orden la primera defensa teológica de la
infalibilidad papal en materia de fe y costumbres. Juan XXII, a su turno,
condenó en una bula esa doctrina como “obra del diablo”, declaró que la
propiedad privada existía desde antes de la Caída y que los apóstoles tenían
posesiones. Grabois podría por aquí encontrar un camino para convertir su
organización<span style="margin: 0px;"> </span>en columna de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">fraticelli</i>, enfrente de un Macri al que
se revistiera <span style="margin: 0px;"> </span>con los oropeles de un
Orsini<span style="margin: 0px;"> </span>anatematizador.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 9.5pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Con estas breves anotaciones pretendo, desde
el<span style="margin: 0px;"> </span>enfoque de un jurista, esto es, de
alguien que reivindica la tradición más que bimilenaria del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ius</i>,<span style="margin: 0px;">
</span>intervenir en el alboroto desatado a partir de las expresiones
pontificias, donde aturden políticos, comentaristas y jurisclastas de todo
pelaje, para que, al menos, antes que las respuestas de confección puedan
plantearse mejor las preguntas.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 9.5pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></p>
<p style="margin: 0px 0px 11px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></p>
<p style="margin: 0px 0px 11px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px;"><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/Derecho%20Natural%20Secundario.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[1]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> ) En “El
animal ladino y otros estudios políticos”, Alianza Universidad, Madrid, 1980,
p. 103. El epígrafe se halla a la cabeza de “Breves Apuntes Críticos para un
Futuro Programa Moderadamente Heterodoxo de Derecho Político y de su muy
Azorante Enseñanza”. Fue un grande y original estudioso del Derecho Político,
hoy desaparecido de los programas de estudio universitarios, y que el que el
que escribe por largos años profesó.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></span></p>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-5693529507579425862021-02-27T19:55:00.002-03:002021-02-27T19:55:30.928-03:00
<p align="center" style="margin: 0px 0px 11px; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;">LA
LUCHA POR EL PODER JUDICIAL</span></b></p>
<p align="center" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Una instantánea del sistema que
enfrentamos</span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Cada
día podemos tomar una instantánea de la lucha en torno al dominio del poder
judicial. Ellas muestran sucesivos avances, retrocesos para tomar nuevo impulso
hacia adelante, escaramuzas constantes. No es un conglomerado de demasías y
corruptelas aisladas entre sí. Tenemos enfrente una acción sistemática de
adquisición y concentración de poder sobre la rama judicial, a partir de
circuitos de retroacción que se van potenciando entre sí, con manifestaciones
normativas, políticas, mediáticas, económicas, financieras y de
adoctrinamiento.<span style="margin: 0px;"> </span>En este campo, el de la
justicia, nos enfrentamos y nos enfrenta un sistema.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El
primer e inmediato objetivo de esta acción sistemática es obtener indemnidad
para la ex presidente y sus acólitos. El objetivo mediato es el establecimiento
de un régimen político hegemónico, que asegure la continuidad, preferentemente
dinástica. Para eso se requiere que la rama judicial, el ministerio público y
los mecanismos de designación y remoción de los magistrados y funcionarios estén
bien disciplinados y respondan a las directivas del poder. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Veamos
cuáles los senderos que van convergiendo para facilitar aquella acción
sistemática.<span style="margin: 0px;"> </span>A comienzos de los años 70
surge en Italia un movimiento del “uso alternativo del derecho”. Mientras el
ejecutivo y el legislativo permanecían loteados entre la vieja clase política,
la rama judicial debía asumir, por la vía creativa del derecho,<span style="margin: 0px;"> </span>la función <span style="margin: 0px;"> </span>transformadora y revolucionaria. Esa
actitud<span style="margin: 0px;"> </span>creativa de la judicatura,
desligándose de la norma existente,<span style="margin: 0px;">
</span>debía concentrarse en la dialéctica reaccionario (el derecho recibido)/progresista
(el derecho creado).<span style="margin: 0px;"> </span>La administración
de justicia se politiza así, más allá de lo que toda formulación jurídica
implica de politicidad, hasta convertirse en parcial, ideológica, tronantemente
partidista. Surge la sindicación de los magistrados en “Magistratura
Democrática”, que será “Justicia Democrática” en España y, más tarde, “Justicia
Legítima” entre nosotros. Llegamos así a mediados de los 80. Los antiguos
revolucionarios se han hecho pragmáticos, algo descreídos acerca de cambiar la
historia, tentados por el mundo de los negocios. El conflicto principal
conservador/progresista sigue manejando el lenguaje forense, pero ahora no al
servicio del proletariado sino de la propia promoción del grupo. La militancia
es puerta de acceso a la magistratura y vía regia para los ascensos. Por otra
parte, el agrietamiento de las instituciones ejecutiva y legislativa <span style="margin: 0px;"> </span>lleva a un aumento de la judicialización de la
política, lo que aumenta la cuota de poder de la magistratura militante. Y
sobre la dialéctica reacción/progreso se monta<span style="margin: 0px;">
</span>una corriente<span style="margin: 0px;"> </span>de ultragarantismo
y cuasi abolicionismo penal, donde destaca Luigi Ferrajoli y, entre nosotros
Eugenio Zaffaroni. Por otra parte, en esta apretadísima síntesis, los 90
muestran el desarrollo de una corriente, el neoconstitucionalismo,<span style="margin: 0px;"> </span>que señala el fin del Estado de derecho
clásico, centrado en la figura del legislador, a ser sustituido por el Estado
constitucional, cuyo protagonista es el<span style="margin: 0px;">
</span>juez. El juzgador debe apoyar su sentencia en principios, muchos de
ellos postulados “ad hoc”, que extrae de la constitución, no de la local, sino
de lo que Kant llamó la “constitución cosmopolítica”, conformada por los
tratados posmodernos sobre derechos humanos. De esta fuente<span style="margin: 0px;"> </span>surgen valores y, en una sociedad pluralista
y multicultural como la actual, debe el juez dirimir conflictos de principios y
valores ponderando, esto es, pesando, en un ejercicio subjetivo, cuál de esos
principios y valores prepondera. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La
ley es dejada de lado.<span style="margin: 0px;"> </span>El desprecio a la
ley puede provenir de dos fuentes. Una es cuando los destinatarios advierten
que no se trata de una ordenación de la sociedad en vistas al bien común, sino
de un artilugio hecho a medida de un grupo de presión e influencias. Muchas
veces, el desprecio resulta del espectáculo de cómo los cuerpos legislativos
despachan las leyes, o más bien las reciben hechas, <span style="margin: 0px;"> </span>como ha ocurrido entre nosotros al registrar nuestro
Congreso, al barrer y sin discrimen, los DNU del Ejecutivo dictados durante la
emergencia de la pandemia, con poderes extraordinarios no autorizados por ley
alguna.<span style="margin: 0px;"> </span>Pero otra fuente de desprecio a
la objetividad de la ley, esa “razón sin pasión” que decía Aristóteles, proviene
de las corrientes jurídicas que muy rápidamente he sintetizado y, en especial,
de las que confluyen bajo el rótulo de neoconstitucionalismo.<span style="margin: 0px;"> </span>Tuvimos un ejemplo muy claro de este
menosprecio de la ley y de los fundamentos <span style="margin: 0px;"> </span>clásicos del derecho cuando, a partir de la
asunción de la presidencia por Néstor Kirchner, <span style="margin: 0px;"> </span>volviendo nuestra Corte Suprema sobre sus
propios pronunciamientos, y dejando de lado las leyes, la Constitución y las
convenciones internacionales con jerarquía constitucional se estableció, con la
solitaria disidencia del doctor Carlos Fayt, una justicia de dos velocidades,
una para las causas comunes y otra para aquellas causas de “lesa humanidad”
donde no rigen las garantías fundamentales, según ha venido señalando desde
hace mucho la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, a la que
pertenezco. Y no sólo con aquella composición de la Corte Suprema tuvimos estas
demasías. Nuestro alto tribunal actual había decidido que correspondía
aplicar<span style="margin: 0px;"> </span>el llamado “2 x 1”, la ley penal
más benigna,<span style="margin: 0px;"> </span>en un caso de “lesa
humanidad”, como la ley autorizaba. Pergeñó entonces el Congreso una
extravagante “ley interpretativa” que abolía tal aplicación, pero que jamás
podía obrar con efecto retroactivo. Entonces nuestra Corte, con la ahora
solitaria disidencia de su presidente, el doctor Carlos Rosenkrantz, dio vuelta
su fallo anterior, en el sentido de inaplicar el beneficio.<span style="margin: 0px;"> </span>Un jurista, el doctor Andrés Rosler, se
sintió obligado a publicar un libro cuyo título expresa una verdad del doctor
Perogrullo, tan obvia como imprescindible para que la tuvieran presente
nuestros ministros del<span style="margin: 0px;"> </span>supremo tribunal:
“La Ley es la ley”.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Imaginemos
ahora un desguace total del poder judicial y del ministerio público, así como
el manejo a voluntad del Consejo de la Magistratura, bajo un gobierno que ya
sin tapujos pretenda moldear la vida política y social con una ideología
“progresista” y neblinosamente “revolucionaria” –“socialismo siglo XXI, Foro de
San Pablo, Grupo de Puebla, etc.- , sobre un entramado político y financiero de
influencias y negocios que aseguren el dominio de una nueva clase privilegiada
sobre la masa de población reducida a la subsistencia y la subciudadanía.<span style="margin: 0px;"> </span>Tal sería la culminación de la acción
sistemática señalada al principio. Los integrantes<span style="margin: 0px;"> </span>del “poder judicial”, del ministerio público,
del Consejo de la Magistratura estarían reducidos a marionetas del círculo de
poder.<span style="margin: 0px;"> </span>Recordemos que cuando se habla de
independencia judicial –para la que nuestra Constitución ofrece algunos
resguardos- nos referimos ante todo a la integridad, independencia práctica y
libertad de espíritu de los que integran el cuerpo.<span style="margin: 0px;"> </span>Y estos atributos no pertenecen propiamente a
la esfera del “poder” sino, de acuerdo con la antigua distinción romana, a la
esfera de la “autoridad”, al saber jurídico y la voluntad de búsqueda de lo justo
del caso, socialmente reconocido y refrendado por el ejemplo, el único
argumento efectivo en la vida civil. Que hay aún jueces así en nuestros cuerpos
tribunalicios, es muy cierto. Que su excelencia está opacada por la sombra del
sistema que pretende su sujeción, es muy cierto también. Que se ha logrado
echar sobre nuestra agencia judicial un manto de descrédito, lo dicen los
sondeos de opinión. Aún estamos a tiempo de remontar la lucha por el poder
judicial a que nos enfrenta la acción sistemática<span style="margin: 0px;"> </span>que busca anularlo, a condición de tener en
claro cuáles son las causas de que el mal avance, y que no se trata de descontentos
aislados gestionables con cambalacheos de pequeña política. Un sistema se hunde
por inadaptación a las circunstancias o bajo el peso de sus contradicciones
internas. Allí están los puntos donde debemos actuar de consuno.-</span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><br /></span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizeUuKW0hvCsFO9zrfWYsaHX-gQdwpPKEyNLT95Oq2BZd76haIDMowoIliN8u7EyC8JSaYHNOVdoF-sICTzaOYWOZbM67pwkDgUxAL4mQVIVJJHzpYrCH109VB4yBqeJBqYrcj/s1500/LOLA+MORA+Estatua+de+la+Justicia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1125" data-original-width="1500" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizeUuKW0hvCsFO9zrfWYsaHX-gQdwpPKEyNLT95Oq2BZd76haIDMowoIliN8u7EyC8JSaYHNOVdoF-sICTzaOYWOZbM67pwkDgUxAL4mQVIVJJHzpYrCH109VB4yBqeJBqYrcj/s320/LOLA+MORA+Estatua+de+la+Justicia.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-5797807866636862722021-02-27T19:47:00.003-03:002021-02-27T19:47:57.437-03:00SCOTUS YA TOMÓ POR HÁBITO ESCURRIR EL BULTO
<p style="margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdVyhGxOazzdK0hea7kNuW3zxR-mBZScF4L2OqJlWBx6I5rih3ah5F9JJn0zH72SgEEQNceJLM1T51Gg93U8xPXhMNrarrVglY1TafmaEj9V_G0QWnQqV2OShD-SttF_3H5jAq/s1024/SCOTUS1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="683" data-original-width="1024" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdVyhGxOazzdK0hea7kNuW3zxR-mBZScF4L2OqJlWBx6I5rih3ah5F9JJn0zH72SgEEQNceJLM1T51Gg93U8xPXhMNrarrVglY1TafmaEj9V_G0QWnQqV2OShD-SttF_3H5jAq/s320/SCOTUS1.jpg" width="320" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; font-variant: small-caps; line-height: 107%; margin: 0px;"></span></b><p></p>
<p style="margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Este
artículo es un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">post scriptum</i> a una
colaboración anterior titulada “SCOTUS ESQUIVA EL<span style="margin: 0px;"> </span>BULTO”. Es que el alto tribunal
norteamericano reincide en<span style="margin: 0px;"> </span>hurtarle el
cuerpo a una cuestión de la mayor importancia institucional: cómo asegurar la
confianza ciudadana en su sistema electoral, que es el zócalo de su régimen
político.<span style="margin: 0px;"> </span>No es cuestión baladí, porque
más de setenta millones de norteamericanos piensan que en las elecciones de
noviembre del año pasado un amaño permitió que su voto fuera escamoteado y
surgiera un ganador fraudulento. No se trata de establecer aquí si hubo o no,
efectivamente, trampa electoral. Lo que interesa del punto de vista jurídico
político, es que<span style="margin: 0px;"> </span>esa difundida creencia
no tuvo una respuesta de autoridad, de saber socialmente reconocido y
ampliamente respetado, que tomara el toro por las astas y <span style="margin: 0px;"> </span>decidiera de un modo u otro sobre la cuestión.
Esa autoridad residía en la Corte Suprema, en SCOTUS<a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[1]</span></span></span></span></a>,
y SCOTUS se contorsiona cuanto puede, esquiva el compromiso y calla. Como
veremos, sigue callando.<span style="margin: 0px;"> </span>A nadie se le
escapa que tales decisiones cruciales son muy difíciles y no aseguran a sus
firmantes, precisamente, ulterioridades <span style="margin: 0px;"> </span>calmosas. Pero eso debieron tenerlo en cuenta
antes de jurar sus cargos en un órgano de tal proyección jurídica y política. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Como
señalé en el artículo anterior, la primera oportunidad que tuvo SCOTUS para
pronunciar su palabra de autoridad fue en diciembre pasado, en el caso “Texas
vs. Pennsylvania”. ¿Qué se discutía allí? Texas argumentó que, de acuerdo con
la constitución (art. I, sección 4; art. II, sección 1), las modalidades de la
elección<span style="margin: 0px;"> </span>para representantes y senadores
federales, así como compromisarios para la elección presidencial, <span style="margin: 0px;"> </span>deben ser establecidas por la legislatura de
cada estado. Pero –proseguía el accionante- en varios estados, a comenzar por
Pennsylvania, se habían reformado esas leyes electorales por actos de
funcionarios<span style="margin: 0px;"> </span>ejecutivos, en algunos
casos, o tribunales superiores de tales estados, sin intervención legislativa.<span style="margin: 0px;"> </span>Se destacaban, sobre todo, las reformas
acerca de las condiciones de validez del voto por correspondencia. En
consecuencia, proseguía Texas, dichas reformas resultaban inconstitucionales y
viciaban el resultado electoral obtenido –apuntándose, ante todo, a los electores
para presidente obtenidos en los estados accionados. Para justificar la
legitimación de que un estado –al que acompañaron otros y el titular del
ejecutivo, como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amici curiae</i>-<span style="margin: 0px;"> </span><span style="margin: 0px;"> </span>pudiese
impugnar la constitucionalidad<span style="margin: 0px;"> </span>de actos
realizados en otros estados, se invocó que, por dichos actos, se había
perjudicado a Texas, ya que <span style="margin: 0px;"> </span>los
electores surgidos de los comicios federales allí realizados correctamente,
debían enfrentar compromisarios inconstitucionalmente elegidos, que falsearían
el resultado. Por tratarse de una controversia entre estados de la Unión,
correspondía la competencia originaria de SCOTUS (art. III, sección 1,
semejante al art. 117 de nuestra constitución). <span style="margin: 0px;"> </span>Y aquí SCOTUS calló por primera vez. La
competencia originaria impedía que denegase sin más la cuestión por vía del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">certiorari</i> negativo<a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[2]</span></span></span></span></a>,
pero así lo hizo, señalando que no se había acreditado el interés legítimo de
Texas para accionar –lo que habría debido ser materia de decisión<span style="margin: 0px;"> </span>fundada con el recurso abierto, no simple
denegatoria cerrándole la puerta. Sólo los jueces Thompson y Alito manifestaron
en disidencia que el tribunal carecía de discrecionalidad para “planchar” el
caso y que debía haberse pronunciado, en un sentido o en otro. Retenga el
lector que, para abrir un recurso, se requiere por lo menos el voto favorable
de cuatro de los nueve miembros del cuerpo.<span style="margin: 0px;">
</span>En el<span style="margin: 0px;"> </span>artículo que sirve de
antecedente a éste, manifesté que, a mi juicio, la defección de SCOTUS en
pronunciarse de un modo u otro acerca de una cuestión decisiva que afectaba las
bases del sistema político, asentado en la confianza en el resultado
electoral,<span style="margin: 0px;"> </span>en medio de una tensión
extrema,<span style="margin: 0px;"> </span>afectaba en lo profundo la
autoridad del cuerpo. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Podía
pensarse que, una vez asumida la presidencia por Joe Biden, la cuestión
planteada por Texas quedaría sepultada como un recuerdo remoto de un conflicto
superado. Sin embargo, el 22 de febrero pasado, SCOTUS debió pronunciarse en
“Republican Party of Pennsylvania vs. Veronica Degraffenreid, acting secretary
of Pennsylvania et. al”, 592 US 2021<a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[3]</span></span></span></span></a>.
Aquí el reclamo fue efectuado por el Great Old Party de Pennsylvania, el
partido del elefante, por la modificación de la ley electoral que regía en el
estado, relativa a votos por correspondencia,<span style="margin: 0px;">
</span>realizada por la corte suprema estatal, esto es, no por acto
legislativo, por la que se extendió el límite de validez de los<span style="margin: 0px;"> </span>votos enviados por correo, que era por ley
hasta las 20 del día de las elecciones, a un plazo de hasta tres días después
de clausurado el comicio,<span style="margin: 0px;"> </span>invocándose el
colapso del correo y los problemas <span style="margin: 0px;"> </span>que
provocaba el Covid-19. <span style="margin: 0px;"> </span>La cuestión
planteada, pues, era qué competencia tenían funcionarios no legislativos para
reescribir las reglas electorales fijadas por ley. Y prestemos atención a que
el alcance de una decisión en el caso no afectaría el pasado –la elección de
noviembre de 2020- sino los futuros actos electorales en cuanto a su
justificación constitucional. SCOTUS esta vez apretó aún más los dientes y puso
directamente el sello de “denegado” al recurso. Tres jueces expresaron su
disidencia: Thomas y Alito, otra vez, y ahora se sumó Gorsuch. No se alcanzó el
mínimo de cuatro necesario para abrir el recurso, resaltándose el silencio de
Barrett<a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[4]</span></span></span></span></a>
y<span style="margin: 0px;"> </span>Kavanaugh. Algunos párrafos de la
disidencia de<span style="margin: 0px;"> </span>Clarence Thomas, más
potente, si cabe, que la firmada en conjunto por sus colegas Alito y Gorsuch,
merecen destacarse:</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Las elecciones son de fundamental
importancia en nuestra estructura constitucional. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">A través de ellas se ejerce el autogobierno
(el “gobierno por el pueblo”)</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Pero sólo hay tal ejercicio cuando incluyen
procesos “que dan a los ciudadanos (incluso los candidatos perdedores y sus
partidarios) confianza en la imparcialidad de las elecciones” </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Las reglas poco claras amenazan con socavar
este sistema. Siembran confusión y, en última instancia, reducen la confianza
en la integridad y la imparcialidad de las elecciones. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Un sistema electoral carece de reglas
claras cuando, como aquí, diferentes funcionarios disputan quién tiene
autoridad para establecer o cambiar esas reglas. Este tipo de disputa genera
confusión porque es posible que los votantes no sepan qué reglas seguir. Peor
aún, con más de un sistema de reglas establecido, los candidatos en competencia
podrían declarar la victoria bajo diferentes conjuntos de reglas.<span style="margin: 0px;"> </span></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Cambiar las reglas en medio del juego ya es
bastante malo. Tales cambios de reglas efectuados por funcionarios que pueden
carecer de autoridad para hacerlo es aún peor. Cuando esos cambios alteran
resultados comiciales pueden dañar gravemente el sistema electoral, del<span style="margin: 0px;"> </span>que la gobernabilidad de la disidencia tanto
depende. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Una elección libre de pruebas contundentes
de fraude sistemático no es suficiente por sí sola para generar confianza en
las elecciones. También es necesario tener la seguridad de que el fraude no
pasará inadvertido. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Es difícil la revisión judicial de un
proceso electoral. Aprovechemos ahora que tenemos la oportunidad.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">“Uno se pregunta qué espera este tribunal
(para pronunciarse). No logramos resolver esta disputa antes de las elecciones
y, por lo tanto, proporcionar reglas claras para futuras elecciones. La
decisión de dejar la ley electoral envuelta bajo un manto de dudas es
desconcertante. Al no hacer nada, invitamos a una mayor confusión y erosión de
la confianza de los votantes. Nuestros conciudadanos merecen algo mejor y esperan
más de nosotros”.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El silencio de SCOTUS, nos está
diciendo Thomas, afecta la creencia en la limpieza de las elecciones, base del
sistema político; en la eficacia de la constitución, tradicionalmente
presentada como un pacto entre el Supremo Hacedor y los convencionales de
Filadelfia y su posteridad; y en la autoridad de SCOTUS como guardián del “arca
sagrada <span style="margin: 0px;"> </span>de todas las libertades”<span style="margin: 0px;"> </span>ciudadanas, para emplear una frase
emblemática de nuestra propia Corte. Y esto lo observamos desde una latitud en
que desde el gobierno se avanza cada día en una guerra contra aquellos
elementos del poder judicial y del ministerio público que se presumen no
adictos; en que la autoridad de ese mismo<span style="margin: 0px;">
</span>poder judicial y de su cabeza, la Corte Suprema, ha ido perdiendo a
girones prestigio y autoridad, pero que ahora, haciendo de la cola pecho y del
espinazo cadera, como enseñaba el “Martín Fierro”, cierra filas cuando se oye
tocar a degüello.<span style="margin: 0px;"> </span>El silencio, en estos
casos, no es virtud.- </span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px; text-align: justify;"><a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[1]</span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> ) Por su acrónimo en inglés,
“Supreme Court of the United States”</span></span></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px; text-align: justify;"><a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[2]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
) Semejante al art. 280 de nuestro Código Procesal Civil y Comercial</span></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px; text-align: justify;"><a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[3]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
) Decidido en conjunto con su similar “Jake Corman v.Pennsylvania Democratic
Party”</span></p>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px; text-align: justify;"><a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/6388164/579780786663686272#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[4]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
) En las audiencias ante el Senado, para la prestación del acuerdo, la hoy </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">justice</span></i><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> se había comprometido a
excusarse en las causas electorales que pudieran suscitarse por las elecciones
presidenciales de noviembre del año pasado.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
</span></span><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">Su silencio puede interpretarse como una excusación tácita. </span></p>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-71223670586111097392021-02-06T18:11:00.002-03:002021-02-06T18:13:48.583-03:00ENRIQUE DÍAZ ARAUJO, In Memoriam<div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8T5WOf3wtdnVLZkVFncUO-zDB0qlUqfUg6sgfYCbJHDcVdDfKf_swsxYN7eTzcvKNvsp93ugZKBDB3QJF4HMKyTw4l74WpNanouqIHj5bu8h_K5wxZVr1BK_-_tTyB3687wZk/s236/D%25C3%25ADaz-Araujo-Que-no-te-la-cuenten.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="213" data-original-width="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8T5WOf3wtdnVLZkVFncUO-zDB0qlUqfUg6sgfYCbJHDcVdDfKf_swsxYN7eTzcvKNvsp93ugZKBDB3QJF4HMKyTw4l74WpNanouqIHj5bu8h_K5wxZVr1BK_-_tTyB3687wZk/s0/D%25C3%25ADaz-Araujo-Que-no-te-la-cuenten.jpg" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div>Doblado el cabo de los noventa, se nos fue <i>ad patres</i> Enrique Díaz Araujo, destacado historiador, profesor y ex magistrado mendocino. Hace ya mucho, lo descubrí por "La Conspiración del 43", uno de los mejores estudios sobre el golpe del 4 de junio y el ascenso meteórico de un coronel llamado Juan Domingo Perón. Allí estaban todas sus cualidades de rigor documental, perspicacia en la interpretación y precisión en el relato. Más tarde, lo conocí personalmente y en su conversación agregaba a todo lo anterior una chispa cuyana muy particular. Sus tres tomo sobre "La Guerrilla en sus Libros" derrumban irremediablemente la historia recepta acerca de nuestra guerra civil bajo formato de guerra revolucionaria y respuesta contrainsurgente de la segunda mitad del siglo pasado. Nadie que escriba sobre el período puede prescindir de ellos, asentados en una paciente y sólida masa documental. Nos dejó su mirada sobre José Hernández y el "Martín Fierro" -"José Hernández: Ida y Vuelta" y "La Política de Fierro", textos que junto con Roque Raúl Aragón, coautor de "Genio y Figura de José Hernández", obra premiada en EUDEBA, leíamos y comentábamos con provecho y deleite. Fiel a su pertenencia al "nacionalismo republicano", como lo llamó su comprovinciano Enrique Díaz Araujo, nos dejó una "Teoría Política de Julio Irazusta". Salió en defensa de San Martín en "Don José y los chatarreros" -libro que mantengo con algunas anotaciones marginales de lector devoto pero crítico y en "Lesa Humanidad" nos legó un texto jurídico al alcance del gran público tan preciso y contundente como su obra toda. Vaya mi recuerdo y homenaje a este <i>dormitatium animorum excubitor</i>, despertador de las mentes somnolientas, que trabajó sin pausa para abrir los ojos de los argentinos.-</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-21448481060633354412021-02-03T21:14:00.001-03:002021-02-03T21:14:55.104-03:00RECADITO EN LA OREJA DE BARADEL, CTERA E TUTTI QUANTI...<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsr3-e1lhxRdSuY6hcP-bxmAw7VLQUNeFEgjxZ-O8b6z9lgNFC7dfDn6A5asxADxxM3Mm36aK9fYVpt-x754doo-KQEuruURKWOaMbi6OOZw_RbaW7SOtCyZOB4upjEgNm-s5l/s820/BARADEL.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" width="320" data-original-height="312" data-original-width="820" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsr3-e1lhxRdSuY6hcP-bxmAw7VLQUNeFEgjxZ-O8b6z9lgNFC7dfDn6A5asxADxxM3Mm36aK9fYVpt-x754doo-KQEuruURKWOaMbi6OOZw_RbaW7SOtCyZOB4upjEgNm-s5l/s320/BARADEL.jpg"/></a></div>
Karl Marx, Crítica del programa de Gotha, IV:
Eso de “enseñanza popular a cargo del Estado” es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., y velar por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado, como se hace en los Estados Unidos, y otra cosa completamente distinta es nombrar al Estado educador del pueblo! Lejos de esto, lo que hay que hacer es sustraer la escuela a toda influencia por parte del gobierno y de la Iglesia.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-20932073913588600172021-01-19T18:44:00.001-03:002021-01-21T23:48:09.884-03:00EL “IMPEACHMENT” PÓSTUMO O LA ÚLTIMA BURRADA DEL PARTIDO DEL BURRO
<p align="center" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8p13OksO42f1XhexOcsRX9hA4TkSLMhMuCyPMNaTrwVP47hUdCxDrxeGiJhG8h_NaMLVUc6cjt2yii6gCHz0TuOg_Bi5y0orl-BFM5QB5jE0NBKjWKZH_urWzDeY6hepyEHF/s1203/PELOSI.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1203" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8p13OksO42f1XhexOcsRX9hA4TkSLMhMuCyPMNaTrwVP47hUdCxDrxeGiJhG8h_NaMLVUc6cjt2yii6gCHz0TuOg_Bi5y0orl-BFM5QB5jE0NBKjWKZH_urWzDeY6hepyEHF/s320/PELOSI.jpeg" width="320" /></a></div><br /><p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><br /></p><p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><br /></p><p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><br /></p><p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><br /></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El
13 de enero pasado, la Cámara de Representantes de los EE.UU. votó la
iniciación del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment</i> (entre
nosotros, juicio político) contra el presidente Donald Trump, a siete días de
que deba dejar el cargo.<span style="margin: 0px;"> </span>Fue por 232
votos a favor, 197 en contra y 4 abstenciones. Votaron por la implementación
del juicio político la bancada demócrata y diez representantes republicanos,
pertenecientes al sector de los llamados RINO (“Republicanos sólo de Nombre”,
por su acrónimo en inglés). Los motivos fueron que Trump “incitó una
insurrección armada contra el Congreso”, mediante un discurso “violento” y
llamó a explícitamente a entrar “por la fuerza” al Capitolio. Cualquiera puede
formarse un juicio acerca de esta acusación revisando la arenga de Trump<span style="margin: 0px;"> </span>y si ésta fue anterior, simultánea o
posterior al comienzo de tumulto. Pero no es lo que nos interesa aquí, ni tampoco
la velocidad con la que los diputados votaron una moción de juicio político que
nunca tuvo investigación previa ni pasó por comisión, lo que es de estilo este
tipo de acusación. Se trata, por lo tanto, de un juicio político <i style="mso-bidi-font-style: normal;">express</i>, que supera con mucho la
velocidad ya propia de este tipo de juzgamientos. Como se sabe, en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment</i> norteamericano, como en
nuestro juicio político, la Cámara de Diputados funciona como exclusiva
acusadora, a través de una comisión designada al efecto, que debe investigar, aportar
y producir las pruebas de cargo, y el Senado toma el rol de juez o jurado,
debiendo dictar la sentencia de absolución o condena, para la cual se requiere
una mayoría de los dos tercios de los miembros presentes. El Senado de los
EE.UU se encuentra en receso hasta el 19 de enero, un día antes de la asunción
de Joe Biden. El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">blitzkrieg</i> antiTrump
halla insalvables dificultades para cumplirse antes de la toma de posesión del
nuevo presidente, aunque más no sea porque también el acusado merece tener la
posibilidad de una defensa adecuada en un debido proceso. El juicio, pues,
deberá tener lugar en el Senado, pero con su nueva composición. Cuestión no
menor es el chalaneo para obtener el pase de suficientes nuevos senadores
republicanos del sector “Deplorables” (es decir, trumpianos) al sector RINO
(los que se purificaron en el Jordán), para llegar a los dos tercios. <span style="margin: 0px;"> </span>Papel no menor en esto juega el impartir
miedo: defender a Trump es, automáticamente, defender la insurrección, y ya hay
fiscales rondando a los posibles candidatos a tal acusación. El baldón para los
que apoyen al presidente saliente cuenta desde ahora con una sanción no menor:
la condena a la espiral del silencio en los medios de comunicación y las redes<span style="margin: 0px;"> </span>sociales, porque favorecer a Donald es una
maquinal incitación al odio. Otra cuestión es quién presidirá el Senado<span style="margin: 0px;"> </span>enjuiciador. La neovicepresidente Kamala
Harris podría hacerlo porque no es su presidente el que está en el banquillo,
sino el derrotado. O quizás le deje ese papel al presidente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pro tempore </i>del cuerpo, equivalente a
nuestro presidente provisional del Senado. Pero hay quienes piden se continúa
con el procedimiento iniciado por la Cámara baja como si aún Trump estuviese en
ejercicio, por lo que el Senado debería ser presidido, en ese caso, por la
cabeza de la Corte Suprema, John Roberts. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Llegamos a la “burrada”</span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Pero
todo lo anterior es minucia. Enorme, pero minucia al fin. Lo que sorprende, en
un país como los EE.UU., que ha tenido figuras descollantes en el derecho
constitucional, es que se sostenga que puede haber un juicio y una eventual
condena en un<span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment</i> póstumo, porque dirigido a un presidente que ya cumplió
su mandato. En derecho, toda acción deviene insubstancial y se extingue cuando
desaparece el objeto de su persecución antes<span style="margin: 0px;">
</span>de llegarse a la sentencia de mérito. El objeto de la acción de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment</i>, como el del juicio político
entre nosotros, es <span style="margin: 0px;"> </span>la remoción del
funcionario, en este caso el presidente. Lo dice la constitución de los EE.UU–:
“destitución del cargo” –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">removal from
office</i> (art. I, secc. 3)- y la nuestra: ”destituir al acusado” (art.60). Lo
demás (“inhabilitación para ocupar y disfrutar cualquier empleo honorífico de
confianza o remuneración de los EE.UU”, en un caso, “declararle incapaz de
ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación, en otro)
son accesorias de la condena, que sólo pueden entrar en vigor a partir de la
sanción del objeto principal, que es la remoción. No habiendo principal, lo
accesorio sigue su suerte. No voy a fatigar al lector con citas de nuestros
doctrinarios –Joaquín V. González, Rafael Bielsa, Miguel Ángel Ekmedjian, para
citar sólo los que tengo ahora más a mano en la biblioteca- que confirman este
aserto elemental de que no hay posibilidad alguna de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment </i>póstumo. Y no quiero privarme del viejo Story, que tocó
directamente el punto: “si la Constitución ordena la destitución, es que supone
al acusado todavía en ejercicio de sus funciones cuando se hace la acusación
(…) Esto se justifica observando que sería ejercer una autoridad ilusoria la de
juzgar a un culpable por un crimen susceptible de juicio político, cuando el
principal sujeto de la ley no es ya necesario, ni tampoco puede ser alcanzado;
y aun cuando pueda declararse la incapacidad para ejercer empleos públicos, las
formas de la Constitución dejan en duda el que esta privación pueda
pronunciarse sola, sin ser acompañada de destitución”.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Por
cierto, y acudiendo a la vía del absurdo, si se pudiese realizar un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment</i> póstumo, como lo que ocurrió
con el papa Formoso (891-896), al que después de su muerte el papa Esteban VI
(896-897), luego del “sínodo del cadáver”, ordenó que se desenterrara su
cuerpo, vestirlo debidamente, juzgarlo y arrojarlo al Tíber; si fuese posible
algo así, hasta el mismo Biden podría hallarse en problemas.<span style="margin: 0px;"> </span>Supongamos que en 2023, en las elecciones de
medio término se volviesen las tornas y los demócratas quedasen en minoría en
ambas cámaras. Y que los<span style="margin: 0px;"> </span>republicanos
“deplorables”, ahora triunfantes, aplicando el precedente Trump, exigiesen el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment</i> póstumo de Joe Biden, cuando
fue vicepresidente de Obama. En ese momento, </span><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Biden <span style="margin: 0px;"> </span>se jactó públicamente de haber presionado al
entonces gobernante ucraniano para que destituyese al fiscal general que estaba
investigando a su hijo Hunter por presuntos actos de corrupción en sus
funciones de miembro del directorio de la principal empresa ucraniana de
petróleo y gas. Incluso, al parecer, incluyó en su amenaza que, de no cumplirse
su pedido, no se giraría al país europeo un adelanto de fondos del FMI. Los
acusadores señalarían que esta gestión de un vicepresidente en funciones que
utiliza su investidura para gestionar un interés privado sobre una
investigación de corrupción que se desarrolla en otro país constituye la
"falta grave" que el art. II, sección 4a. de la constitución
norteamericana establece como causal de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachment.</i>
De ser condenado por el Senado, privado de la posibilidad de empleo honorífico
de la Unión, Biden debería renunciar a la presidencia…</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El ejercicio
anterior sirve tan sólo para reducir al absurdo la posibilidad de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">impeachments </i>póstumos a lo papa Formoso
que se pretende por Dems + RINOs, que abriría una incontenible e indefinida
serie de venganzas circulares dando lugar a<span style="margin: 0px;">
</span>una situación ingobernable. La idea de que tal procedimiento prendiese
en nuestra clase política es francamente aterradora. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Lo único que
pretende esta guerra relámpago contra un Trump en el piso, dirigida por la
Pasionaria de San Francisco, Nancy Pelosi, es declarar la incapacidad política
vitalicia del caído. Esto sería una proscripción de por vida, aunque llamarla
por su nombre chocaría con la constitución –“no se expedirá ley alguna de
proscripción”, art. I, secc. 9. Quizás convendría que en un sinceramiento
colectivo se restaurase la venerable institución del ostracismo, para aquellos
que se considerasen peligrosos para el sistema, con un destierro de diez años,
como el precedente ateniense. Todo ello acompañado de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">damnatio memoriae</i>, para acoplarle una institución romana, y
eliminar cuanto pudiera recordar al<span style="margin: 0px;">
</span>afectado: imágenes, textos, hasta el nombre. Los romanos lo aplicaban al
muerto, pero no habría inconveniente que fuera en vida, con silencio lapidario
de los medios de comunicación y redes sociales. Para los argentinos de la
tercera edad, algo así como el decreto 4161/56. Sería jugar políticamente a
cartas vistas,<span style="margin: 0px;"> </span>y todo aquel que quisiera
entrar al garito sabría de antemano las consecuencias, sin necesidad de forzar
constituciones ni invocar a la democracia.<span style="margin: 0px;">
</span></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Los demócratas son
popularmente conocidos como el partido del burro y los republicanos tienen como
animal emblemático al elefante. El partido del burro, junto con algunos
elefantes disidentes, está a las puertas de cometer una solemne burrada.-</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p align="right" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: right;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><br /></span></p>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-79567607729530597752021-01-09T12:30:00.001-03:002021-01-09T12:31:37.226-03:00
<p style="margin: 0px 0px 11px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"> </span></p>
<p align="center" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; font-variant: small-caps; line-height: 150%; margin: 0px;">SCOTUS Y EL
PRECIO DE ESQUIVAR EL BULTO</span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY4gRarUekKduQJBHX2ZE74NGmbEtEI7tY6_IlJEocbBLkJQYMv88LnHhnrJkMqzpQUp_YM-OVVZl4rWqzxb7NmVd5nzQ30sRsyLs-PKDbTEyNCPJ8ePxrQviYrru9cnHqCnFu/s400/demoviejo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY4gRarUekKduQJBHX2ZE74NGmbEtEI7tY6_IlJEocbBLkJQYMv88LnHhnrJkMqzpQUp_YM-OVVZl4rWqzxb7NmVd5nzQ30sRsyLs-PKDbTEyNCPJ8ePxrQviYrru9cnHqCnFu/s320/demoviejo.jpg" /></a></div><br /></div><br /><p></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Las
imágenes de la<span style="margin: 0px;"> </span>tumultuaria entrada de
manifestantes en el Capitolio de Washington, mientras el Congreso se aprestaba
a tratar la certificación de los votos compromisarios de los electores<span style="margin: 0px;"> </span>resultantes de los comicios de noviembre
pasado, lo que obligó a la suspensión de las sesiones, han dado la vuelta al
mundo y se prestan a<span style="margin: 0px;"> </span>un abanico de
reflexiones.<span style="margin: 0px;"> </span>Solamente voy a tomar un
aspecto, propiamente jurídico político, del conjunto de circunstancias que
desembocaron en esos sucesos, y es el del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">certiorari</i>
negativo que la Corte Suprema de los EE.UU (SCOTUS) produjo en los autos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Texas<span style="margin: 0px;">
</span>v. Pennsylvania et al.”</i>.<span style="margin: 0px;">
</span>Sostengo que esa decisión fue atacable desde el punto de vista jurídico y,
lo que es más serio aún,<span style="margin: 0px;"> </span>al evitar un
pronunciamiento de fondo en materia de tal gravedad institucional, privó a
SCOTUS de ejercer la función política moderadora y pacificadora que su
autoridad<span style="margin: 0px;"> </span>-no su poder- debía poner en
acto en esa coyuntura. Estimo que el análisis del fallo y sus circunstancias
puede resultar importante como antecedente frente a futuras encrucijadas
institucionales que cabe vislumbrar ocurran en nuestro país y el papel que en
ellas pueda caberle a nuestra Corte Suprema de Justicia. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Sobre el sistema electoral
norteamericano</span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">No
es aventurado suponer que a estas horas una mitad del electorado norteamericano
crea que Donald Trump es un mal perdedor que hasta último momento quiere
desconocer que ha sido derrotado en comicios diáfanos, mientras que la otra
mitad tenga por cierto que el candidato republicano fue víctima de un fraude
fenomenal.<span style="margin: 0px;"> </span>No corresponde aquí terciar
en esta pugna, pero sí objetivamente puede anotarse que el sistema electoral
estadounidense<span style="margin: 0px;"> </span>es singularmente
deficiente y propenso a despertar sospechas de variada índole. <span style="margin: 0px;"> </span>Ello no porque se establezca la modalidad
indirecta para la elección de la fórmula presidencial (art. II, secc. 1 y
enmienda duodécima), según algunos comentaristas ventilaron erróneamente <span style="margin: 0px;"> </span>en los medios. Tal modalidad, que rigió entre
nosotros hasta la reforma constitucional de 1994, presenta cuando menos la
ventaja de que el electorado de cada estado o provincia cuenta en alguna medida
en el resultado final, mientras que la elección directa considerándose el
territorio nacional distrito único, de nuestro art. 94 CN,<span style="margin: 0px;"> </span>teniendo en cuenta nuestra distribución
demográfica, provoca que el resultado de la tercera sección electoral de
provincia de Buenos Aires resulte decisivo y reduzca a la insignificancia la
cantidad de<span style="margin: 0px;"> </span>sufragios obtenidos en la
mayor parte de la provincias de nuestra aparente federación. Las falencias del
sistema electoral de los EE.UU asoman, por ejemplo, en la dudosa<span style="margin: 0px;"> </span>inscripción en los registros electorales (un
viejo amigo radicado hace más de treinta años en los EE.UU, habiendo vivido en
tres estados, me asegura que cada vez que fue a inscribirse en los registros
electorales llevó su certificado de ciudadanía, que no le fue exigido, <span style="margin: 0px;"> </span>sino en cambio apenas <span style="margin: 0px;"> </span>su registro de conducir), o han aparecido
ahora <span style="margin: 0px;"> </span>con la amplia difusión del voto
por correspondencia, que computa el empleado de correos luego de verificar que
la firma en el sobre coincide con la del registro, pero que a continuación tira
el sobre al cesto, impidiéndose cualquier verificación posterior.<span style="margin: 0px;"> </span>Pero lo más problemático –y aquí nos
acercamos al caso Texas v. Pennsylvania- es que cada estado y hasta cada
condado organiza las elecciones federales según sus propias normas para la
celebración de los comicios y validez y recuento de los votos. Las boletas
electorales<span style="margin: 0px;"> </span>pueden ser muy diferentes en
cada estado y hasta dentro de cada uno de ellos, ya que en un municipio pueden
usarse en papel impreso y en otros con urnas electrónicas, lo mismo que para
los votos por correspondencia enviados a los comités electorales municipales.
Reténgase, pues, que toda modificación de las normas electorales en un estado o
condado, respecto de las elecciones federales, asume una gran importancia y
debe ser objeto de riguroso control de validez. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Texas v. Pennsylvania et al., desde el
accionante</span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El
8 de diciembre pasado, el estado de Texas inició una acción ante <span style="margin: 0px;"> </span>SCOTUS para el más alto órgano jurisdiccional
se pronunciase acerca de si hubo o no fraude en la elección presidencial de
noviembre. Una acción tan audaz como interesante en su planteo, como veremos,
pero para nada calificable de temeraria. Alan Dershowitz, notorio abogado y
profesor de Harvard, la calificó como “creativa”, pero también un “pase de Ave
María”, aludiendo a una jugada del fútbol americano de última chance, a todo o
nada, encomendada a la Virgen y quizás efectuada a destiempo.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La
cuestión planteada por Texas contra otros cinco estados de la Unión<span style="margin: 0px;"> </span>se resume así: </span><span style="border-image: none; border: 1pt windowtext; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px; padding: 0cm;">“si el Tribunal Supremo
debería evitar que Georgia, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte <span style="margin: 0px;"> </span>y Wisconsin certificaran los resultados de las
elecciones presidenciales del año 2020, porque los cambios en los
procedimientos de elección estatales realizados en ellos en virtud <span style="margin: 0px;"> </span>de la pandemia del COVID-19, vulneran la
Constitución federal”.<span style="margin: 0px;"> </span>De no
certificarse tales resultados, favorables al candidato demócrata, éste no
podría alcanzar el mínimo de electores requeridos por la constitución y correspondería
que la elección la efectuase la Cámara de Representantes. Lo que Texas ataca en
su demanda son los cambios introducidos en esos estados clave respecto de los
procedimientos electorales, dirigidos a<span style="margin: 0px;">
</span>reducir las normas de seguridad para el voto electrónico y por correo,
donde se habrían registrado numerosas irregularidades. La queja constitucional
del requirente es que esos cambios no resultaron de actos legislativos, sino de
decisiones<span style="margin: 0px;"> </span>de la rama ejecutiva.<span style="margin: 0px;"> </span>La constitución (art. II, secc. 1) establece
que los electores de cada estado se nombrarán “del modo que su legislatura lo
disponga”. No habiendo intervenido las legislaturas, esos cambios normativos resultan
contrarios a la constitución. Tal, para decirlo en los términos de nuestra
jerga jurídica, la “cuestión federal” planteada por Texas, que resultaría una
cuestión federal compleja directa,<span style="margin: 0px;"> </span>ya
que se cuestiona una norma estatal como contraria a la constitución federal. Esa
norma estatal cuestionada tiene relación directa e inmediata con el asunto
debatido: la posibilidad de certificar la elección de los votantes
compromisarios de cada uno de los estados cuestionados. <span style="margin: 0px;"> </span>El recurrente lo sintetiza así: </span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">“<span style="border-image: none; border: 1pt windowtext; margin: 0px; padding: 0cm;">cuando órganos no
legislativos estatales y locales…no cumplen las leyes electorales debidamente
aprobadas, su actuación <span style="margin: 0px;"> </span>de facto
equivale a una modificación no permitida de la ley electoral del estado
efectuada por un cargo ejecutivo o judicial</span>”. Ello <span style="margin: 0px;"> </span>“<span style="border-image: none; border: 1pt windowtext; margin: 0px; padding: 0cm;">es
siempre inconstitucional, pero es particularmente desarreglado cuando suprime
las garantías legislativas para la integridad de los comicios</span>”.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Tenemos, pues, la cuestión constitucional. Pero, ¿cómo
justifica el estado de Texas su interés en atacar la constitucionalidad de una
norma de otro estado? ¿En qué lo afecta? En otros términos, ¿de dónde surge su
legitimación activa? El requirente manifiesta que el estado de Texas como tal,
no sus ciudadanos<a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[1]</span></span></span></span></span></a>,
han sufrido “un daño de hecho”. Porque los estados recurridos han nombrado
electores en forma inconstitucional, que se oponen a los electores designados
por el estado recurrente, “ello –concluye- busca dar al traste con los
intereses del estado demandante”. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">SCOTUS, de acuerdo con el recurrente, debe entender en
la acción en virtud de su competencia originaria, ya que se trata de una
controversia entre dos o más estados (art. III, secc. 2). Esto es de fácil
comprensión en nuestro ámbito jurídico, ya que la constitución establece
similar disposición (arts. 116 y 117 CN). De todos modos, conviene precisar la
cuestión para el lego. SCOTUS, como nuestra Corte, puede actuar como órgano de
apelación extraordinaria, luego de instancias previas, o como órgano de
competencia “originaria y exclusiva” (art. 117 CN), lo que surge de la
naturaleza del asunto. Cuando se trata de controversias entre provincias, en
nuestro caso, o entre estados, en el caso norteamericano, corresponde la
competencia originaria, dirimiéndose la cuestión directamente ante el más alto
tribunal. La distinción entre ambas formas de competencia conlleva
consecuencias muy importantes. Mientras que en la competencia derivada, por vía
de apelación, SCOTUS <span style="margin: 0px;"> </span>(como nuestra
Corte) con un gran margen de discrecionalidad, pudiendo rechazar el tratamiento
a través de un <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="margin: 0px;"> </span>writ of certiorari</i><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[2]</span></span></span></span></span></a><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>negativo, en el caso de la competencia
originaria el alto tribunal carece de discrecionalidad admisiva, porque se
trata de un imperativo constitucional. El requirente, para allanar la admisión,
recuerda también que su planteo no puede considerarse una cuestión política no
justiciable –aunque las consecuencias sean ineludiblemente políticas. Refuerza
su argumento con un precedente –Baker v. Carr (1962)- sobre judiciabilidad de
una cuestión comicial, y agrega que no existe otro remedio procesal para que un
estado cuestione la constitucionalmente defectuosa gestión de las elecciones presidenciales
en otro estado, apoyándose ahora –como buena argumentación del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">common law</i>- en un precedente británico
de 1774., que estableció que cuando no existe otra modalidad de juicio,
corresponde entiendan “los tribunales del rey”. Hasta aquí Texas.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Cabe agregar que el 9 de diciembre diecisiete estados
norteamericanos (Alabama, Arkansas, Florida, Indiana, Kansas, Luisiana,
Mississipi, <span style="margin: 0px;"> </span>Missouri, Montana, Nebraska,
Dakota del Norte, Dakota del Sur, Oklahoma, Carolina del Sur, Tennesee, Utah y
Virginia Occidental), más el propio presidente Trump se presentaron como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amici curiae</i> en apoyo a la pretensión
tejana. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La decisión de
SCOTUS</span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Los estados recurridos contestaron la pretensión el 10
de diciembre, pidiendo su rechazo.</span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>Pensilvania calificó la demanda como un
"abuso sedicioso del proceso judicial". Los estados instaron a que
los magistrados "envíen una señal clara e inequívoca de que tal abuso
nunca debe repetirse". También del<span style="margin: 0px;">
</span>lado de los requeridos hubo apoyo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amici
curiae</i>: los </span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span></span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">procuradores generales del
Distrito de Columbia, dos territorios de EE. UU. (Guam y las Islas Vírgenes) y veinte
estados: California, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawái, Illinois, Maine,
Maryland, Massachusetts, Minnesota, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México , Nueva
York, Carolina del Norte, Oregón, Rhode Island, Vermont, Virginia y Washington,
presentaron un escrito en apoyo de los<span style="margin: 0px;">
</span>demandados.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Un
argumento que recorría buena parte de los blogs jurídicos era que siendo los
estados de la federación norteamericana entidades autónomas, uno de ellos no podría
cuestionar los actos de otro que los realizara dentro de su esfera propia de
competencia. De hacer lugar a la petición, y que un estado pudiese impugnar
normas de otro pondría en peligro el mismo pacto federativo, allanando las
autonomías respectivas. Quedaba en pie, sin embargo, la cuestión de si un
estado podía, en materia de las elecciones federales presidenciales, dejar de
lado la manda constitucional de que los electores fueran designados mediante decisión
legislativa y no meramente ejecutiva. El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">punctum
dolens</i>, en todo caso, era el alcance de la legitimación activa de un estado
para demandar en nombre de tal cuestión constitucional a otro invocando un
-¿supuesto?- <span style="margin: 0px;"> </span>perjuicio que de ese modo
sufrirían sus propios compromisarios.<span style="margin: 0px;"> </span><span style="margin: 0px;"> </span></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Por
otra parte, era obvio que los ministros de la Corte tendrían muy presente, al
momento de fallar, lo que el cuerpo experimentó en el año 2000, cuando le tocó
decidir <span style="margin: 0px;"> </span>en el caso <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bush v. Gore</i>, donde <span style="margin: 0px;"> </span>por
mayoría se decidió detener el recuento ordenado por un tribunal del estado de
Florida, de más de<span style="margin: 0px;"> </span>61.000 votos que las
máquinas de tabulación de sufragios habían omitido. Ello permitió el triunfo
de<span style="margin: 0px;"> </span>Bush sobre Gore, al obtener
automáticamente los votos compromisarios, siendo un detalle no menor que el
gobernador del estado era Jeff Bush, hermano del candidato triunfante. Los
actuales jueces Clarence Thomas y Stephen Breyer </span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">componían el tribunal supremo en aquella <span style="margin: 0px;"> </span>época. Otros, como Kavanaugh y Barrett, habían
integrado los equipos de abogados republicanos que pergeñaron la argumentación
de Bush. En fin, los dos citados y Gorsuch habían sido designados durante el
mandato de Trump. Podía con razón suponerse<span style="margin: 0px;">
</span>que ninguno de los actuales ministros desearía sufrir, en lo personal y
en lo institucional, un menoscabo como el que supuso para SCOTUS su
intervención en un asunto tan sensible. ¿Ponerse a considerar la posibilidad de
abrir la puerta a un recuento en cinco estados donde se denuncian condados <span style="margin: 0px;"> </span>en los que han existido más votos que
habitantes, votos por correo emitidos fuera de plazo que se computaron de forma
irregular, votos por correo que se antedataron para hacerlos aparecer con fecha
anterior, etc.? </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Por cierto el estado requirente, previendo esta
infeliz memoria, había solicitado<span style="margin: 0px;"> </span>que se
detuviera en los estados recurridos la certificación de la victoria electoral
de Joseph Biden. En tal supuesto, dado que ninguno de los dos candidatos
obtendría la mayoría necesaria de electores, la decisión recaería en la Cámara
de Representantes, donde la representación de cada estado tendría un voto
(enmienda 12ª). Esto es,<span style="margin: 0px;"> </span>el peso de tal
responsabilidad quedaría deferida a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">political
branch</i>, <span style="margin: 0px;"> </span>a la que el poder judicial
simplemente le habría entornado la puerta…Menuda carga sobre los hombros de
nueve <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Justices</i>. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Los jueces <i style="mso-bidi-font-style: normal;">deben</i>
decidir, sabemos los abogados. Aunque veces<span style="margin: 0px;">
</span>intentan alguna coartada técnica para escapar por la tangente.<span style="margin: 0px;"> </span>Tom Goldstein, el editor del prestigiosos
“SCOTUS blog” (</span><a href="http://www.scotusblog.com/"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">www.scotusblog.com</span></span></a><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">), percibiendo algo en el aire, lanzó el 11 de diciembre una entrada bajo
el título: “No rechacen la acción de Texas: destrócenla”.<span style="margin: 0px;"> </span>Con independencia de su opinión, algunas
consideraciones eran bien perspicuas: “</span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">la decisión (…) <span style="margin: 0px;"> </span>debe tener en cuenta este momento
extraordinario y peligroso para nuestra democracia. El presidente Donald Trump,
otros republicanos partidarios y los comentaristas alineados han convencido
firmemente a muchas decenas de millones de personas de que las elecciones
presidenciales de 2020 fueron robadas. Si ese punto de vista continúa
afianzándose, no solo amenaza nuestra política nacional durante los próximos
cuatro años, sino también la fe básica del público en las elecciones de todo
tipo que son los cimientos de nuestra sociedad (…) de tanto en tanto, la Corte
necesita invertir parte de su capital acumulado en emitir fallos que no solo
son legalmente correctos, sino que también responden a amenazas inminentes y
tangibles a la nación (…) en un momento tan profundamente polarizado, no puedo
pensar en una persona, grupo o institución que no sea la Corte Suprema que
pueda hacer lo mejor para el país (…) si la corte dice la verdad, el país
escuchará”.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Ese
mismo 11 de diciembre la Corte falló<a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[3]</span></span></span></span></span></a>.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span style="font-family: Calibri;">“</span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La petición del estado de Texas para
la admisión de su demanda se deniega por falta de conformidad con el art. III
de la Constitución. Texas no ha demostrado la existencia de un interés legítimo
en lo que atañe al modo en que otro estado establece sus elecciones. Las
restantes solicitudes pendientes se rechazan como simple suposiciones. <span style="margin: 0px;"> </span>Manifestación del juez Alito, a la que adhiere
el juez Thomas: es mi parecer que carecemos de discrecionalidad para denegar la
admisión de una demanda en un caso que cae bajo nuestra competencia originaria
(vid. Arizona v. California 589 US (feb. 24, 2020, voto en disidencia de
Thomas, J.). <span style="margin: 0px;"> </span>Por lo tanto, yo hubiera
admitido el trámite de la demanda, sin otorgar ninguna medida ni expresar opinión
sobre cualquier otra cuestión”.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Alguien
que antes de la pandemia haya fatigado los pasillos de nuestros tribunales
podría afirmar: “lo plancharon con el 280”<a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[4]</span></span></span></span></span></a>.
Más técnicamente, le aplicaron un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">certiorari</i>
negativo. <span style="margin: 0px;"> </span>Ya vimos que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">certiorari</i> crea para SCOTUS un amplio
campo discrecional en el caso de causas que lleguen por derivación de las
anteriores instancias (lo mismo acaece con nuestra CSJN, a partir del art. 280
CPCyC). </span><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;">No existe en la legislación estadounidense un criterio
que establezca cuándo SCOTUS puede admitir este tipo de asuntos: la tradición
no escrita es que el <i><span style="border-image: none; border: 1pt windowtext; margin: 0px; padding: 0cm;">certiorari</span></i> positivo
se abre en el momento que cuatro ministros votan favorablemente a
admitirlo.<span style="margin: 0px;"> </span>Y si no, hasta sin dar
razones o destilarlas muy lacónicamente, se inadmite. </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>Pero, en el caso de la competencia originaria,
que es un imperativo constitucional, tal esfera de discrecionalidad no existe,
como afirma la disidencia de Alito y Thomas. En la constitución norteamericana
(art. 3, secc. 2), como en la nuestra (art. 117), la competencia del supremo
tribunal por apelación está sujeta a “las reglas y excepciones que prescriba el
Congreso”, que legisló acerca del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">certiorari</i>;
no así cuando ejerce una competencia “originaria y exclusiva”, derivada
directamente de la constitución.<span style="margin: 0px;"> </span>Por
otra parte, la cuestión de la legitimación activa, que no habría sido
suficientemente acreditada, sólo podía y debía ventilarse en el pronunciamiento
de fondo, cualquiera fuera éste, no como artículo previo de inadmisión. Dershowitz,
un demócrata señaló que la mayoría del tribunal envió un mensaje no legal pero
práctico: “La Corte está fuera de este juego”<a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[5]</span></span></span></span></span></a>.
El problema es que, como institución política a la cabeza del poder judicial
–al igual que nuestra Corte- está necesariamente en el juego, y debe tratar de
jugarlo por encima de la pugna partidista. En un momento de los EE.UU. en que
se agudiza un patético empuje a los extremos, la Corte Suprema de los EE.UU.
prefirió esquivar el bulto. <span style="margin: 0px;"> </span>Los
argentinos conocemos bien el precio que se paga cuando una institución basilar
como la agencia judicial busca inspiración en el Viejo Vizcacha.<span style="margin: 0px;"> </span>En los EE.UU. no está en juego sólo la
credibilidad en<span style="margin: 0px;"> </span>su<span style="margin: 0px;"> </span>deficiente y caedizo sistema electoral, sino
la de su entero sistema político y su destino como potencia mundial. Nada de
esto nos puede resultar ajeno.- </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></b></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: normal; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10.5pt; margin: 0px;">.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border-image: none; border: 1pt windowtext; font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px; padding: 0cm;"><span style="margin: 0px;"> </span></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px;"><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[1]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> ) De
considerarse afectados los ciudadanos, sería de aplicación la enmienda 11ª: “el
poder judicial de los EE.UU. no debe interpretarse que se extienda a cualquier
litigio (…) que se inicie o prosiga contra uno de los estados unidos por
ciudadanos de otro estado o por ciudadanos o súbditos de cualquier estado
extranjero”</span></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px;"><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[2]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> ) “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">Certiorari</span></i><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">” es una forma verbal latina
que significa “estar ciertos”</span></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px;"><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[3]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> ) Ver
www.supremecourt.gov/orders/courtorders/121120zr_p860.pdf</span></p>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[4]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
) Art. 280 CPCyC: </span><span face=""Verdana","sans-serif"" style="background: rgb(179, 217, 226); color: black; font-size: 9pt; margin: 0px;">“…La Corte, según su sana discreción, y con la
sola invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por
falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas
resultaren insustanciales o carentes de trascendencia…”</span></p>
<p style="margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></p>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<p style="margin: 0px;"><a href="file:///C:/Users/Luis/Documents/TRUMP%20VOTO1.docx#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: blue;">[5]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> )
https://www.newsmax.com/politics/dershowitz-texas-lawsuit-supremecourt/2020/12/11/id/1001178</span></p>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-13614330582294896242021-01-05T01:54:00.005-03:002021-01-05T19:21:06.875-03:00SOBRE CRETINOS OBEDIENTES<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-rOAuTs_b_UZ3lqKUcSBQK4d7K9YlZNhb9V2nemQ50nizVSM_9Zty7MZwO0KrkCQA7Z663MCs3Ri8kzP8sG8UIlId8KDU4IvDQF-Mz7VmbXBzWZ_-tqEi4-tG29t_nbWyf_FV/s225/CRETINOS.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-rOAuTs_b_UZ3lqKUcSBQK4d7K9YlZNhb9V2nemQ50nizVSM_9Zty7MZwO0KrkCQA7Z663MCs3Ri8kzP8sG8UIlId8KDU4IvDQF-Mz7VmbXBzWZ_-tqEi4-tG29t_nbWyf_FV/s320/CRETINOS.jpg" width="320" /></a></div><div>
Extraña peripecia la de la palabra “cretino”. El cretino es un idiota, un imbécil, un estúpido. Pero el habla popular lo ha cruzado con otra acepción: el cretino es un cínico, una clase especial de cínico. Para decirlo en términos más precisos, un desvergonzado, un turro que se parapeta bajo una emulsión de imbecilidad: “¡me hizo flor de cretinada!”. La etimología confunde. Deriva del francés que se habla en el cantón valesano de la Suiza francófona. “Crétin” equivalía allí a “cristiano”. ¿Cómo se pudo llegar al significado actual? Tenía en su origen una carga afectuosa. Se aplicaba a los niños que presentaban un atraso en su desarrollo físico, intelectual y afectivo, que luego se descubrió era debido a una deficiencia congénita de la tiroides. En el cantón valesano, por dietas con falta de yodo, la enfermedad alcanzó proporción endémica. Esos chicos eran “crétins”, “Chrétiens”, en el sentido en que “cristiano” se usaba hasta hace no tantos años, alguien como nosotros que debe ser comprendido aun en sus defectos -“es sonso el cristiano macho/cuando el amor lo domina”-, hacer camino con él y socorrerlo si cabe. “Cretino” = cristiano = inocente que debe ser protegido. Luego, la enfermedad descripta fue catalogada como “cretinismo”. Y más tarde la palabra dio una vuelta de campana y llegó a su significado actual. Volvamos a los cretinos tal como los conocemos y sufrimos hoy. Vale la pena retroceder algunos años y situarnos en Italia, donde “cretino” resuena a menudo en el habla popular.
En 1931, Benito Mussolini nombró secretario general del Partido Nacional Fascista a Achille Starace. Este hombre, pluricondecorado en la Primera Guerra Mundial y reconocido gimnasta, no estaba -sin embargo- a la altura de su cometido. Giuseppe Bottai, ministro de Educación, culto y refinado, se apersona entonces a Mussolini y le espeta: "Duce, ¿cómo puede nombrar a Starace? ¡Es un cretino!". Mussolini le contestó: "Sí, es un cretino. Pero obedece" . Además de mostrar la lógica de onda corta del poderoso, la anécdota revela a los argentinos de hoy que cuando se buscan obedientes, sobran cretinos postulantes. Una muestra la tuvimos en el chalaneo a que dio lugar en ambas cámara del Congreso el dictado de la ley que legalizó el aborto. En especial, la trata de los votos de los llamados indecisos, que cotizaron alto la voltafaccia de su voto negativo en el 2018, entre pucheritos, llantos y denuncias de amenazas. Cinismo de cretinos, cretinos “fosforecentes”, cretinos indelebles, crema de cretinos de la democracia criolla. Cretinos obedientes al mandato global del espíritu del tiempo. Cretinos incurables y perdurables.-
</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><span style="font-size: x-small;">
1) En justicia, y por lo que sigue, debe añadirse que Achille Starace, mandado a un campo de concentración por los propios fascistas, fue en abril de 1945 sacado de allí y "juzgado" por los partisanos, que lo arrastraron al Piazzale Loreto, ejecutándolo después de torturas y sevicias, ante los cadáveres colgados de Benito Mussolini y Claretta Petacci. Murió haciendo el saludo romano, con gran entereza. Si quizás había vivido como un cretino, murió como todo un hombre y merece el respeto postrero a la lealtad y al coraje.-
</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-66797977341563948932020-11-13T10:19:00.001-03:002020-11-13T10:19:55.494-03:00EL PACTO KIRCHNER-VERBITSKY<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcVWghws5IJbJZST7rXJ3qMYg-amtPJBuUb7xF3JZgUb8i9QK4ebooMr02B97ed9YnqAFHPjfqE7SmG8EN9Cwp0vBVcfwQpd0sAZiAoxAapJFjfibjP-a87Dbu51IU0tgfhZOM/s1280/PACTO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcVWghws5IJbJZST7rXJ3qMYg-amtPJBuUb7xF3JZgUb8i9QK4ebooMr02B97ed9YnqAFHPjfqE7SmG8EN9Cwp0vBVcfwQpd0sAZiAoxAapJFjfibjP-a87Dbu51IU0tgfhZOM/s320/PACTO.jpg" width="320" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Agradezco a los amigos y cofrades de Justicia y Concordia que me hayan honrado señalándome para compartir esta presentación con Agustín Laje. Mientras iba leyendo el libro y reviviendo las circunstancias del pacto que pone de manifiesto, me surgió la amargura de un sarcasmo: antes que pacto, que puede haberlos beneficiosos y sólidos, pensé, esto fue un trato pampa, o como le gustaba fulminar a don Hipólito Yrigoyen, un contubernio, componenda entre los bajos fondos de la casta política y los bajos fondos de la insurrección ideológica. Pero de poco vale ahora el sarcasmo. Porque el pacto triunfó. Se llevó puesta a la política, en cuanto destruyó la posibilidad de la concordia, de la paz interior, que es el zócalo imprescindible de la edificación del bien común. Se llevó puesto también al derecho, puesto que cercenó sus pedestales, oscureció sus certezas, anuló sus garantías para los unos al tiempo que afianzaba la impunidad para los otros, y puso la adjudicación de lo suyo de cada uno en manos de una agencia judicial colonizada por influyentes y repetidores ideológicos. El mal que hicieron lo hicieron bien. Demolieron bien, porque destruir es fácil. Lo difícil y largo es construir. Y la única base que tenemos hoy para construir son esas multitudes de ciudadanos de a pie que se convocan por propia voluntad con su bandera para cantar el himno, ya van ocho veces este año.
En 2003 Néstor Kirchner asume la presidencia con una hoja de ruta que incluía descabezar al poder judicial, comenzando con la Corte, que había sido objeto, durante la presidencia de Duhalde de un pedido de juicio político contra seis de sus miembros que no había prosperado. La Corte debía pagar, ante todo, por haber dictado los fallos “Smith” –febrero de 2002, sobre el corralito- y “Provincia de San Luis” –marzo de 2003-sobre la pesificación-, concluyendo, en saludable ejercicio de control de razonabilidad e independencia del poder político, en la inconstitucionalidad de los decretos que los habían establecido. Iba así en contra del antecedente “Peralta”, que había echado óleo de constitucionalidad sobre el decreto que ordenó la confiscación del Plan Bonex en 1990. Se necesitaba en el 2003, convalidar aquellas normas del corralito y del corralón y, para ello, degollar a cinco ministros –esta vez tomados de uno en uno, como aconsejó también Lilita Carrió- e ir a por la Corte propia. Kirchner anuncia por cadena nacional la promoción del juicio político (no es que el art. 53 dice de la Cámara de Diputados que “sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado”…, minucias, enormes minucias) cuando el tribunal estaba a punto de fallar una causa en que iba a ratificar su criterio. Aquí entra a jugar el otro personaje del Pacto: Horacio el Perro Verbitsky. Ya se había entrevistado con Kirchner cuando éste era aún presidente electo –electo por abandono- y allí el Perro, un viejo conocedor de la Corte, que años atrás había escrito “Hacer la Corte”, favorecido por sus vínculos con el ministro Enrique Petracchi, donde echa a correr el mote de “Corte de la mayoría automática” que, aunque no acreditable al examen de los fallos, tendrá amplio eco. Verbistsky, al frente del CELS, le propone a Néstor otro negocio, de gran rédito político, que el santacruceño no había percibido: la derogación de las leyes de punto final y obediencia debida y el procesamiento al barrer de los integrantes de las fuerza armadas y de seguridad involucrados en cualquier grado en las operaciones de contrainsurgencia. Mientras que uno de los cursos de acción permitiría tranquilizar al fisco, a los banco y a los grandes deudores en dólares “pesificados”, el otro, el de los juicios de lesa humanidad, le permitiría al oscuro santacruceño entronizarse como héroe moral. El ex intendente de Río Gallegos y ex gobernador de Santa Cruz vio allí, a través de las palabras sugerentes del Perro, abrírsele a él, preocupado hasta ese momento ante todo por la “acumulación primitiva” –para usar una categoría de Marx que el Perro habría podido explicarle muy bien- un horizonte de pompa moral insospechado. Que, de paso, y en un momento en que la casta política se encontraba su nivel más bajo de desprestigio –el “que se vayan todos” estaba aún fresco- le daba al colectivo partidocrático la oportunidad de rehacerse una virginidad a través de un chivo expiatorio (y “explicatorio”, como añadieron Les Luthiers): los sistemáticos represores. Yendo a los bifes, le habrá dicho el Eternauta que eso requería hacerse de los tribunales federales penales y del Consejo de la Magistratura, y quizás le contó la manera divertida en que él, por consejo del hoy procurador del Tesoro, Carlos Zanini, se había sacado de encima al procurador general de su provincia, el doctor Eduardo Sosa, que había iniciado unas molestas investigaciones. Lo hicieron creando dos nuevos cargos con las mismas funciones del anterior –agente fiscal y defensor de pobres- y eliminando el de procurador. El doctor Sosa, como ustedes saben, litigó durante catorce años, rechazó compensaciones monetarias que le ofreció la provincia y obtuvo un fallo favorable de la Corte en 2009, que nunca pudo cumplirse (a falta de vigilante y porque se adujo que el cargo ya no existía). La superioridad moral estaba asegurada. A fines del 2006, la senadora Cristina Fernández de Kirchner impuso la sanción de una ley que reducía los miembros del Consejo de la Magistratura de modo que el gobierno pasó a controlar las mayorías necesarias. Inmediatamente después, comenzó la ofensiva contra la Cámara Nacional de Casación Penal. Dijo por cadena el presidente que había que “apurar las condenas a los militares” (¿Cómo: no instaba a sentenciar sino a condenar? ¿No juicio y condena sino condena y juicio? ¿Y esto no es intromisión del Ejecutivo en el Judicial? Minucias, enormes minucias).
Y ahí estamos a las puertas del trato pampa, contubernio o simplemente pacto que la obra desarrolla detalladamente. Pacto que, se nos informa, cuenta con un programa ideológico contenido en el D. 1086/2005, firmado por el presidente Kirchner. Alberto Iribarne, ministro de Justicia, y Alberto Fernández, jefe de gabinete. El título es “Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación”. El único artículo remite a un Anexo que no se publicó en el B.O. La obra nos da un panorama de las 261 páginas del Anexo. Leyéndolo, uno piensa, “ese futuro ya lo conozco”: educación que respalde el aborto y la elección de sexo, promoción de las creencias y reivindicaciones de los pueblos originarios, reestructuración de las fuerzas de seguridad, etc. Quince años después podemos repetir aquello de nihil novum sub sole que dijo el Eclesiastés. Y darnos cuenta de que lo que faltan todavía algunos episodios para que se nos inflija el programa completo.
Ya sabemos cómo continuó la historia, A partir de la jurisprudencia establecida por nuestra Corte Suprema de Justicia y tribunales federales penales inferiores, en los juicios de lesa humanidad, que el mismo alto tribunal calificó de “política de Estado”. Se estableció un derecho penal y procesal penal de dos velocidades: una, para los juicios ordinarios, donde, en principio, rigen las garantías del proceso justo y los principios básicos del derecho penal liberal; otra, para los juicios contra represores por delitos de lesa humanidad, donde aquellas garantías no tienen vigor y aquellos principios pueden y hasta deben ser dejados de lado. Nuestro país, como se sabe, transitó dos caminos distintos respecto de los delitos cometidos tanto por dispositivos estatales o paraestatales como por organizaciones terroristas, durante los años 70 y 80. El primero fue inaugurado por el entonces presidente Raúl Alfonsín en diciembre de 1983 con los decretos 157 y 158, por los que se ordenaba enjuiciar tanto a las juntas militares de 1976 a 1983 como a dirigentes de las organizaciones Montoneros y ERP. Las principales etapas de este camino fueron las leyes de punto final y obediencia debida de 1986 y 1987, los indultos dictados por el gobierno posterior y las decisiones de la Corte Suprema de Justicia entre 1987 y 1993, que convalidaron la constitucionalidad de todas aquellas disposiciones. Se iniciaron entonces unos “juicios de la verdad”, en puridad instancias para que víctimas y familiares pudiesen llegar a certidumbres sobre sus deudos a través de quienes los enfrentaron, pero sin instrumentos que permitiesen la no incriminación, como habría sido la mediación, por ejemplo, por lo que se frustró todo resultado positivo, si es que alguna vez se lo buscó en realidad. A través de esta carencia de un mecanismo que posibilitara la elaboración del duelo por las muertes y desapariciones de insurgentes o tenidos por tales, el “argumento de Antígona”, con toda su potencia moral, quedó como patrimonio de uno de los bandos, circunstancia aprovechada integralmente por los pactantes. El otro dispar camino arrancó en 2003, a partir del pacto, jalonado por diversos fallos en los que la Corte Suprema de Justicia, con algunos de sus integrantes que se habían expedido por la constitucionalidad en los fallos anteriores, procedió a nulificar aquellos decisorios y las leyes antecedentes, sentando la imprescriptibilidad de los actos cometidos desde la órbita estatal y paraestatal exclusivamente. La tipificación de los delitos de lesa humanidad se estableció a partir del derecho consuetudinario internacional, nunca acreditado, aunque la costumbre debe ser probada, reajustándose así, en esta mudanza, los principios clásicos:
Principio de legalidad, de ley previa y escrita, en cuanto a la predeterminación normativa tanto del tipo penal como de la escala pena aplicable.
Principio de irretroactividad de las normas penales, y de su correlativo en el derecho internacional público, que es el de intertemporalidad (los hechos deben ser juzgados a la luz del derecho vigente cuando ocurrieron)
Principio de irrevisibilidad de la cosa juzgada y del non bis in idem (no se puede juzgar dos veces por la misma causa).
Principio de interpretación de la ley penal pro persona, de donde deriva el in dubio pro reo y la aplicación de la ley penal más benigna.
Prohibición de la interpretación analógica de la ley penal contra el imputado.
Invocación dogmática de la costumbre internacional como sucedáneo de la ley penal escrita, sin probar esa costumbre y atribuyéndole fuerza imperativa (jus cogens).
No aplicación de la obligación asumida por el país de conformidad con el Pacto de San José de Costa Rica de que los juicios duren un “plazo razonable” y se eviten las prisiones preventivas de duración indefinida.
Agravamiento de las condiciones carcelarias para procesados y condenados cuya edad promedio ronda los sesenta años.
Ni el Estatuto de Roma ni su interpretación por la Corte Penal Internacional, para referirnos a un nivel global, han querido apartarse de una sujeción estricta al principio de irretroactividad de la ley penal, consecuencia de principio de legalidad previa, lo que muestra las particularidades del criterio local. En síntesis, se les aplicó a los que de cualquier manera y con cualquier grado de participación estuvieron en la contrainsurgencia, un “derecho penal del enemigo” y fueron objeto de un lawfare como el que enérgicamente denuncian la vicepresidente Cristina Kirchner y sus aláteres haber sufrido y estar sufriendo. Con la diferencia que están todos en libertad y que los tribunales son muy respetuosos de sus derechos, como para todos debería ser.
Como sea, cabe a esta altura una reflexión más allá de la cuestión jurídica, sobre los efectos que estos vaivenes han tenido en lo profundo de nuestra sociedad. Porque las alteraciones de raíz en los criterios judiciales, independientemente de su valoración técnica, tienen efectos expansivos sobre las sociedades, muchas veces no advertibles de inmediato, pero que en algún momento afloran. En su disidencia en el caso “Mazzeo”, la doctora Carmen Argibay –víctima ella misma, en su tiempo, de detención durante el Proceso- advirtió sobre el peligro de considerar “trivial y contingente” la autoridad de cosa juzgada en una sentencia, ya que ello podría abrir la posibilidad de que otra composición de los estrados hiciese valer luego su parecer contrario, impidiendo así el cierre definitivo de cuestiones que conllevan heridas profundas abiertas sobre disentimientos extremos en el cuerpo social. La reflexión apunta a la circularidad que deja abierta la llaga y conduce a la respuesta vindicativa, en un patético empuje a los extremos. Los argentinos estamos envueltos en el ciclo de una violencia recíproca desatada en escalones de constante ascenso. Las instituciones aparecen desprestigiadas y sus voceros no traen respuestas creíbles. Asoma, sobre todo, la fragilidad de la administración judicial para gestionar a través de sus resortes procesales estos conflictos profundos. El estrado judicial se muestra casi obligado a forzar en muchos casos los principios recibidos y aceptados. Como muestra, citaré apenas el “caso Muiños”, el del 2 x 1, aplicación de la ley más benigna, de mayo de 2017, la posterior ley “interpretativa”, ley mamarracho que, de todos modos, no podía aplicarse retroactivamente, y el fallo “Batalla”, de diciembre de 2018, donde con una voltafaccia de dos ministros, se establece que la ley más benigna no es aplicable a los delitos de lesa humanidad, con la única oposición del dr. Rosenkrantz, que ha quedado en el papel de solitario disidente, como lo fue en su tiempo el dr. Fayt. Se llevaron puesta la certeza jurídica, que es el andamiaje que mantiene unida a la sociedad, porque garantiza las condiciones de la acción y se yergue como la específica eticidad del derecho, como decía en su clásica obra el jurista italiano López de Oñate.
Frente a la atención pública, la agencia judicial, giróvaga y veleta, aparece como inocua ante la delincuencia común y sin arrojar verdad ante los crímenes de los 70 y 80. La venganza privada, ciega y pulsional, asoma ahora con frecuencia. Las víctimas, en todos los casos, requieren reconocimiento y las certidumbres que contribuyan a cerrar su duelo. Trato adecuado a la víctima y trato justo al reo no se obtienen demoliendo el derecho. Pero es el tiempo de los “jurisclastas”, como hace mucho fue el de los iconoclastas, los adversarios de las imágenes sacras. Se nos sigue machacando, por otra parte, con una memoria hemipléjica, concentrada entre 1976 y 1983, de lo que fue, desde mediados de los años sesenta del siglo pasado, una guerra civil, bajo la impronta de la guerra revolucionaria, por medio del ejercicio del terrorismo a través de diversos grupos armados, que dio lugar a una respuesta en términos de guerra contrainsurreccional, a cargo, especialmente, de las fuerzas armadas y de seguridad. Nuestra guerra civil fue un escenario secundario y periférico de la guerra civil global que enfrentaba a escala planetaria a la república imperial de los EE.UU. de Norteamérica, y sus aliados y satélites, con el imperio soviético –la ex URSS- y sus aliados y satélites. El enfrentamiento directo entre ambas superpotencias estaba descartado por efecto de la “mutua destrucción asegurada” y, por lo tanto, las escaramuzas se libraban en los arrabales, como fue nuestro caso. La historia íntima de nuestra guerra civil revolucionaria/contrarrevolucionaria se encuentra, en sustancia, en los archivos del Departamento de Estado y de la CIA, de la KGB y del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista Cubano, que manejaba la beligerancia en nuestro subcontinente. Este episodio suburbano de la guerra civil global dejó en nuestro país un terrible saldo de muerte, luto, llanto, dolor, suplicios, torturas y, sobre todo, odios y rencores tenaces y cruzados; en suma, un pozo de discordia. La memoria y la historia comunes constituyen el cemento de los grupos humanos, bajo una forma particular de narrarlas. Cuando se absolutiza esa particularidad, sin reconocer las otras narraciones, que es lo que ha pasado entre nosotros, suelen convertirse en una pesadilla de la cual resulte difícil despertar, cuyos horrores pueden trasladarse a la realidad, y repetirse duplicados. La sangre vertida en el pasado justifica, entonces, volver a hacerla correr en el presente.
Los argentinos llevamos hoy, colectivamente, una vida desdichada. Nuestros pasos se encaminan desorientados tras los culebreos de dos viejas damas ruines y destructivas: la discordia constante y la corrupción medular. Todo lo que intentamos construir sobre este barro, todo lo que queremos instituir –instituir viene de un verbo latino que significa mantener recto, erguido- se nos viene en banda inmediatamente, como si pretendiéramos levantar pirámides con bolas de billar. Llevamos en la boca el gusto a ceniza del fracaso y la sensación de fastidio colectivo. El odio está de moda. Y el odio persistente es agobiante. No sólo tiene sus profetas sino también sus ejecutores. Y hasta sus pactos, como vimos. Las luchas intestinas, en sucesivas recaídas, han dejado catálogos de muerte y de dolor. Y un hilo rojo hecho de rencores que las hilvana. Nuestra política actual parece, muchas veces, una imitación de guerra civil. Nuestros tribunales parecen también muchas veces continuar la guerra civil por otros medios. Quizás se muestre allí un síntoma de inmadurez colectiva. Preferimos seguir librando las guerras internas del pasado, cuyo resultado creemos conocer, antes que asumir los riesgos del presente, con sus incógnitas abiertas.
Todas las guerras civiles de la historia del mundo, cuando no han terminado por el exterminio de la facción enemiga, se han clausurado por una amnistía, desde la primera de la que se tenga registro, tras la guerra del Peloponeso, una guerra fratricida entre los pueblos y ciudades de Grecia, cuatrocientos cuatro años antes de Cristo. Es un acto recíproco de olvido. No es un acto gracioso o una limosna. Quien recibe la amnistía debe devolverla y quien la da debe saber que él también la recibe. Pero nosotros hemos cerrado ese camino político, contra el que se aducen inconsistentes argumentos jurídicos. Otra vía, abonada por jurisprudencia de la propia Corte Suprema desde largo y el Pacto de San José de Costa Rica, declarar por los estrados la insubsistencia de la acción penal por hechos ocurridos cuarenta años atrás que vienen arrastrándose en expedientes inacabables, también ha quedado hasta ahora bloqueada por la interpretación dominante. Un reciente fallo de Casación interpreta la acción contrainsurgente como un “genocidio” perseguible en todo tiempo y lugar. En nuestra época de guerra civil global y estado de excepción permanente, el enemigo, visto como radicalmente otro e incluso despojado de su condición humana, resulta demonizado y privado, como dice Milan Kundera, “hasta de la dolorosa gloria del fracaso”.
Me gustaría terminar estas palabras con un mensaje optimista, y decirles que el pacto que la obra presenta es cosa del pasado. Pero no podemos mentirnos a nosotros mismos. Sus consecuencias se siguen desarrollando ante nuestros ojos. Para remontar nuestros desgarros y confusiones del presente, volvamos a un momento a los antiguos, a las fuentes culturales. Y discúlpenme que recuerde cosas bien conocidas. Para aquellos antiguos, la finalidad de la política no era el mero coexistir, el estar momentáneamente juntos, sino el convivir, y el convivir bien, la vida buena, que permite lograr ese bien que individualmente no podemos alcanzar: el bien común. Ellos decían, también, que la concordia, que llamaban la “amistad política”, integra y fundamenta el bien común. Es la condición y también el coronamiento de toda obra común en vista del bien general. La concordia supone, primero, coincidencia en el orden de la acción respecto de unas pocas, pero básicas, aspiraciones de una colectividad y, luego, una concordancia de sentimientos (con-cordia, corazones al unísono) acerca de un patrimonio común, acerca de esa comunidad insustituible que hasta hace un tiempo llamábamos patria y que hoy no representa ni siquiera su último baluarte, la camiseta del seleccionado. Para nombrarla, se necesita recordar la voz de los poetas: “necesaria y dulce”, “inseparable y misteriosa”, la llamó Borges; “un dolor que aún no tiene bautismo”, escribió Leopoldo Marechal.
El único programa posible en el que los argentinos podríamos pactar en buena consciencia es rehacer la concordia por medio de su instrumento, legítimo y constitucional: la amnistía dictada por el Congreso o la declaración de insubsistencia de la acción penal por sentencia definitiva de nuestra Corte Suprema. Uno u otro camino requerirían una decisión política que recoja la necesidad de reconstruir la paz interior para las generaciones presentes, sin dejar ese lastre para las que vendrán. No podemos seguir reabriendo tumbas para cavar más hondo las trincheras. Es la hora de lo que los antiguos llamaban pietas, un sentido sacro de construir la concordia y la comunión en este suelo. La concordia, la paz interior, es constituyente por excelencia. La concordia, que dejaría atrás definitivamente el trato pampa de que trata el libro, debería ser nuestro pacto constituyente. -
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-72867552648596795572020-09-15T21:57:00.001-03:002020-11-24T20:39:41.169-03:00VOLVIÓ LA ZANJA DE ALSINA, PERO EL MALÓN ESTÁ MÁS CERCA<b><br /></b>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV7BluFo4OlWwOZcBTBcWZNELdu65BR3iUhc0fEG64SczgDG2zFmhCtZcPXtTCtJHnHlcY1rtt6Mrwvf4N8fRS9TIV5a4_uuNy2dyFkcXEwTdkt_FTOKxgXe8RotgryO1irZiJ/s1600/zanja.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="391" data-original-width="578" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV7BluFo4OlWwOZcBTBcWZNELdu65BR3iUhc0fEG64SczgDG2zFmhCtZcPXtTCtJHnHlcY1rtt6Mrwvf4N8fRS9TIV5a4_uuNy2dyFkcXEwTdkt_FTOKxgXe8RotgryO1irZiJ/s320/zanja.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><br /></span></b></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"></span></b></div>
<br />
<div align="center" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 10pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Corte
de la Zanja de Alsina</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Entre
1876 y 1877, desde Nueva Roma<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6388164&useLegacyBlogger=true#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[1]</span></span></span></span></a>,
a unos cuarenta kilómetros de Bahía Blanca, hasta Italó, en el sureste de Córdoba,
se cavó una zanja de casi cuatrocientos kilómetros, destinada a impedir o dificultar
el malón. Fue durante la presidencia de Avellaneda y era su ministro de Guerra
Adolfo Alsina. Alsina, el caudillo del autonomismo porteño, de barba poblada y físico
imponente, capaz de amainar guapos en cualquier boliche o apabullar letrados con
su versación jurídica, ideó este recurso ante el avance de la indiada. Desde la
caída de Rosas se habían roto los pactos con los indios, confederados bajo
dominio araucano y, hasta unos años antes (1873), el gran Cafulcurá asolaba las
tierras pampeanas con miles de hombres de lanza. <span style="margin: 0px;"> </span>El negocio era robar el ganado y llevarlo a
Chile por la Rastrillada Grande o Camino de los Chilenos, más el botín y las
cautivas, que permitían asegurar la reproducción de nuevos guerreros para las empresas
de estos seminómadas –cuya progenie real o supuesta hoy reclama al por mayor
tierra, como si sus antecesores las hubieran poblado y cultivado. <span style="margin: 0px;"> </span>La idea de Alsina era impedir el maloqueo y el
traslado del botín. La zanja era uno de los instrumentos para ello: tres metros
de ancho, dos de profundidad y un terraplén de un metro sobre los bordes. Fue
diseñada por el ingeniero francés Alfredo Ebelot, que ha dejado una muy valiosa
obra sobre sus experiencias en el terreno. El indio podía sortearla con alguna
dificultad, pero el ganado no. Allí intervenía el otro instrumento, que era la
línea de fortines, intercomunicada por medio del telégrafo. Las tropas<span style="margin: 0px;"> </span>podían intervenir más ventajosamente <span style="margin: 0px;"> </span>sobre los lanceros <span style="margin: 0px;"> </span>dificultados por el foso. Las condiciones de
vida de estos asientos militares y de la leva de sus efectivos tendrán
indeleble retrato en el “Martín Fierro”.<span style="margin: 0px;">
</span>De todos modos, la zanja de Alsina permitió<span style="margin: 0px;"> </span>el desarrollo de poblaciones y explotaciones
rurales aquende <span style="margin: 0px;"> </span>su traza, debilitó el
poder del indio y facilitó<span style="margin: 0px;"> </span>la campaña
que el nuevo ministro de Guerra, Julio Argentino Roca, llevaría a cabo más
tarde. <span style="margin: 0px;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">En
Rafael Castillo, partido de La Matanza, se ha cavado una zanja de 1.200 m de
longitud, más de casi tres metros de ancho y dos de profundidad, por
suerte no a pico y pala como su antecesora, sino con excavadora, a cargo de la propietaria de un
predio, ocupado en su mayor parte<span style="margin: 0px;"> </span>por
una reedición posmoderna del malón, donde los “hombres de lanza” lo son ahora
de tumbera, familias muy pobres arrastradas en operaciones para nada
espontáneas <span style="margin: 0px;"> </span>por capitanejos locales –
quienes nada tienen de Cafulcurá, Sayhueque o Manuel Namuncurá- que avizoran un
buen negocio inmobiliario y un rebaño clientelar a ofrecer para las votaciones.
Berni –un ministro de Seguridad que es muy recio a motín policial terminado- se
queja y patalea contra las tribus de okupas, con cierta razón, pero –claro- no alcanza a las
espuelas de Conrado Villegas ni a los botines de Adolfo Alsina. En otro tiempo,
los enanos tenían la prudencia y sapiencia de encaramarse en los hombros de los
gigantes. Ahora, cuesta que esas grandes sombras no los pisen. </span><br />
<span style="font-family: "book antiqua";"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyKcp8crpD2WyiKyo55mpPCySsdITO9Ljhgt2SUGK9mrrB4zWV59oczaqgIxNOG_5BG9O3jZ9O6qibIYrgH-U_94O35oBR0HkhvDjbN2uZemmicgI5MHth0H4dqlANBnibdJpN/s1600/Zanja+actual+-+copia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="688" data-original-width="1033" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyKcp8crpD2WyiKyo55mpPCySsdITO9Ljhgt2SUGK9mrrB4zWV59oczaqgIxNOG_5BG9O3jZ9O6qibIYrgH-U_94O35oBR0HkhvDjbN2uZemmicgI5MHth0H4dqlANBnibdJpN/s320/Zanja+actual+-+copia.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: "book antiqua";"><br /></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"></span></b></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="mso-element: footnote-list;">
<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div style="margin: 0px;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6388164&useLegacyBlogger=true#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;">[1]</span></span></span></span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> ) Allí
el coronel Silvino Olivieri había fundado una colonia agrícola militar. En 1856
Olivieri fue asesinado en un motín de los colonos legionarios. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> </span></span></div>
</div>
</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-68079483775968070822020-09-10T22:31:00.000-03:002020-09-16T12:12:35.370-03:00EN TIEMPOS DE LA REFORMA JUDICIAL, UNA ESTATUA SIMBÓLICA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCgoPLq3n-NciQvzXbcx0ruhxVq7OKCaYm59nO766cUTFssuOy25wd4S0XAFEJntiJyJCFgofwo7awQU9DjEl-lq1WjRtB38pOHKDwvPCxU74lf1fq233ECT43WYigydNZxxDC/s1600/Justicia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCgoPLq3n-NciQvzXbcx0ruhxVq7OKCaYm59nO766cUTFssuOy25wd4S0XAFEJntiJyJCFgofwo7awQU9DjEl-lq1WjRtB38pOHKDwvPCxU74lf1fq233ECT43WYigydNZxxDC/s320/Justicia.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin: 0px;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">El debate sobre la reforma judicial, que ha
fatigado tanto pantallas y cursores es uno más entre los<span style="margin: 0px;"> </span> signos de postración de
nuestra vida pública. Transcurrimos un estado de excepción sin soberano. O
mejor dicho, con un soberano, que es el coronavirus, que habrá de llegar hasta
donde quiera, o hasta donde Dios quiera, mientras nuestros dirigentes corren
detrás, balbuceando que están al frente de una batalla irremediablemente
perdida.<span style="margin: 0px;"> </span>En el camino, hemos dejado los
últimos jirones de nuestra siempre precaria institucionalidad. No tenemos
prácticamente Congreso. Hasta hace poco, no se hacían allí las leyes, sino que
se las recibía hechas. Hoy, ni siquiera son leyes, sino DNU que se despachan
favorablemente con el trámite virtual de una pensión graciable. No tenemos<span style="margin: 0px;"> </span>poder ejecutivo unipersonal, sino una especie
de matrimonio morganático <span style="margin: 0px;"> </span>en donde el
consorte de rango inferior es el presidente de la República, Jefe Supremo de la
Nación en el incierto papel constitucional. Y tenemos una agencia judicial
sumida con razón en el descrédito. Que, además, ahoga en ciénaga administrativa
los esfuerzos de tantos servidores probos y capaces que aún se desempeñan en sus
cuadros. Y cuando se propone una reforma para esta rama del Estado, resulta que
es para hundirla más aún. Hay una manifestación simbólica de este estado de
cosas que me propongo compartir con el lector. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">Cuando se suben las escalinatas del Palacio de los Tribunales,
puede observarse, en una gran hornacina abierta en la pared que cierra el
vestíbulo, la estatua en bronce de la Justicia, de Rogelio Yrurtia. Nuestro
gran escultor –quizás bajo el influjo de Bourdelle- buscó inspiración más atrás
de los modelos clásicos, con sus conocidos atributos de la espada y la balanza
y la representó como una joven imponente, en actitud de avanzar, la cabeza
cubierta con un casco que adorna una diadema y los brazos extendidos en
paralelo, ambos levemente unidos en sus pulgares. Esos brazos marcarían el
equilibrio de lo justo, y los pliegues de su vestidura, que caen verticalmente,
la rectitud, armonía y proporcionalidad que lo deben acompañar. Litigantes y
abogados pasamos junto a la figura en el hueco, viéndola sin mirarla, ya que,
hoy, sólo los ladrones del bronce saben admirar con ojo codicioso las estatuas.
</span></div>
<br />
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">Si
se consulta por Internet la página de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
(en www.pjn.gov.ar) se advierte, en las informaciones a la visita guiada al
Palacio, que esa estatua es una réplica del original. Llegué a conocer la
historia por intermedio del escribano Eduardo Scarso Japaze y la transmito, con
algunos datos ampliatorios. Carlos Delcasse (1852-1941), un francés nacido en
Burdeos y afincado en el barrio de Belgrano, amigo de Rogelio Yrurtia, decidió
encargarla para la bóveda familiar en el cementerio de Olivos. La obra había
sido proyectada por Yrurtia en 1905, con el título de “Res non Verba”, luego
cambiado en “Equidad”,<span style="margin: 0px;"> </span>y su destino
habría sido el flamante Palacio de Justicia. Comenzado ese mismo 1905, el
edificio se inauguró en 1910. Pero la maquinaria burocrática detuvo la
ejecución y –no es de extrañar- los pagos correspondientes y hoy puede verse en
el Museo Casa de Yrurtia la pequeña maqueta original. La hornacina destinada a
albergar la escultura quedó vacía y luego la ocupó un busto del general San
Martín. Delcasse la encontró propicia para el sepulcro destinado a él y los
suyos, porque, como escribió al artista, en carta que se conserva en el museo, </span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">su voluntad era que fuese “la obra
de arte que ha de simbolizar la muerte. La justicia inevitable, incorrupta,
divina para todo ser viviente”. </span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">Delcasse
era una figura destacada de la sociedad porteña de fines del siglo XIX y
principios del XX. Fue diputado nacional e intendente de Belgrano, cuando
todavía no integraba como barrio la ciudad de Buenos Aires. En su quinta,
situada en Sucre entre Cuba y Arcos, había una sala de armas donde se cruzaban
Jorge Newbery, el barón Demarchi, César Viale, políticos como Lisandro de la
Torre o Alfredo L. Palacios, jueces, legisladores. Alguna vez, un guapo (quizás
un Muraña importado desde Palermo o un Iberra fatal traído desde Barracas)
demostró allí a los invitados cómo era la esgrima del duelo criollo. En los
fondos, sobre Arcos, se disputaban los lances de honor comentados luego por el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tout</i> Buenos Aires. Juan Domingo Perón
también tiró el sable en su pedana. <span style="margin: 0px;"> </span>Por
la entrada de Cuba podían verse, hasta hace algunos años, los restos de la
mansión, la llamada "Casa del Ángel", por la figura alada junto al
mirador. Ella inspiró a Beatriz Guido una novela que Leopoldo Torre Nilsson
llevó al cine en 1957,</span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;"> </span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">dirigiendo
a Elsa Daniel y Lautaro Murúa.</span><br />
<br />
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; margin: 0px;">En
1936, Yrurtia realizó el vaciado para cumplir la voluntad de su amigo. Y surgió
la diosa <span style="margin: 0px;"> </span>con los brazos extendidos, como
una sonámbula, <span style="margin: 0px;"> </span>iluminado su camino por
la diadema, entrando en el reino de la muerte. Una leyenda inconfirmable
atribuye la elección de Delcasse, compartida por Yrurtia, a que el primero
había tenido una hija fallecida, que sufría de sonambulismo, y no encontró para
ella mejor evocación que la que la obra exhibía. En 1938, los 1.800 kilos de
bronce alegórico fueron colocados en lo alto de la bóveda de los Delcasse,
mediante de andamios, poleas y cadenas, y bajo la supervisión del escultor, por
los hermanos Trovero, uno de los cuales transmitió esta información al
escribano Scarso. Tres años después, la ocupó quien encomendara la estatua. Más
tarde, José María Fernández Ferrari, cuyos restos también yacen allí, donó el
sepulcro al Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires, su actual
titular.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiqEAwcdkQk8BWN_1zRml-F7hjx22VayyvFotl_V4ufDiLM4I3tOifmQ0SFGtHS6MqBEPcBVSHyqtmBw0VV-R9LM_qzeiXIDjZrjQbTDE1OwQwP7YL4Y1YmAZ4W4iKWP-2F2nG/s1600/90px-La_Justicia_-_Rogelio_Yrurtia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<span lang="ES-AR" style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; margin: 0px;">La
estatua que se encuentra en el Palacio de Justicia es una réplica, por medio
del vaciado en bronce del original, colocada en 1959, todo ello realizado <span style="margin: 0px;"> </span>nueve años después de la muerte del maestro
Yrurtia. ¿No resulta simbólico que la imagen de la Justicia que abre la sede de
nuestros tribunales sea una copia, es decir, en cierto modo, una Justicia
"trucha"? Pero más aún, que en la inspiración original de su autor y
de quien la encomendara haya estado la entrada en el reino de la muerte. O será
que cuando subimos la escalinata llevando las peticiones de justicia de
nuestros clientes, una voz atravesada por la sorna nos dicta,<span style="margin: 0px;"> </span>como en la puerta infernal al Dante: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate</i>”.
Por lo menos, si ningún conocido operador juega de tu lado.-</span><br />
<div>
<span lang="ES-AR" style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; margin: 0px;"><br /></span></div>
<div>
<span lang="ES-AR" style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; margin: 0px;"><br /></span></div>
<div>
<span lang="ES-AR" style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; margin: 0px;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiqEAwcdkQk8BWN_1zRml-F7hjx22VayyvFotl_V4ufDiLM4I3tOifmQ0SFGtHS6MqBEPcBVSHyqtmBw0VV-R9LM_qzeiXIDjZrjQbTDE1OwQwP7YL4Y1YmAZ4W4iKWP-2F2nG/s1600/90px-La_Justicia_-_Rogelio_Yrurtia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="120" data-original-width="90" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiqEAwcdkQk8BWN_1zRml-F7hjx22VayyvFotl_V4ufDiLM4I3tOifmQ0SFGtHS6MqBEPcBVSHyqtmBw0VV-R9LM_qzeiXIDjZrjQbTDE1OwQwP7YL4Y1YmAZ4W4iKWP-2F2nG/s400/90px-La_Justicia_-_Rogelio_Yrurtia.jpg" width="300" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-90589633138106645312020-06-18T20:31:00.000-03:002020-06-20T13:03:25.848-03:00EL PROFESOR FERNÁNDEZ SIGUE DANDO LECCIONES FUERA DE CLASE<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpv-k2UAPH5VQQODsRj3HdDRuHJMCMX4rdc1FnsRan9hzZpq1aypFnIrej8Hpv1xs-dP1Tll4fzJnh6ZdMdTrvLRu9DosTHJ0xNXFw031c8RUhFDNBieK2kadE0vtJG49rTrrY/s1600/Lame-Duck.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="283" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpv-k2UAPH5VQQODsRj3HdDRuHJMCMX4rdc1FnsRan9hzZpq1aypFnIrej8Hpv1xs-dP1Tll4fzJnh6ZdMdTrvLRu9DosTHJ0xNXFw031c8RUhFDNBieK2kadE0vtJG49rTrrY/s320/Lame-Duck.jpg" width="213" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Ahora -miércoles 17- le tocó a una periodista recibir una lección del profesor Fernández. Interrogado sobre la proyectada expropiación de la firma Vicentín, y algo amoscado el profe por lo que entendió un sesgo crítico en las preguntas, procedió a derramar su caudal jurídico sobre la insolente, a la que conminó a estudiar la Constitución y la ley de expropiación. Y el dómine presidencial pronunció entonces su <i>dictum</i> definitivo: "el Poder Ejecutivo puede expropiar bienes". Como remitió a la CN, fuimos al art. 17, que establece la garantía de inviolabilidad de la propiedad. Y agrega: "la expropiación por causa de utilidad pública debe ser calificada por ley y previamente indemnizada". Esto es, se requiere primero una ley de afectación, emanada del Congreso, y la indemnización previa. Los bienes a expropiar sólo pueden ser declarados tales, y afectados a un destino específico de utilidad pública, por una ley del Congreso federal o de las legislaturas provinciales, en su caso. No hay en nuestro ordenamiento legal expropiación administrativa. El profesor adjunto interino ha traspapelado los apuntes -esos a los que se les echa un vistazo a punto de salir de la sala de profesores y que, claro, uno no puede tener a la vista cuando está riñendo a una periodista. Puede entenderse el error si se tiene en cuenta que nuestro doctrinante remite a la chica respondona a la ley de expropiación, 21499. La ley infraconstitucional, obviamente, no le da al Ejecutivo la facultad que el texto constitucional le deniega. Pero habla de la "ocupación temporánea", lo que es invocado en los considerandos del decreto de arrebato. Ella sí puede ser establecida por la autoridad administrativa. Se trata de una privación transitoria del uso y goce por parte del propietario del bien que está por expropiarse, habiéndose ya iniciado el trámite legislativo, en caso de necesidad anormal, urgente, imperiosa o súbita (art. 59). En definitiva, requiere un estado de necesidad que impida esperar hasta el fin de las etapas del proceso expropiatorio, como podría ser el caso de incendios, inundaciones, terremotos o pandemias, justamente (un terreno que va a ser destinado, por ejemplo, a dar albergue a personas en aislamiento fuera de sus domicilios). Creo muy discutible que este sea el caso de una empresa que ha solicitado su concurso preventivo, en trámite ante la instancia provincial, pero dejemos esta enorme minucia de lado. No se trata de una expropiación administrativa acelerada, sino de una privación momentánea, que no equivale siquiera a la desposesión, que sólo puede ocurrir con sentencia firme, toma de posesión y pago de la indemnización. <br />
El dómine presidencial suele salirse de la vaina en su intento de demostrar el calado de sus conocimientos. Como debe resignar su poder de gobierno en el matrimonio político morganático con la vicepresidente, lo que lo convierte en un prematuro "pato rengo", encuentra compensación en la docencia, su nicho de libre albedrío. Y en un reportaje, encontró que le invadía su potrero otra Cristina, esta vez periodista. Y tronó el escarmiento. Pero aún en su quintita suele errar el vizcachazo, para su malaventura.-Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-35509599719515854022020-06-18T19:27:00.000-03:002020-06-18T19:27:10.536-03:00EXTENSIÓN UNIVERSITARIA (O DE QUIÉN FUNDÓ LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES)
<br />
<div align="center" style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><br /></span></b></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwTDdyBmSihHFWwcxDFF1c1ud34QzjjcYIo67PGAPROIPZ1d2uAKc6LFVAuNDnThm3vHrSIse686tCuGWgeNrV0R_NHXB0GyfxOL3iGEaDyGvoKlblOxP0D0l2LyFP1O4EUxH-/s1600/FundacionUBA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="582" data-original-width="828" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwTDdyBmSihHFWwcxDFF1c1ud34QzjjcYIo67PGAPROIPZ1d2uAKc6LFVAuNDnThm3vHrSIse686tCuGWgeNrV0R_NHXB0GyfxOL3iGEaDyGvoKlblOxP0D0l2LyFP1O4EUxH-/s320/FundacionUBA.jpg" width="320" /></a></b></div>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Días
atrás, el presidente Alberto Fernández dio una clase a distancia a su comisión
de la materia Teoría General del Delito y Sistema de las Penas, que dicta en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. El profesor
Fernández<span style="margin: 0px;"> </span>aleccionaba desde una consola
en la quinta presidencial de Olivos, frente a las pantallas de cada uno de los
cursantes. Al final de la clase, uno de los alumnos, de nombre Lucas,
transmitió: “usted hace historia. Ningún presidente en ejercicio dio clases en
la Universidad que Perón creó para los hijos de los trabajadores”. <span style="margin: 0px;"> </span>Se oyó un emocionado “¡Gracias!” del
presidente.<span style="margin: 0px;"> </span>Y luego emitió un twiter:
“si cada uno de nosotros hace lo que tiene que hacer con toda responsabilidad,
vamos a hacer historia como sociedad ¡Gracias Lucas!”. Como viejo profesor,
siguiendo el consejo presidencial, me voy a permitir un ejercicio de extensión
universitaria para mostrarte, Lucas, a vos y al resto de tus compañeros, lo que
el profesor adjunto interino Alberto Fernández omitió en las respuestas a tu
arrebatado elogio. Digo omitió, Lucas, porque el<span style="margin: 0px;"> </span>abogado Fernández sabe seguramente qué debió
corregirte.<span style="margin: 0px;"> </span>Y si no lo hizo, Lucas, fue
porque –humano, demasiado humano- lo emocionaste en lo profundo con tu
comentario. Ningún profesor, te garantizo, que muchas veces debe trajinar en
clases con estudiantes desatentos o que están pispeando sus celulares, puede
resistirse cuando un alumno aplicado le dedica un cumplido como el tuyo. Aunque
a veces una voz interior pueda susurrarle –lo que no es tu caso, Lucas- que el
estudiante en cuestión se está trabajando<span style="margin: 0px;">
</span>la nota.<span style="margin: 0px;"> </span>Así ocurre con todos los
que están o hemos estado en el oficio de enseñar.<span style="margin: 0px;"> </span>Pero hay otro rasgo que atañe con exclusividad
al profesor Fernández. Cuando él dicta una clase ante ustedes, es un hombre
libre de las presiones que acechan al titular del poder. Ni siquiera la abogada
de igual apellido que ejerce la vicepresidencia lo alcanza allí con sus
exigencias de quien lo ha ungido. Ella no se ha dedicado a pontificar sobre
Francesco Carrara, Hans Welzel o Claus Roxin…por lo menos hasta ahora. Quizás
es el único momento en que nuestro ajetreado presidente respira en su
rinconcito de libertad. Se justifica <span style="margin: 0px;"> </span>así
que el profesor Fernández<span style="margin: 0px;"> </span>haya pasado
por alto, sin corregirla,<span style="margin: 0px;"> </span>tu afirmación
de que Perón creó la Universidad de Buenos Aires.<span style="margin: 0px;"> </span>No quiero aburrirte pero hagamos un poco de
historia. Habrás visto que de nuestros próceres del año X y la década
siguiente, cuando pasaron por la universidad, fue por la de Córdoba, la de
Chuquisaca o, en algún caso, como el de Manuel Belgrano, la de Salamanca.<span style="margin: 0px;"> </span>Pero Buenos Aires no tenía universidad.<span style="margin: 0px;"> </span>Hubo proyectos ya en tiempos del virrey
Vértiz. Pero no cuajaron hasta la segunda década del XIX. <span style="margin: 0px;"> </span>Uno de los grandes impulsores fue el
presbítero Antonio Sáenz, sacerdote y abogado, que había integrado el cabildo
abierto del 22 de mayo de 1810 y que fue congresista en Tucumán, cuando la
declaración de nuestra independencia de España y de toda dominación extranjera.
Estuvo a punto de concretarse durante el directorio de Juan Martín de
Pueyrredón, pero quedó en la disposición legal. En el año XX se derrumbó la
frágil autoridad titulada “nacional”. Bajo la gobernación provincial de Martín
Rodríguez –repuesto en 1820 por los Colorados del Monte de Juan Manuel de
Rosas-, el 12 de agosto de 1821 fue la solemne apertura de la Universidad de
Buenos Aires, siendo el presbítero doctor Antonio Sáenz su primer rector. Y
ahora, Lucas, te pregunto: ¿nunca te fijaste en un gran cuadro (12 x 8) que
adorna la pared del fondo del Salón de Actos de la Facultad? Allí está
retratada la augusta ceremonia en que fue creada nuestra Universidad, que
ocurrió en la iglesia de San Ignacio, en la calle Bolívar, junto al<span style="margin: 0px;"> </span>Colegio Nacional de Buenos Aires, que ese
mismo año 1821<span style="margin: 0px;"> </span>fue bautizado como
Colegio de Ciencias Morales y puesto bajo la tutela de la recién inaugurada
universidad. El cuadro fue pintado por Antonio González Moreno y descubierto en
1948. Allí pueden verse a Martín Rodríguez, a su ministro Bernardino Rivadavia
y al doctor Antonio Sáenz, “más abogado que sacerdote”, como alguien dijo, que
a poco comenzaría el dictado de sus clases de Derecho Natural y de Gentes,
mientras don Pedro Somellera lo haría en Derecho Civil. El rector renunció a
los emolumentos por su tarea y es fama que, al contrario, aportó a la
universidad fondos de su bolsillo.<span style="margin: 0px;">
</span>Antonio González Moreno fue un notable pintor de estas grandes
ocasiones. En el<span style="margin: 0px;"> </span>aula magna de la
Facultad de Medicina está otra obra suya, esta vez sobre la creación del
Protomedicato, figurando allí el virrey Vértiz y Miguel O’Gorman, el primer
encargado del instituto. Hay una leyenda, Lucas, que se contaba por lo menos en
aquellos años en que pasé por la Facultad: para darle un rostro a buena parte
de los personajes retratados en el cuadro del Salón de Actos, González Moreno
echó mano al personal administrativo y de maestranza, que luego trataba de
encontrarse en la obra. Y si se te ha despertado la curiosidad, Lucas, puedes
rastrear por Internet otra destacada pintura de González Moreno, sobre la jura
de nuestra <span style="margin: 0px;"> </span>Independencia. Volvamos al
Salón de Actos de nuestra Facultad, y salgamos al gran salón de Pasos Perdidos
para ver desde adentro las quince columnas neodóricas del frente que da sobre
avenida Figueroa Alcorta (de paso, Lucas, alguien que fue presidente de la
República a la muerte de Manuel Quintana, presidente del Senado cuando ejerció
la vicepresidencia del fallecido y presidente de la Corte Suprema de Justicia).<span style="margin: 0px;"> </span>Vuelvo al punto, Lucas, no más digresiones.
Estamos en un colosal templo griego, dedicado a Temis, personificación de la
Ley eterna, consejera de Zeus (sí, Lucas, usá el celu para ligar Wikipedia).
Este edificio, con su corte clásico, responde a la corriente monumentalista en
boga en los<span style="margin: 0px;"> </span>años 30/40, no sólo en la Italia
de Mussolini. Fue por entonces (1945)<span style="margin: 0px;">
</span>cuando se realizó un concurso de proyectos, siendo ganador el presentado
por Arturo Ochoa. Los terrenos originarios eran unas dependencias de Obras
Sanitarias de la Nación (hoy AYSA, Lucas) y más abajo había bombas y grandes
piletones. Por eso se lo levantó elevado, con una escalera monumental. <span style="margin: 0px;"> </span><span style="margin: 0px;"> </span>Aquellas bases abandonadas del predio
dificultaron <span style="margin: 0px;"> </span>mucho la terminación de la
obra, especialmente el aprovechamiento del subsuelo. La Facultad de Derecho, en
tiempos del rector Antonio Sáenz, funcionaba de modo ambulatorio entre
dependencias del Colegio y del convento de San Francisco (Alsina y Defensa).
Después se mudó a su primera sede, en Moreno 350, hoy Museo Etnográfico. De
allí, a principios del siglo pasado pasó al edificio neogótico de Las Heras,
donde hoy está la Facultad de Ingeniería. Esa obra, proyectada por Mario
Palanti, el mismo del edificio Barolo y del Palacio Salvo, en Montevideo, nunca
fue terminada.<span style="margin: 0px;"> </span>Situémonos allí a
principios de 1949, y vayamos otra vez a la leyenda: Evita, luego de la gira
por Europa de 1947, encara ahora una sede para ubicar la Fundación que llevaría
su nombre. Ella y su esposo son vecinos del nuevo edificio de Figueroa Alcorta,
porque viven en la entonces residencia presidencial, donde hoy se levanta la
Biblioteca Nacional. Y la primera dama ve el templo neohelénico y señala<span style="margin: 0px;"> </span>a su marido que sería un buen lugar para su
proyecto.<span style="margin: 0px;"> </span>Llega este rumor al decano de
la Facultad, que está esperando impacientemente que le den<span style="margin: 0px;"> </span>vía libre para concretar el traslado.<span style="margin: 0px;"> </span>Decide entonces realizar una suerte de
mudanza hormiga, con ordenanzas que van llevando libros, carpetas y algunos
muebles por avenida Pueyrredón para ir ocupando las dependencias –ya se sabe,
Lucas, posesión vale título.<span style="margin: 0px;"> </span>El 20 de
abril de 1949, en una procesión que encabeza el decano y los profesores
encolumnados, se dirigen a pie desde el templo neogótico (al pasar por él
todavía algún despistado se santigua) al templo neodórico.<span style="margin: 0px;"> </span>El 21 de septiembre de 1949, será la inauguración
solemne<span style="margin: 0px;"> </span>con la presencia del presidente
Juan Domingo Perón.<span style="margin: 0px;"> </span>Bueno, ahí tenemos
al general, por fin.<span style="margin: 0px;"> </span>El D 29337/49 estableció
en todo el país la gratuidad de la enseñanza universitaria, suprimiendo los
aranceles. Pero<span style="margin: 0px;"> </span>la gratuidad de la
Universidad de Buenos Aires fue establecida desde su creación, ya que todos los
gastos de enseñanza y sostén, incluidos los sueldos docentes, se pusieron a
cargo del tesoro público, dato a tener en cuenta para atribuir el mérito. Evita
tuvo su cuasi réplica del edificio neoclásico, sede de la Fundación hasta 1955,
hoy Facultad de Ingeniería.<span style="margin: 0px;"> </span>Y el final
de obra de la Facultad de Derecho prácticamente nunca llegó. Hasta hace poco se
estaban realizando obras de saneamiento y extensión del subsuelo
aprovechable.<span style="margin: 0px;"> </span>En cuanto al Salón de
Actos, olvidaba decir que ese estrado que se encuentra al costado, era el lugar
donde tomaban posesión los abogados en el siglo XIX. Juré<span style="margin: 0px;"> </span>allí mi título, Lucas, como espero lo hagas
algún día. <span style="margin: 0px;"> </span>Aquí, Lucas, cerramos la
charla. Te<span style="margin: 0px;"> </span>auguro el éxito en tu
carrera.-<span style="margin: 0px;"> </span></span></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-46275593278477664582020-04-19T19:41:00.000-03:002020-04-19T19:41:28.072-03:00EL OGRO TERAPÉUTICO
<br />
<div align="center" style="margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><br /></span></b></div>
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<div style="margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;"> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLgKqRRcHvbFz9ODgY4yISQox6q7IVHoDLvR4kbtRVrQ-ytho8rF_nkRMPaV3Z-ZGrIXpDN6kWu0ko5xVuZsMZst5A-g-2EpLCbYcmHREJfPod5XXRUjDjRzhrbfrbFXgcBpqI/s1600/OGROS1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLgKqRRcHvbFz9ODgY4yISQox6q7IVHoDLvR4kbtRVrQ-ytho8rF_nkRMPaV3Z-ZGrIXpDN6kWu0ko5xVuZsMZst5A-g-2EpLCbYcmHREJfPod5XXRUjDjRzhrbfrbFXgcBpqI/s1600/OGROS1.jpg" /></a></div>
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<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Octavio
Paz retrató al Estado mexicano con los rasgos de un ogro filantrópico. Un ser
mitad humano y mitad monstruo que gusta presentarse como omnipotente.<span style="margin: 0px;"> </span>A la vez, pretende que se piense que ama a
sus súbditos sin pedirles nada a cambio. Todo lo que reparte – que ha sacado
previamente al resto.- debe entenderse resultado de su filantropía, y sólo cabe
desde el llano darle las gracias por lo recibido. Como se ve, en todas partes
han medrado ogros filantrópicos, no sólo en tierras mexicanas. Con la pandemia del
Covid-19 se advierte que muchos gobernantes aspiran a convertirse en ogros
terapéuticos. Los únicos –proclaman- que pueden torcerle el brazo al “enemigo
invisible” de la plaga, minimizar sus efectos y asegurar a sus tributarios los
cuidados de la salud, el pan y el cobijo hasta que llegue el día en que el
coronavirus sea sólo un recuerdo. Los ogros de todos los tiempos y latitudes han
suplementado sus ordenanzas, donde la voluntad surte el efecto de razón, con el
parecer de expertos.<span style="margin: 0px;"> </span>Hasta hace muy poco,
fueron los economistas. Ahora, son los médicos y los investigadores en
cuestiones de salud. Está muy bien este resalto de quienes se afirman <span style="margin: 0px;"> </span>en la brecha de la práctica y <span style="margin: 0px;"> </span>arriesgan sus vidas, además de transmitir su
experiencia. También la de quienes en el laboratorio van a la caza del causante
del morbo y descifran su genoma o buscan el medicamento adecuado.<span style="margin: 0px;"> </span>Pero aquí el ogro ve la oportunidad de
apoyarse en los pilares de la ciencia. Y se nos presenta a la ciencia como
sinfónica, es decir, como una voz acorde y unánime que sustenta los edictos del
ogro. Pero la ciencia no es sinfónica. Es polifónica, con muchas voces
diferentes y simultáneas. Y hasta cacofónica muchas veces. Está bien que así
sea, porque la ciencia es un tejido incesante, una tela de Penélope hecha de
hipótesis y refutaciones. Pero el político que se apoya en la ciencia –esto es,
en una hipótesis de ella que erige en axioma- puede llevarnos a un desastre,
cuando no a una tragedia. Vivimos con el ogro bajo una política transformada en
terapia. Una terapia política que roguemos no llegue malamente a la sala
intensiva. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El
teje y desteje de sugerencias y mandatos contradictorios que vemos a lo largo
de estos días se explica porque el científico ve de dónde el virus viene, pero
por ahora apenas vislumbra adónde va.<span style="margin: 0px;"> </span>El
virus, mientras no contemos con una vacuna o remedio adecuado, irá hasta donde
pueda. Mientras tanto, no nos asombremos si en febrero el barbijo no era
necesario para circular por la calle y hoy es mandatorio. Tenemos controlada la
pandemia, pero no sabemos cuántos<span style="margin: 0px;">
</span>contagios hay porque no tenemos los tests suficientes y desconocemos el
porcentaje de pacientes asintomáticos. El ogro terapéutico<span style="margin: 0px;"> </span>no se resigna a estas necesarias
incertidumbres. Quiere mostrar cómo ama a sus vasallos y acude, entonces, para
reforzar su voluntad, al brazo armado del derecho. El gobierno de la CABA
propone que a partir del lunes 20 de abril ninguna persona mayor de 70 años
podrá salir de su casa sin un previo permiso con cuentagotas que deberá solicitar
al 147. A este típico bando<span style="margin: 0px;"> </span>del ogro,
Eugenio Semino, brillante Defensor de la Tercera Edad, replicó que quienes
transitamos por la edad del veto de salida lo que tememos más que a<span style="margin: 0px;"> </span>la muerte, que en definitiva resulta nuestro
humano destino inscripto desde que nacemos, es a perder la disposición sobre
nosotros mismos, a ser convertidos en floreros que se mudan de un lugar a otro
de la casa para terminar arrumbados en el cuartito del fondo.<span style="margin: 0px;"> </span><span style="margin: 0px;"> </span>Y
agregó que<span style="margin: 0px;"> </span>el precepto considera al
viejo como un subnormal absoluto, incapaz de criterios de buen sentido y de
propio cuidado, cuando aquél es la memoria de la especie y lleva consigo la
experiencia de otras pestes (parálisis infantil -1956-; gripe asiática
-1957/58-; gripe de Hong Kong -1968/70-; cólera (1992); gripe A -2009-, etc). <span style="margin: 0px;"> </span>Nuestro presidente apoyó la medida proyectada
por el jefe de gobierno de la CABA porque, dijo, “eso lo hace el Estado porque
conoce lo que pasa”. Y agregó: “es un modo de cuidarnos; el Estado los está
cuidando”.<span style="margin: 0px;"> </span>El ogro benigno nos está
mirando y debemos ser sus buenos pupilos. <span style="margin: 0px;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Pero
para el ogro no todo es cuestión de confinar carcamales. También debe ocuparse
de qué hace la gente en el aislamiento. Más específicamente, de qué ocurre en
materia de relaciones sexuales confinadas.<span style="margin: 0px;">
</span>El ministerio de Salud recomienda para el caso mantener a todo trance la
distancia social y recurrir a videollamadas, sexo virtual o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sexting</i>. El “venéreo duelo” de que
hablaba Góngora ha quedado reducido a maniobra solitaria ante la pantalla. El
Presidente –no podía faltar- aconsejó: “háganle caso”.<span style="margin: 0px;"> </span>En relación con los ancianos insumisos que no
acepten el encierro a partir del lunes, se desechó una primera idea de
aplicarles una multa cuando pillados en falta, y prevaleció la de someterlos a
trabajos comunitarios. ¿Podría ser, quizás, visto el consejo de Salud y
teniendo en cuenta la posible sobrecarga, que cumplieran esas tareas como
operadores en un call center erótico?<span style="margin: 0px;"> </span>El
incorregible Ogro Terapéutico atiende las necesidades y deseos de todos y todas.-
</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
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<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-49254762942061246632020-04-05T23:20:00.001-03:002020-04-05T23:20:48.033-03:00GÓMEZ DÁVILA<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimm-_YV0AwoMfreBCiAYSIkTvhT8zDyvCWZyu3lIdyXqKMscnRyA8H1XaafeJ0N7aO5hD4fMbJjlSULZ0HBRzjA8ig9x5L2E6ZZL4YMIbBhh_QQmGmdAz3CFpFYVgLcVaLwYnm/s1600/COLACHO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="130" data-original-width="184" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimm-_YV0AwoMfreBCiAYSIkTvhT8zDyvCWZyu3lIdyXqKMscnRyA8H1XaafeJ0N7aO5hD4fMbJjlSULZ0HBRzjA8ig9x5L2E6ZZL4YMIbBhh_QQmGmdAz3CFpFYVgLcVaLwYnm/s1600/COLACHO.jpg" /></a></div>
<br />
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<br />
"Noble es la sociedad que no espera para disciplinarse que la disciplinen las catástrofes"<br />
<br />
Nicolás Gómez Dávila, "Nuevos Escolios a un texto implícito" IIUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-67386906716856818812020-04-02T20:31:00.001-03:002020-04-02T20:55:23.437-03:00ESTADO DE URGENCIA O “LLENO DE LAS FACULTADES”<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhraThXHEIWcy1LiQw1idmE2_m7UbuQaYoJ-Ac5zDxcHZTDHK0lEioKqusJS3pl9yCtxOtwY58rIPfkJazO3deyG1yBrs-8TcNP99PfeDKfFfE1olJQnr1yxKEClX62TrlhlXr1/s1600/bankrun.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6fygs6cO50nvjLeyHz0Jtp3Lbw905plXEMHQLOTCcj8oAsffgJl5fZab-B9WXO-6daLCDezrzOWLNan_F2XuwKAuFHSG0-h_qJzyo41fM5M0yqIOIt2LGKNt8K0MbnlLOfjfC/s1600/rdo1934.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="100" data-original-width="73" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6fygs6cO50nvjLeyHz0Jtp3Lbw905plXEMHQLOTCcj8oAsffgJl5fZab-B9WXO-6daLCDezrzOWLNan_F2XuwKAuFHSG0-h_qJzyo41fM5M0yqIOIt2LGKNt8K0MbnlLOfjfC/s1600/rdo1934.gif" /></a></div>
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<div align="center" style="margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
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<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La
situación excepcional que atravesamos, con epicentro en la salud pública
amenazada por la pandemia, ha dado lugar a una retahíla de disposiciones de
emergencia, bajo el formato del DNU (art. 99, inc. 3º y conc. CN). El punto de
arranque podemos situarlo el 3 de marzo del corriente, cuando se tuvo noticia
del primer infectado. El 8 de marzo, por DNU 260/20, se amplió la emergencia
sanitaria contenida en la ley 27541, por el término de un año. El 11 de marzo,
la OMS calificó el Covid-19 como pandemia. Cabe recordar que, con anterioridad,
ya estábamos en emergencia declarada, pero con otros alcances. La ley 27541,
del 23 de diciembre de 2019, había establecido la emergencia en materia
económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria,
energética, sanitaria y social, con delegación al<span style="margin: 0px;"> </span>efecto al poder ejecutivo. Las circunstancias
que se consideraban en aquel momento más apremiantes, eran otras que las
actuales: la inflación, el achatamiento de los salarios, la negociación de la
deuda soberana, los problemas alimentarios en sectores vulnerables y
concomitantes. Hoy estos problemas subsisten, claro está, pero en un segundo
plano, desplazados por la pandemia. El apremio está en la salud pública: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">salus publica suprema lex</i>.<span style="margin: 0px;"> </span>De allí en adelante, se sucedieron los DNU,
al ritmo impuesto por la expansión del virus SARS-Cov-2, que produce el
Covid-19, y sus progresivos efectos sobre la vida nacional. En simple
enumeración: DNU 274/20, sobre prohibición de ingreso de extranjeros no
residentes; DNU 287/20, modificatorio de la emergencia sanitaria; DNU 297,20,
del 19 de marzo, de aislamiento social preventivo y obligatorio, el más
evidente para la población en general; DNU 311/20, sobre suspensión de corte de
servicios por mora o falta de pago; DNU 312/20, sobre suspensión de cierre de
cuentas bancarias; DNU 313/20 que prohíbe el ingreso al país de<span style="margin: 0px;"> </span>personas residentes en él y de argentinos residentes
en el exterior, DNU 319/20, de congelamiento de cuotas de créditos hipotecarios
y suspensión de las ejecuciones; DNU 320/20, de congelamiento del precio de
alquileres urbanos y suspensión de desalojos. Y este es el elenco no taxativo
al momento de escribirse este artículo, pero esta forma de gobierno a través de
DNU<span style="margin: 0px;"> </span>continuará<span style="margin: 0px;"> </span>en expansión indefinida mientras<span style="margin: 0px;"> </span>la curva natural de la pandemia no entre en
fase de descenso, ya que al paso de las respuestas al virus los problemas en la
distintas áreas –bien identificadas en la enumeración de emergencias de la ley
27541- se suceden sin pausa, como el efecto de la piedra arrojada a un lago que
va abriéndose en sucesivas ondas concéntricas. <span style="margin: 0px;"> </span>Desde el punto de vista jurídico, que es el
que aquí interesa, se advierte que quedan afectados por decreto derechos
fundamentales: entrar y transitar por el territorio, ejercer toda industria
lícita, exigir el cumplimiento de cláusulas de contratos vigentes, percibir
ingresos esperados, el acceso a la agencia judicial, entre otros. Y en el
proceso irradiante más arriba señalado de este poder de policía por vía de
decreto, cabe esperar que otros derechos y garantías queden sucesivamente alcanzados.<span style="margin: 0px;"> </span>El fundamento<span style="margin: 0px;">
</span>de este recorte de derechos<span style="margin: 0px;"> </span>es la
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">excepción. </b>Allí cobra fuerza la máxima
ciceroniana: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">salus populi suprema lex
esto</i>”, sea la salvación (salud) del pueblo la suprema ley<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[1]</span></span></span></span></span></a>.
La anomalía de la situación excepcional exige dejar de lado momentáneamente la
norma estable, para garantizar el restablecimiento del orden institucional
quebrantado por aquella situación y facilitar la vuelta futura a la normalidad.
Esto lo supo el Derecho, y también la política, desde la institución de la
dictadura<span style="margin: 0px;"> </span>en la república romana, como
magistratura extraordinaria y temporalmente limitada, para ejercer el poder
frente al caso excepcional, supeditada al control del Senado relativo a la
necesidad de tal ejercicio extraordinario. Tanto aquella magistratura
extraordinaria romana –a cuyo titular Cicerón llama <i style="mso-bidi-font-style: normal;">magister populi</i>- como sus sucesivas manifestaciones, tal como
nuestro estado de sitio (art. 23, 75, inc. 29 y 99 inc. 16 CN),<span style="margin: 0px;"> </span>resultan derogaciones de la normalidad
previstas jurídicamente; la situación excepcional, en cambio, <span style="margin: 0px;"> </span>a la que con aquellos remedios se hace frente,
resulta siempre, en cambio, imprevisible, tanto jurídica como políticamente,
surgiendo espontáneamente del curso de las cosas. Frente a la urgencia de esa
situación sin precedentes, la afectación, en mayor o menor grado, de derechos y
garantías constitucionalmente reconocidas<span style="margin: 0px;">
</span>se establece por un órgano constituido, el gobierno ordinario, una vez
declarada la necesidad<span style="margin: 0px;"> </span>de asumir los
poderes de excepción, para conservar y poder restablecer oportunamente el orden
institucional quebrantado. Es lo que nuestra Corte Suprema, en un antiguo precedente
–“Alem, Leando”- resumió en una frase<span style="margin: 0px;">
</span>que sería luego repetida en sucesivas integraciones del tribunal: “el
estado de sitio, lejos de suspender el impero de la Constitución, se declara
para defenderla”.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Toda
declaración de un estado de excepción supone tener en claro: quién resulta competente
para decidir esa<span style="margin: 0px;"> </span>declaración; qué
alcances tendrá ese ejercicio de poder extraordinario; contra qué o quién se
realiza la declaración y con base en qué previsión o precedente jurídico
pertinente.<span style="margin: 0px;"> </span>Ahora veamos cómo se están
desarrollando ante nosotros esos acontecimientos.<span style="margin: 0px;"> </span>Se gobierna por medio de DNU, sin haberse
declarado el estado de excepción, aludiéndose a la emergencia e invocándose en
los fundamentos la ley 27541, donde se contempla una delegación legislativa,
pero no han sido debidamente conferidos <span style="margin: 0px;"> </span>los poderes extraordinarios de la excepción,
que de hecho se están ejerciendo.<span style="margin: 0px;"> </span>Se
introducen en los fundamentos de cada<span style="margin: 0px;">
</span>situación en particular invocaciones a precedentes jurisprudenciales de
la CSJN; así, “Nadur” para el congelamiento de las cuotas de los créditos
hipotecarios o “Avico” para el congelamiento del precio de los alquileres (la
inversa habría sido más pertinente) sin tener en cuenta la enorme minucia de
que, en ambos casos, la referencia es a “leyes” de emergencia, no a decretos de
necesidad y urgencia. <span style="margin: 0px;"> </span>Téngase en cuenta
que el análisis no debe<span style="margin: 0px;"> </span>ir al examen de
cada decreto en particular. Aquí no es importante lo singular,<span style="margin: 0px;"> </span>sino el conjunto, para que el árbol del DNU
no nos deje ver el bosque de disposiciones sin óleo constitucional legitimante.
<span style="margin: 0px;"> </span>Tampoco es convincente la remisión a
los arts. 99, inc. 3ª y 1oo, inc. 13, de la CN, referidos a que los DNU<span style="margin: 0px;"> </span>deberán ser remitidos por el jefe de gabinete
a la consideración de la Comisión Bilateral Permanente, que a su vez debe emitir
velozmente dictamen para su tratamiento en el Congreso. No convence porque el
Congreso no funciona, ni tenemos noticia de actuaciones de la Comisión
Bilateral Permanente, pese a que ya debería estar examinando los primeros DNU. <span style="margin: 0px;"> </span><span style="margin: 0px;"> </span>En
suma, se está gobernando la excepción sin habérsela declarado, por decreto,
echando mano, para utilizar una expresión de la<span style="margin: 0px;">
</span>nativa prosapia jurídicopolítica del siglo XIX, al “lleno de las
facultades”, sin sustento constitucional alguno. Recordemos, de paso, que
cuando en 1820 el gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, recibe ese
“lleno de las facultades”, por lo menos se lo otorga la Junta de
Representantes.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Esta
situación de hecho, de pedaleo jurídico institucional en el aire en el
ejercicio de un poder extraordinario,<span style="margin: 0px;"> </span>no
es deseable ni saludable que prosiga en tales términos, sobre todo teniendo en
cuenta los límites indefinidos de la situación excepcional, y la posibilidad de
irreparables excesos y arbitrariedades.<span style="margin: 0px;">
</span>Se ha hecho varias veces referencia a la declaración del estado de
sitio. Alguna voz oficial ha expresado que “no se lo descarta”. Como bien dice
Roberto Punte en colaboración ya publicada en este sitio, titulada “La Actual
Emergencia y la Necesaria Respuesta Legislativa”, el problema es que en entre
nosotros, entre la normalidad y el estado de sitio, no tenemos, como en otros
ordenamientos, institutos de graduación proporcional en las restricciones a
derechos y garantías.<span style="margin: 0px;"> </span>Sostengo que
podemos encontrarlo en la Convención Americana de Derechos Humanos, art. 27,
“suspensión de garantías”, que tiene jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22
CN). <span style="margin: 0px;"> </span>Transcribo la norma:</span></div>
<br />
<div style="line-height: 13.5pt; margin-bottom: 2.25pt; margin-left: 3.75pt; margin-right: 3.75pt; margin-top: 4.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="color: black; font-family: "tahoma" , "sans-serif"; font-size: 9pt; margin: 0px;">Artículo 27. Suspensión de
Garantías</span></b></div>
<br />
<div style="line-height: 13.5pt; margin-bottom: 2.25pt; margin-left: 3.75pt; margin-right: 3.75pt; margin-top: 4.5pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "tahoma" , "sans-serif"; font-size: 9pt; margin: 0px;"> 1. En caso de guerra, de
peligro público o de otra emergencia que amenace la independencia o seguridad
del Estado parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el
tiempo estrictamente limitados a las exigencias de la situación, suspendan las
obligaciones contraídas en virtud de esta Convención, siempre que tales
disposiciones no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone
el derecho internacional y no entrañen discriminación alguna fundada en motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 13.5pt; margin-bottom: 2.25pt; margin-left: 3.75pt; margin-right: 3.75pt; margin-top: 4.5pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "tahoma" , "sans-serif"; font-size: 9pt; margin: 0px;"> 2. La disposición
precedente no autoriza la suspensión de los derechos determinados en los
siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la Personalidad
Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la Integridad Personal); 6
(Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de
Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la
Familia); 18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la
Nacionalidad), y 23 (Derechos Políticos), ni de las garantías judiciales
indispensables para la protección de tales derechos.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 13.5pt; margin-bottom: 2.25pt; margin-left: 3.75pt; margin-right: 3.75pt; margin-top: 4.5pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "tahoma" , "sans-serif"; font-size: 9pt; margin: 0px;"> 3. Todo Estado parte que
haga uso del derecho de suspensión deberá informar inmediatamente a los demás
Estados Partes en la presente Convención, por conducto del Secretario General
de la Organización de los Estados Americanos, de las disposiciones cuya
aplicación haya suspendido, de los motivos que hayan suscitado la suspensión y
de la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Se
configura aquí lo que podríamos llamar un “estado de urgencia”, para no
referirnos a “emergencia”, término de uso múltiple en nuestro ordenamiento,
cuya profusión puede tender a banalizarlo, <span style="margin: 0px;"> </span>que quedaría reservado al ámbito de la ley
27451.<span style="margin: 0px;"> </span>El inciso 2º contiene un listado
de derechos cuya restricción quedaría fuera del alcance<span style="margin: 0px;"> </span>del “estado de urgencia”. Incluso podría el
Congreso,<span style="margin: 0px;"> </span>órgano encargado de declararlo
por analogía con el art. 75, inc. 29, referido al estado de sitio, incluir
otros derechos que no podrían ser afectados. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La
declaración del<span style="margin: 0px;"> </span>estado de urgencia
encuentra apoyo complementario en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, también de jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22 CSJN), cuyo
art. 4, 1, transcribo:</span></div>
<br />
<div style="background: white; line-height: normal; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="color: #262626; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 14pt; margin: 0px;">Artículo 4</span></div>
<br />
<div style="background: white; line-height: normal; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 9.5pt; margin: 0px;">1. En situaciones excepcionales que pongan
en peligro la vida de la nación y cuya existencia haya sido proclamada
oficialmente, los Estados Partes en el presente Pacto podrán adoptar
disposiciones que, en la medida estrictamente limitada a las exigencias de la
situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de este Pacto,
siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las demás
obligaciones que les impone el derecho internacional y no entrañen
discriminación alguna fundada únicamente en motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión u origen social.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Se
contemplan en el resto del artículo la indisponibilidad de afectar en la medida
extraordinaria ciertos derechos, en enumeración análoga a la de la CADH.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Dejo
en estos escuetos términos planteada esta propuesta, por ahora sin ahondar en
sus contenidos y alcances, para ser objeto de debate y enriquecimiento. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Creo
que un aspecto importante del planteo es que, además de justificar y legitimar
las medidas actuales del Ejecutivo, y proceder a su control efectivo, <span style="margin: 0px;"> </span>requiere el funcionamiento de los órganos
del<span style="margin: 0px;"> </span>gobierno federal, esto es, el
Congreso y la judicatura, hoy en pausa. Diputados y senadores aparecen en
algunos casos como asesores del ejecutivo –así el presidente de la Cámara de
Diputados y el presidente del bloque de diputados oficialista- y los senadores
están llamados a silencio y fuera de la atención pública, tanto quien preside
el cuerpo, la vicepresidente, luego de su viaje a Cuba, y la presidente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pro tempore</i> del<span style="margin: 0px;"> </span>Senado.<span style="margin: 0px;">
</span>Algunos de nuestros legisladores aparecen en las noticias por vía twitter
o whatsapp, pero las puertas del Congreso permanecen cerradas. Con todas las
cautelas que exige la pandemia, sin embargo, el Congreso de los EE.UU.
funciona, especialmente el Senado. No han visto obstáculo en reunirse, por la
circunstancia de que no todos concurran físicamente, sino algunos desde su casa
vía internet, considerando tal integración válida para sesionar.<span style="margin: 0px;"> </span>La última ley fue aprobada por el Senado el
25<span style="margin: 0px;"> </span>de marzo pasado (versa sobre
derogación de un impuesto sobre ciertas coberturas de salud). En su agenda, el
30 de marzo hubo una reunión pro forma, y figura otra programada para el 2 de
abril, antes de las dos semanas de receso pascual.<span style="margin: 0px;"> </span>Como siempre han menudeado entre nosotros las
referencias a la constitución de Filadelfia –sobre cuyo molde se supone vaciada
la nuestra, según la frase de Juan María Gutiérrez -, a sus instituciones, a
las semejanzas y diferencias entre el funcionamiento del Senado y de la Cámara
baja aquí y allá. ¿Por qué no imitar en esto a los representantes y a los
“padres conscriptos” norteamericanos?<span style="margin: 0px;"> </span>¿O
sólo deben arriesgarse en la brecha los médicos, enfermeras, personal de
maestranza, fuerzas de seguridad, Ejército y, en cambio, los miembros
conspicuos de nuestra clase política que ocupan bancas en el Congreso deben asegurarse
recoleto confinamiento? <span style="margin: 0px;"> </span>El poder
legislativo debe cumplir una función de suprema importancia en este momento,
que es la convalidar o no los DNU, por medio de la consideración de los
dictámenes de la Comisión Bilateral Permanente. Para ello, podrían actuar aún
sin sujetarse a los ya breves plazos fijados en la CN (diez días hábiles para
el dictamen de la Comisión, diez días<span style="margin: 0px;">
</span>hábiles para tratarlo en plenario), ya que la urgencia es la voz de
orden de la hora. Se trata de un deber básico al que los integrantes del poder
legislativo no pueden desertar.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">También
debe funcionar, con las mismas medidas cautelares de prevención, nuestro poder
judicial, actualmente en feria. En paralelo al ejemplo anterior, la Corte
Suprema norteamericana sigue sesionando y expidiendo fallos. El presidente del
cuerpo concurre a su despacho y los demás miembros participan desde sus
domicilios. El 23 de marzo<span style="margin: 0px;"> </span>fue su último
fallo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">re</i> Allen vs. Cooper, sentencia
redactada por la ministro Elena Kagan, y se anuncian otras en su agenda<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[2]</span></span></span></span></span></a>.<span style="margin: 0px;"> </span>Con dotación mínima y las cautelas del caso,
los tribunales deben seguir funcionando. Si se le dice a la población que el
aislamiento no es vacación, los integrantes del poder judicial deben comprender
que lo suyo no es feria, aunque se suspendan plazos. Por ejemplo, dictando las
sentencias pendientes o las interlocutorias que correspondan, pudiendo quedar
en reserva la resolución, pero adelantándose el trabajo para el día después del
receso, en una administración de justicia donde los procesos tienden a durar
indefinidamente. Lo mismo cabe señalar respecto del despacho corriente. Sobre
todo, el poder judicial debe conservarse abierto, sin el cuello de botella de
los tribunales de feria, para el control de constitucionalidad de los actos de
los demás poderes. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Se
afirmó más arriba que toda decisión sobre la excepción, en estado de urgencia,
debe contemplar quién debe declararla (el poder legislativo, según ya vimos),
qué alcances tendrá (el art. 27.1 CADH ofrece una base para ello); con base en
qué (el instrumentos jurídico para la excepción que surge del citado art. 27.1
de la CADU y 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) y el
estado de sitio del art. 23 y concs. CN, de acuerdo con la evolución de los
acontecimientos. Merece nota aparte el<span style="margin: 0px;">
</span>“contra quién” han de funcionar. Los gobiernos nos han presentado las
medidas preventivas contra el Covid-19 como una “guerra” contra un enemigo
invisible. La OMS lo ha calificado de “enemigo de la humanidad”. Es una
metáfora inexacta y riesgosa al mismo tiempo. La guerra requiere un enemigo, y
que ese enemigo sea visible, con entidad humana. El virus, producto de la
naturaleza, no<span style="margin: 0px;"> </span>lo es. No hace política,<span style="margin: 0px;"> </span>ignora las ideologías, se resiste a
encasillamientos y no profesa ni sirve a religión alguna. <span style="margin: 0px;"> </span>No podríamos atribuirle un ser o finalidad
moral. SARS-Cov-2 no se preocupa<span style="margin: 0px;"> </span>mucho
por quienes dicen que no lo merecíamos y de quienes, por otro lado, afirman que
bien merecido lo teníamos. Ni nuestras virtudes ni nuestros vicios lo han
acarreado. Librar contra él una guerra es absurdo, salvo que aceptemos que es
una guerra perdida de antemano, hasta que una vacuna o remedio eficaz sea
descubierto y puesto en práctica.<span style="margin: 0px;"> </span>Es
comprensible que los gobernantes, obligados a una sobreactuación, que a veces
es una huida hacia adelante, no puedan anunciar públicamente la verdad, esto
es, que no son los mariscales del triunfante ejército de la humanidad, sino que
su función es la más modesta, ineludible, y por eso noble, de reducir las
bajas, socorrer a los enfermos, proveer a los necesitados. Y que todos pongamos
el hombro en la empresa. Pero la metáfora<span style="margin: 0px;">
</span>de la guerra se desliza necesariamente hacia figuras humanas. Y aquí
reside un peligro inmenso.<span style="margin: 0px;"> </span>Es el de<span style="margin: 0px;"> </span>criminalizar a supuestos causantes o
aprovechadores de la situación, del mismo modo que en las pestes de antaño se
achacaba la culpa del mal a los judíos o a los “untores” en la Italia del siglo
XVII. Los gobernantes, los funcionarios, los comunicadores, los jueces y
fiscales, deben tener esto bien presente para evitar la sobreactuación<span style="margin: 0px;"> </span>destructiva<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[3]</span></span></span></span></span></a>.
Un ejemplo de este error aparece en la directiva del procurador Casal<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[4]</span></span></span></span></span></a>
para que los fiscales, nacionales y federales, en el tratamiento a las
infracciones al art. 4º del DNU 287/20, de aislamiento social, que se encuadra
en los arts. 205 y 239 del CP, que en el caso de conductores de vehículos,
contempla la “retención” del rodado. El procurador instruye a los fiscales para
que procuren el decomiso del vehículo, a favor de los gobiernos nacional o
provinciales. Del secuestro preventivo que surge del DNU se asciende a la
confiscación (¿borrada para siempre del código penal argentino? art. 17 CN), en
nombre de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">salus publica</i>.<span style="margin: 0px;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">En
síntesis de lo aquí expuesto:</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La situación excepcional a causa de la
pandemia es notoria.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Requiere remedios de poder extraordinarios,
que deben ajustarse a los previstos constitucionalmente.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">En el caso, el estado de urgencia según
el<span style="margin: 0px;"> </span>art. 27.1 de la CADH (art. 75, inc.22
CN) complementado con el art. 4.1 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos. No
puede seguirse con un ejercicio salvaje del “lleno de las facultades”. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Según el progreso de los acontecimientos,
en caso de agravamiento, debe considerarse el estado de sitio del art. 23 y
concs. CN</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Estas disposiciones debe declararlas el
Congreso de la Nación, que tiene el deber ineludible de actuar ante la crisis,
sesionando en presencia, con las cautelas establecidas y virtualmente en los
casos necesarios. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 0px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">También debe el Congreso controlar,
convalidando o rechazando, los DNU con que gobierna el ejecutivo, poniendo en
ello el mayor empeño y urgencia. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px 48px; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "symbol"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt "Times New Roman"; margin: 0px;">
</span></span></span><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El Poder Judicial de la Nación debe
continuar funcionando, con las cautelas del caso, avanzando en lo posible en
las <span style="margin: 0px;"> </span>causas en trámite, y sin olvidar su
función de control<span style="margin: 0px;"> </span>de constitucionalidad
y convencionalidad, al igual que el órgano extrapoder del Ministerio Público.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 11px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Por
sobre todo, debe imperar la prudencia, la cordura, la templanza, la moderación;
en fin, la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sofrosyne</i> que postulaban
los clásicos, frente a la precipitación, la sobreactuación, el palabreo y el
cálculo de ventajas políticas inmediatas. </span></div>
<br />
<div style="mso-element: footnote-list;">
<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div style="margin: 0px;">
<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[1]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> Aunque
no sea habitual la referencia a este matiz, nótese que suele traducirse la
frase con un indicativo: “la salvación del pueblo </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;">es </span></i><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;">la suprema ley”, cuando Cicerón la refuerza utilizando un
imperativo futuro –</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;">esto</span></i><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;">-, es decir,
“sea”.</span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div style="margin: 0px;">
<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[2]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> ) Quien
quiera verificar los datos ofrecidos respecto del funcionamiento del poder
legislativo y el poder judicial en los EE.UU., puede acudir a los sitos
oficiales </span><a href="http://www.senate.gov/"><span style="color: #0563c1; font-family: "calibri"; font-size: x-small;">www.senate.gov</span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;">, </span><a href="http://www.house.gov/"><span style="color: #0563c1; font-family: "calibri"; font-size: x-small;">www.house.gov</span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> y www.supremecourt.gov.</span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div style="margin: 0px;">
<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[3]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> )
Ejemplos: las prohibiciones de entrada o salida de territorios provinciales o
ejidos municipales que exceden el poder de policía provincial o municipal. Oro
ejemplo es la disposición –se supone por una resolución que no es dable hallar-
por la que el Ministerio de Salud ha decidido monopolizar la adquisición y
distribución de respiradores, como insumo crítico, aplicándola retroactivamente
y apoderándose de respiradores que habían adquirido y pagado provincias como
las de Salta y Mendoza y prestadores de salud particulares. La emergencia
sanitaria le otorga el rango de “coordinador” con las provincias, municipios y
entidades privadas, no el de subordinarlas.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;">
</span></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div style="margin: 0px;">
<a href="file:///E:/ESTADO%20DE%20URGENCIA%20O.docx" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 107%; margin: 0px;"><span style="color: #0563c1;">[4]</span></span></span></span></span></a><span style="font-family: "calibri"; font-size: x-small;"> ) Ver
www.fiscales.gob.ar</span></div>
</div>
</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-13499595328914148222020-03-23T19:50:00.001-03:002020-03-27T13:23:37.411-03:00¿ALGUIEN DISEÑÓ ESTE PANDEMONIUM? <h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial","tahoma","helvetica","freesans",sans-serif; font-size-adjust: none; font-size: 22px; font-stretch: normal; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkS6FiykVLBc7rxEPs_o80uGf_uvP6TAPLgHGEtkOOrnlfWjdOxwm0G2thc56N1f8HFmqT0sWfLCG9hIdqMPAkIUC5DHANgoWg9GP6rWAqN6T2MmqpJyS70V3jSFj0Fa4m1XTg/s1600/VIRUS.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="119" data-original-width="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkS6FiykVLBc7rxEPs_o80uGf_uvP6TAPLgHGEtkOOrnlfWjdOxwm0G2thc56N1f8HFmqT0sWfLCG9hIdqMPAkIUC5DHANgoWg9GP6rWAqN6T2MmqpJyS70V3jSFj0Fa4m1XTg/s1600/VIRUS.jpg" /></a></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Este post es higiénico e insiste en pasarles alcohol en gel y lavandina virtual concentrada a tanta estupidez virósica que se cocina por allí. El virus no es ni hace política, ignora las ideología, se resiste a encasillamientos metafísicos y no profesa ni sirve a religión alguna. No podríamos atribuirle un ser o finalidad moral. SARS-Cov-2 no se preocupa mucho por quienes dicen que no lo merecíamos y de quienes, por otro lado, afirman que bien merecido lo tenemos. Ni nuestras virtudes ni nuestros vicios lo han acarreado. Viene de la Naturaleza, a la que muchos negaban entidad y existencia. Esa Naturaleza que escamoteábamos y que a veces asoma para indicarnos que permanece ahí, que no es absolutamente manipulable y que la técnica no la ha domado del todo todavía. Las voces del tiempo decían que somos dueños de nuestro cuerpo, aunque tal proclamación sólo comprendía a la mujer y callaba la posibilidad de ese dominio por el varón. Ahora comprobamos que nuestro cuerpo no siempre es nuestro, ya que el bicho coronado reclama su cuota. Aseguraban que nada era superior a la dignidad humana en clave kantiana -el hombre un fin en sí mismo; nunca un medio para otro fin- y ante la cara de hereje de la necesidad comienzan a separar a los que están -estamos- de más, sobramos y no merecemos una cama hospitalaria si el caso llega -moral utilitarista benthamiana que nunca se había ido del todo. Voceaban que todos tenemos el derecho a tener derechos extensibles al infinito, sin necesidad del Derecho. Ahora no nos dejan salir de casa, caminar por la calle, tomarnos un cafecito en la esquina, con el mismo discurso de antes, en nombre del estado de excepción (¿anda por allí un Schmitt implícito, despojado del habitual olor a azufre?). Proclamaban que la sociedad paternalista relegaba a designio a la mujer, exigiendo la estricta igualdad, y ahora que se ve que los hombres somos genéticamente más propicios a contraer el coronabicho, ninguna Erinia feminista reclama por esa desigualdad rampante. Chomsky nos asegura que todo esto es un complot anti chino gestado en los EE.UU., y del otro lado nos afirman que el SARS-Cov-2 fue envuelto en pañales en un laboratorio chino enclavado en Wuhan. Los profetas del globalismo anunciaban un mundo unificado, sin puerta ni muros, cruzado de puentes y animado por John Lennon cantando "Imagine". Ahora ponen caras de serios y nos instan a cerrar fronteras nacionales, provinciales y municipales y recluirnos en la familia. Nos gustaría saber quién diseñó este pandemónium pandémico. Pero sólo hay un virus. Lo demás lo estamos poniendo nosotros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Y nos repetimos un poco:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Un virus es un villano en estado puro. Un villano
difícil de prontuariar, ya que se discute ante todo si es o no un organismo
vivo. Los virus no tienen células, como</span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">
</span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">todos los demás dominios de la vida (animales, plantas, hongos,
bacterias). Pero, como los seres vivos, se desarrollan y reproducen, aunque
sólo después de introducirse por la fuerza en una célula, a la que secuestra su
metabolismo, infectando al organismo invadido mediante su reproducción. Vivos,
no vivos o quien sabe qué, los virus, y especialmente el que se identifica como
SARS-Cov-2, coronavirus, que da lugar a la Covid-19 y se dispersa por el
mundo</span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">como pandemia, nos meten miedo. El
miedo, junto con la agresividad, el hambre y el sexo, es una de las pulsiones
fundamentales del ser humano -según Karl Lorenz. Fenómeno primordial de la
existencia, resulta la más elemental de las emociones. Pone en evidencia
la condición inacabada y menesterosa de la vida humana, nuestra natural
inseguridad ontológica. Junto con el deseo y el poder -afirma </span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Guillermo Vidal- constituye uno de los
titanes del alma humana. Hobbes, que según su propia confesión vivió bajo
el miedo intelectual, afirmaba que el temor -la aversión a sufrir un
daño-, en sus dos formas del temor ante la muerte y el temor del futuro,
lleva al hombre a buscar la protección del poder político, a cambio de rendirle
obediencia, aunque esta relación no elimina nunca el temor, en la
medida de que la violencia permanece latente en el corazón de cada
sociedad. El miedo no es sonso, porque nos ayuda a reconocer el peligro, pero
se vuelve estado peligroso cuando su intensidad nos lleva al retraimiento y la
parálisis, por un lado, o a la sobreactuación en la huida hacia adelante, por
otro. Estas dos reacciones son las que</span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">
</span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">no nos convendría que ocurriesen a raíz de la pandemia, tanto en el </span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">público llano como en la dirigencia. El miedo
a las epidemias, pestes, plagas y demás malaventuras de salud, está inscripto
en la memoria de la especie. El miedo se agrava porque, en esos casos, el
causante y transmisor es invisible. Lo que suele dar lugar al fenómeno
colectivo de buscar chivos expiatorios con rostro humano, a quienes
atribuirles la responsabilidad de la propagación del mal. Alessandro Manzoni,
en la </span><em><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Storia della Colonna Infame</span></em><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">, describió la
persecución, durante la peste que asoló la Lombardía en 1630, a los
"untores", que supuestamente difundían la plaga distribuyendo
apósitos con un ungüentos o polvos malignos. Muchos terminaron en el patíbulo.
Este tipo de reacciones, descriptas hace más de un siglo por Gustavo Le Bon, se
reflejó ahora, por ejemplo, </span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">en las
diatribas a los chinos de los supermercados recogidas en su momento por
los medios. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">A falta de poder echarle la culpa a alguien del
Covid-19, los gobernantes intentan -tarde- ponerse al frente de una guerra al
virus, que naturalmente ganará el virus, inmune a los discursos y a las
campañas de marketing, y muy capaz de trasponer barreras y fronteras. No
habiendo por ahora vacuna o medicamento que sea efectivo contra el coronavirus,
lo mejor que puede hacerse es reforzar hasta el límite de lo posible el sistema
sanitario para asistir a los infectados, y multiplicar las medidas de
prevención para evitar el colapso. En otras palabras, reducir los daños
mientras se espera, de acuerdo con la experiencia acumulada, que la curva de la
enfermedad llegue a su máximo, se amesete y luego decrezca. Esto implica
una disciplina social y un ejercicio de la responsabilidad cívica inusuales
entre nosotros. Pero aquí funciona otra vez aquello de que el miedo no es sonso
y todos y cada uno comenzamos a contribuir a la obtención un bien común, la </span><em><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">salus
publica</span></em><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">, deponiendo el individualismo feroz que desparrama la ideología
del tiempo. </span><em><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Salus</span></em><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> que alcanza aquí su doble significado, de salud y de
salvación. Los gobiernos no se adelantaron en eso a los ciudadanos, sino que
han ido a la zaga del sentido común de multiplicar el lavado de manos. Los
gobiernos, el nuestro incluido, ejercen mediante mandatos de cuarentena,
aislamiento obligatorio, internación forzosa y otras compulsiones necesarias,
su aparente soberanía. Soberano es el que decide sobre el estado de excepción,
enseñaba Carl Schmitt. No cabe duda que el Covid-19 plantea un estado de
excepción casi planetario. Pero el soberano no es ni el presidente, ni el rey,
ni el primer ministro. La que se manifiesta soberana en el caso es la
Naturaleza, que ha dado lugar a la nueva manifestación viral, detrás de la cual
corren los conductores políticos, y todos nosotros a la zaga. El coronavirus
actual es un pariente del SARS que emergió en Asia en 2003. Un coronavirus, a
través de la mutación y de la recombinación genética, se ha mostrado más apto
que otros virus e hizo acto de presencia en el 2020. Después vino el murciélago,
el ignoto animal intermediario y el paciente humano 0 en Wu Han. Como no puede
faltar el conjuracionismo en toda crisis, hay quien dice que ese proceso previo
se dio en un laboratorio norteamericano, trasladándose a China por la
delegación del ejército de los EE.UU. que participó de los Juegos
Mundiales Militares celebrados en octubre de 2019...en Wuhan. Por otro lado,
hay quien afirma que fue en un laboratorio chino de alta bioseguridad, nivel P4
(el más alto del ramo), especializado en cepas virales, inaugurado el 23 de
febrero de 2017 con la presencia del primer ministro francés Bernard Cazeneuve
(Francia contribuyó a la obra) sito… en Wuhan. En estos casos, conviene
seguir el higiénico precepto de la “navaja de Occam”: no hay que multiplicar
los entes sin necesidad para comprender las causas de un fenómeno, más allá de
la experiencia directa del fenómeno mismo. Y lo que nos dice la experiencia del
fenómeno pandémico es que la soberana resulta la denostada y aún negada
Naturaleza, a veces inclusive caricaturizada, como lo hace Greta Thunberg. Si
todo nuestro ahinco, expuesto aún a la infección y a la muerte para quienes
–médicos, enfermeras, personal de salud en general- se mueven en la brecha,
está puesto en aplanar la curva “natural” de la peste y atenuar sus daños, la
metáfora de la guerra (la OMS ha calificado al coronavirus como “enemigo de la
humanidad”) resulta errónea, pues se trata de una contienda perdida de antemano.
</span><span style="margin: 0px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: small;">Nuestros gobernantes, pues, no deben
sobreactuarse como mariscales de los ejércitos de la humanidad, sino aceptar la
más modesta, ineludible, y por eso mismo noble misión de reducir las bajas,
socorrer a los enfermos, proveer a los necesitados. Nada menos, pero asimismo
nada más, es la tarea que ha caído sobre sus espaldas, y sobre cada uno de
nosotros poner en el hombro en la empresa, en la mayor medida de nuestras
posibilidades.- </span></div>
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #222222; font: 22px Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; letter-spacing: normal; margin: 0.75em 0px 0px; orphans: 2; position: relative; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
</h3>
<div class="post-header-line-1" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #222222; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: 10.8px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 1.5em; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
</div>
<div class="post-body entry-content" id="post-body-4966321722577219894" itemprop="description articleBody" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #222222; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: 13.2px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 1.4; orphans: 2; position: relative; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; width: 620px; word-spacing: 0px;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: medium;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: medium;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-74769365476550201612020-03-17T14:29:00.002-03:002020-03-18T21:36:27.299-03:00<br />
<div align="center" style="margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "book antiqua" , "serif"; font-size: 14pt; line-height: 107%; margin: 0px;">Covid-19:
SOBRE PROVIDENCIA Y PRECAUCIONES</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<span style="font-family: "calibri";"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<span style="font-family: "calibri";"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdY9pPwXbklp2Qvvx2Z1ucsWVJi2FOlKTK2h5S0QihlKfRVjsx0OD1HEB3OpMuRE_o3tRdQ_GdNWI7FgxjsqyKo8ECQTyl7USORWdtDUI_xMSSUjknyJugqal3VOu011_oVEcm/s1600/SAN+ROQUE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="186" data-original-width="113" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdY9pPwXbklp2Qvvx2Z1ucsWVJi2FOlKTK2h5S0QihlKfRVjsx0OD1HEB3OpMuRE_o3tRdQ_GdNWI7FgxjsqyKo8ECQTyl7USORWdtDUI_xMSSUjknyJugqal3VOu011_oVEcm/s1600/SAN+ROQUE.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: "calibri";">
</span>
<br />
<div align="center" style="margin: 0px 0px 11px; text-align: center;">
<span style="margin: 0px;"></span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "calibri";"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZ85PCNpXsOrIU33FMTWB2TKVzdhziXOOCoCZwFMCzjO4s4YvRdsE-VxAo8D90h1WxIrxHbBqclYnBGgFfUWu__Afe7qJ8lK5eYrH4oaHATJTpex8UnoTCEO39qDTPxRP-eHds/s1600/CORONAVIRUS1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="700" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZ85PCNpXsOrIU33FMTWB2TKVzdhziXOOCoCZwFMCzjO4s4YvRdsE-VxAo8D90h1WxIrxHbBqclYnBGgFfUWu__Afe7qJ8lK5eYrH4oaHATJTpex8UnoTCEO39qDTPxRP-eHds/s320/CORONAVIRUS1.jpg" width="320" /></a></span></div>
<br />
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Algunos amigos muy queridos, ante la plaga que nos asola, y
la sucesión de medidas con las que los gobiernos le van a la zaga, parecen más
inclinados a ponerse bajo la protección de la Providencia antes que de los
preceptos gubernativos. Tienen razón, en primer lugar, por una jerarquía de autoridad
más que evidente; en segundo lugar, porque fastidia sobremanera la maniobra de
manipulación y de “paternalismo” que se esconde bajo los mensajes oficiales,
originados en individuos sometidos al virus soberano, que vienen errando el
vizcachazo desde el principio –así fue de arranque en la China y se extendió a
los mandamases de los demás países, a medida de que fueron afectados- y que
parten de la base de que sus democráticos súbditos son unos infelices que no
saben pensar nada por sí mismos y necesitan del oráculo gubernamental para pisar
el suelo.</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">Pero aquellos amigos no tienen
razón cuando oponen providencia a prudencia. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">En principio, porque si interrogamos a la palabra,
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";">prudentia</span></i><span style="font-family: "calibri";"> deriva, precisamente de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";">pro videntia</span></i><span style="font-family: "calibri";">. Y la prudencia providente,
que se informa debidamente y procede en consecuencia, no guiándose por los tartufos
disfrazados de San Alberto o San Ginés, sino por su recta razón y su sentido
cívico, cribando lo evidente de la pompa politiquera, es lo que debe
ejercitarse especialmente en momentos de peste. Quizás resulte ejemplificadora
una anécdota personal. Hace ya bastantes años, luego de publicar una extensa
crítica en “La Nueva Provincia” sobre sus trabajos acerca de los vikingos en
América, tuve unas largas conversaciones con Jacques de Mahieu. Transcurrieron
en un departamento de planta baja, en su escritorio que daba a un jardín muy
bonito, en la calle Paraná frente a la plaza Vicente López. Fueron varias y muy
ricas tardes, frente al whisky malo que generosamente ofrecía el anfitrión. En
algún momento le pregunté acerca de Gueydan de Roussel. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">Para alguno que no lo conozca, Guillemo
Gueydan de Roussel fue un jurista y filósofo suizo francófono, </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">nacido en 1908, de vasta cultura –puede seguirse
su trayectoria en</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">“Teología Política
según Gueydan de Roussel”, de Rafael Breide Obeid. Tuvo intensa relación
epistolar y personal con Carl Schmitt, que lo conoció cuando aquél preparaba en
Berlín su doctorado. Gueydan prologa la edición francesa de “Legalidad y
Legitimidad” </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">y Schmitt lo cita elogiosamente
cuatro veces en su Glossarium, anotaciones de 1948. Gueydan fue secretario
del director de la Biblioteca Nacional francesa a partir de 1940 y sus temas,
en escritos de la época, fueron las relaciones entre la Iglesia y la Sinagoga y
la masonería. En 1944 viaja a Suiza para visitar a su madre y ya no puede
volver a Francia. Allí fue condenado </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";">in
absentia</span></i><span style="font-family: "calibri";">. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">En 1948 emigra con su familia a nuestro país y
se instala en el sur, en Lago Puelo, donde levanta con sus manos su casa de
madera. Cuando conversaba con Mahieu, mi conocimiento de la obra de Geydan era
a través de los artículos reproducidos en “Jauja”, la revista que dirigía</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">Leonardo Castellani, material suficiente para
haber despertado mi curiosidad. Mahieu –que también había llegado a la
Argentina sintiendo en la nuca el aliento de los depuradores- dio una chupada a
su pipa, se tomó un trago y, con su inconfundible acento, me dijo:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-¿Gueydan? Un tipo muy integuesante. Pego un loco…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-¿Por qué?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-Fíjese que vivía cegca de El Bolsón y un día se desata un
gran incendio foguestal que está a punto de quemag su casa de madega. ¿Y qué es
lo único que hace? ¡Guezag!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-Y la casa, ¿se quemó?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-No, pero el fuego llegó muy cegca</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-Entonces la oración fue eficaz…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">-Talvez, o talvez fue el azag. Pero cuando se viene encima
un incendio, lo primego es haceg un contrafuego. Usted puede guezag mientras lo
hace, pego, por las dudas, no deje de haceglo.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">El consejo del viejo profesor positivista, que me hizo reír
en su momento, me parece oportuno para nuestro trance. Sirve a creyentes,
dudantes e incrédulos. Nadie tiene un firmado un seguro de vida con la
Providencia. Prudencia y providencia son hermanas gemelas. Por eso este post
está presidido por San Roque y, abajo, está una mano profesional protegida
investigando una cepa de coronavirus. </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">También
para creyentes, dudantes e incrédulos, conviene –firmemente o por lo que </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "calibri";">potest contingere</span></i><span style="font-family: "calibri";">- recitar mientras se
lava las manos cualquiera de estas dos cuartetas:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Pues médico eres divino</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Con prodigiosas señales,</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Líbranos de peste y males</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Roque santo peregrino</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Oh</span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="font-family: "calibri";">Roque patrón
divino</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">De pueblos universales</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Líbranos de peste y males</span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="font-family: "calibri";">Roque santo peregrino </span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span><span style="margin: 0px;"><span style="font-family: "calibri";"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0px 0px 11px;">
<br /></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-61887722012223742042020-03-14T18:02:00.003-03:002020-03-18T21:47:04.622-03:00EL MIEDO NO ES SONSO...SALVO EL DE LA DIRIGENCIA<div style="text-align: justify;">
<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZL_1uWv2eUifJDDuYZc6ZChZuGYg9AZ7oQG-Kyo387wx4e5Nw2-gaLLTM62HysFjlGDwEPSC7mTtFxEu-Px7it3E4o34_f_tiHgrpW1NVwwjsbgffu3DNrPuvWjo7JT2Dyu_u/s1600/Dagon.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="243" data-original-width="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZL_1uWv2eUifJDDuYZc6ZChZuGYg9AZ7oQG-Kyo387wx4e5Nw2-gaLLTM62HysFjlGDwEPSC7mTtFxEu-Px7it3E4o34_f_tiHgrpW1NVwwjsbgffu3DNrPuvWjo7JT2Dyu_u/s1600/Dagon.png" /></a></div>
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El miedo, junto con la agresividad, el hambre y el sexo, es una de las pulsiones fundamentales del bicho humano -según Karl Lorenz. Fenómeno primordial de la existencia, resulta la más elemental de las emociones. Pone en evidencia la condición inacabada y menesterosa de la vida humana, nuestra natural inseguridad ontológica. Junto con el deseo y el poder -afirma el gran psiquiatra Guillermo Vidal- constituye uno de los titanes del alma humana. Hobbes, que según su propia confesión vivió bajo el miedo intelectual, afirmaba que el temor -la aversión a sufrir un daño-, en sus dos formas del temor ante la muerte y el temor del futuro, lleva al hombre a buscar la protección del poder político, a cambio de rendirle obediencia, aunque esta relación no elimina nunca el temor, en la medida de que la violencia permanece latente en el corazón de cada sociedad. El miedo, pues, no es sonso, pero se vuelve estado peligroso cuando anida en quienes están a cargo de la conducción política de una sociedad, Esto último es lo que me parece está ocurriendo a raíz de la pandemia de coronavirus y el Covid-19. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El miedo a las epidemias, pestes, plagas y demás malaventuras de salud, está inscripto en la memoria de la especie. El miedo se agrava porque, en esos casos, el causante y transmisor es invisible. Lo que suele dar lugar al fenómeno colectivo de buscar chivos expiatorios con rostro humano, a quienes atribuirles la responsabilidad de la propagación del mal. Alessandro Manzoni, en la <em>Storia della Colonna Infame</em>, describió la persecución, durante la peste que asoló la Lombardía en 1630, a los "untores", que supuestamente difundían la plaga distribuyendo apósitos con ungüentos o polvos malignos. Muchos terminaron en el patíbulo. Este tipo de reacciones, descriptas hace más de un siglo por Gustavo Le Bon, se reflejó ahora en las diatribas a los chinos de los supermercados recogidas por los medios. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A falta de poder echarle la culpa a alguien del Covid-19, los gobernantes intentan -tarde- ponerse al frente de una guerra al virus, que naturalmente ganará el virus, inmune a los discursos y a las campañas de marketing, y muy capaz de trasponer barreras y fronteras. No habiendo por ahora vacuna o medicamento que sea efectivo contra el coronavirus, lo mejor que puede hacerse es reforzar hasta el límite de lo posible el sistema sanitario para asistir a los infectados, y multiplicar las medidas de prevención. En otras palabras, reducir los daños mientras se espera, de acuerdo con la experiencia acumulada, que la curva de la enfermedad llegue a su máximo, se amesete y luego decrezca. Esto implica una disciplina social y un ejercicio de la responsabilidad cívica inusuales entre nosotros. Pero aquí funciona aquello de que el miedo no es sonso y todos y cada uno comenzamos a contribuir a la obtención un bien común, la <em>salus publica</em>, deponiendo el individualismo feroz que desparrama la ideología del tiempo. <em>Salus</em> que alcanza aquí su doble significado, de salud y de salvación. Los gobiernos no se adelantaron en eso a los ciudadanos, sino que han ido a la zaga del sentido común de multiplicar el lavado de manos. Los gobiernos, el nuestro incluido, ejercen mediante mandatos de cuarentena, aislamiento, internación y otras compulsiones, su aparente soberanía. Soberano es el que decide sobre el estado de excepción, enseñaba Carl Schmitt. No cabe duda que el Covid-19 plantea un estado de excepción casi planetario. Pero el soberano no es ni el presidente, ni el rey, ni el primer ministro. La que se manifiesta soberana en el caso es la Naturaleza, que ha dado lugar a la nueva manifestación viral, detrás de la cual corren con miedo los conductores políticos, y todos nosotros a la zaga. El SARS-COV-2, nombre científico de nuestro virus, es un pariente del SARS que emergió en Asia en 2003. Un coronavirus, a través de la mutación y de la recombinación genética, se ha mostrado más apto que otros virus e hizo acto de presencia en el 2020. Después vino el murciélago, el ignoto animal intermediario y el paciente humano 0 en Wu Han. Si a ustedes gustan de los conjuracionismos, ese proceso previo se dio en un laboratorio norteamericano, trasladándose a China por la delegación del ejército de los EE.UU. que participó de los Juegos Mundiales Militares celebrados en octubre de 2019...en Wuhan. O, de la otra banda, en un laboratorio chino de alta bioseguridad, nivel P4 (el más alto del ramo), especializado en cepas virales, inaugurado el 23 de febrero de 2017 con la presencia del primer ministro francés Bernard Cazeneuve (Francia contribuyó a la obra) sito en...Wuhan. Sea como fuere, lo cierto es que la soberana de la pandemia es la denostada y aún negada Naturaleza, a veces inclusive caricaturizada, como hace Santa Greta. Nuestros gobernantes, a ese respecto, resultan sus meros partiquinos. En estos casos, además de la prevención, no viene mal rezar.</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-44901586961327854832020-02-01T17:21:00.000-03:002020-02-01T17:50:07.862-03:00ANIMAL POLÍTICO o CIUDADANO PLANETARIO<div style="text-align: justify;">
<br />
Ni los ingleses brexitianos ni quien esto escribe, ni muchos en este bendito y agitado mundo, quieren ser considerados entelequias cosmopolitas, ciudadanos de la ecología planetaria puestos bajo la advocación de santa Greta y su alevosa sonrisita, meros peones de la vastedad cósmica. Quieren ser, como hace veintiséis siglos dictaba Aristóteles, animales políticos, afincados en una <i>polis</i> y unidos en una <i>politeia</i>, con sus límites, su adentro y su afuera y todos, los de adentro y los de afuera, si es posible en paz. Tenemos una pertenencia afincada y una copertenencia con los propios, desde donde podemos otear e intentar comprender el mundo. Para que entiendan los apólidas, va un texto de Adolph Franz von Knigge, un barón alemán (1752-1796), que para confusión de todo intento conspiranoico, era francmasón y -peor aún-perteneció a la Orden de los Iluminados de Baviera. Pero la iluminación que trae el texto, perteneciente a un libro sobre el buen vivir brota, como dijo un poeta, "de manantial sereno":</div>
<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Wxi5hLyO4ykH9OyCT0AeAUCqDoqF2uaikUImudaq1SFrkrL-b8HMsQT4WJXzv1dSAfhvy_JY-alW5TK_iXHTro8ohJwG_6JKVVWfytqDjLe3ZEhRMMShY_GsFEjqKwc36VkR/s1600/Knigge.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="186" data-original-width="141" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Wxi5hLyO4ykH9OyCT0AeAUCqDoqF2uaikUImudaq1SFrkrL-b8HMsQT4WJXzv1dSAfhvy_JY-alW5TK_iXHTro8ohJwG_6JKVVWfytqDjLe3ZEhRMMShY_GsFEjqKwc36VkR/s1600/Knigge.jpg" /></a></div>
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<br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #222222; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background-color: white; color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "georgia" , "utopia" , "palatino linotype" , "palatino" , serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">"El patriotismo ya es un sentimiento compuesto, pero aún más cordial y cálido que el espíritu cosmopolita, para un hombre que no haya sido expulsado pronto de la sociedad civil, que no sea un aventurero que vaga de país en país, sin sentido alguno de la propiedad o del deber cívico. Quien no ama a la madre cuyos pechos le han amamantado, quien no tiene un corazón que se enternezca a la vista de los campos en los que vivió sin cuitas y feliz los años inocentes de su juventud, ¿qué interés podrá tener en el bien común, ya que la propiedad, la moralidad y todas las cosas que un hombre puede querer en este mundo se basan, de hecho, en la preservación de aquellos vínculos que nos unen a la familia y a la patria?</span><br />
<span style="background-color: white; color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "georgia" , "utopia" , "palatino linotype" , "palatino" , serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">El hecho de que estos vínculos se vayan debilitando cada día que pasa solo demuestra que nos vamos separando diariamente del orden excelente de la naturaleza y de sus leyes; y cuando un balarrasa a quien su patria ha expulsado como un miembro inservible por no quererse someter a las leyes, insatisfecho con la coacción que le imponen la moralidad y la policía, afirma que es propio del filósofo disolver todos los vínculos estrechos y que no reconoce otro vínculo que el espíritu fraternal entre todos los habitantes de la tierra, eso solo nos convence de que no hay frase, por estúpida que sea, que no encuentre asiento en un sistema filosófico como uno de su pilares fundamentales...</span><br />
<br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #222222; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background-color: white; color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "georgia" , "utopia" , "palatino linotype" , "palatino" , serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">"De como tratar con las personas" (1788)</span><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-41830982781279840332020-02-01T16:50:00.001-03:002020-02-01T16:50:43.888-03:00OLD MERRY ENGLANDComo habrá quizás advertido el esporádico lector de este blog, mis simpatías apuntan hacia cuestiones que resultan fulminadas por la prensa seria del planeta, los opinólogos de fuste, los pensadores de corte y confección voceados por doquier, el Papa y buen número de monseñores y lo que en bloque el genial Landrú llamaba el costado respetable de las señoras gordas del orbe. Sobre Trump, sobre Puntin, sobre Orban y el grupo de Visegrado en general, sobre el <i>capitano</i> Salvini, sobre Greta y su religiosidad ecológica de segunda, sobre ideólogos de género y gritones contra el "especieísmo", siempre me encontrarán -ay- de la vereda de enfrente. Por eso saludé en una entrada a Boris Johnson cuando enfrentaba a un Parlamento claustrofóbico y por eso me alegra el Brexit, más allá de otras razones, porque rescata la particular extravagancia de los súbditos de la pérfida Albión, una singularidad que enriquece al mundo. Y que ha enriquecido también a los argentinos, envueltos con respecto a la Gran Bretaña en una relación de amor/odio que tiene también sus imprescindibles extravagancias, como haber adquirido nuestra autoconciencia nacional echándolos dos veces a patadas y -luego- haber alcanzado el reconocimiento de nuestra independencia, para bien o para mal, bajo la sombra de la espada inglesa. De 1880 a 1930 tuvimos una existencia política y económica bajo la<i> pax britannica</i>, y durante ella y frente a ella se desenvolvió el más formidable movimiento intelectual de soberanismo nacional que hayamos gestado, el nacionalismo argentino, uno de cuyas más brillantes cabezas fue don Julio Irazusta, que había estudiado en Oxford y escrito un formidable tratado sobre "La Monarquía Constitucional en Inglaterra". La guerra de Malvinas pudo estar mal conducida políticamente y planteada en el momento internacional menos oportuno, amén de que estaba al frente de la isla una decisionista superior, pero ganó, por el denuedo de nuestros combatientes, el respeto de nuestros enemigos, en la última guerra clásica que se recuerde, donde la población civil quedó afuera. El ejemplo más preclaro para moverse frente a Inglaterra lo dio nuestro máximo político, el brigadier general don Juan Manuel de Rosas, que supo combatir contra ellos, igualarlos en la astucia diplomática y que terminó sus días como <i>farmer</i>, admirando a lord Palmerston. Por otra parte, su lengua, aun a los que peleamos con ella, y su literatura, son jalones del espíritu que ningún hombre cultivado puede esquivar. Por eso, sobre el Brexit, un poco por aquello de que estamos de vacaciones y anda suelta la pereza, me permito traerles las reflexiones de un gran poeta y escritos español, Enrique García-Máiquez, con quien encuentro total coincidencia. Y cuyo hermoso título, ocurrencia de poeta, celebro. <br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigDJIZEN8-8Sgpic5iHB2K_sKU5QiDfTpoGKrQDP0YJCA26KxDQgvf6-WFACFp5T8lBI30OTExFKeSOX-qM5LbQmjKmdq8LmkEvDJHF8z8DLjn6o40-OPcMKt1HDpNz7pt2D_M/s1600/BREXIT.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="123" data-original-width="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigDJIZEN8-8Sgpic5iHB2K_sKU5QiDfTpoGKrQDP0YJCA26KxDQgvf6-WFACFp5T8lBI30OTExFKeSOX-qM5LbQmjKmdq8LmkEvDJHF8z8DLjn6o40-OPcMKt1HDpNz7pt2D_M/s1600/BREXIT.jpg" /></a></div>
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<div style="text-align: center;">
<b>LA AMADA INVENCIBLE</b></div>
<br />
<div class="component-backend-content" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; -webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; color: black; font-family: Ubuntu, sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: 0.16px; line-height: 1.75; margin: 0px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Para<strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;"> escribir del <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexit<button class="contexto-button-inner-post" data-contexto-button="381725" style="-webkit-appearance: none; -webkit-user-drag: none; background-color: transparent; border-radius: 0px; border: none; box-sizing: border-box; color: inherit; cursor: pointer; font-family: inherit; font-size: 16px; line-height: 1.15; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; text-transform: none;"><img src="https://theobjective.com/wp-content/themes/newobjective/img/contexto-icon.png" style="-webkit-user-drag: none; border-style: none; box-sizing: border-box; display: block; height: auto; margin: 0px; padding: 0px; pointer-events: none; width: 19px;" /></button></em> </strong>lo más fácil es refugiarse en lo más difícil y ponerse uno también a pontificar sobre macroeconomía y geopolítica. Pero aprovechando el follón, yo voy a bajar la voz disimuladamente para hablar de lo mío, sin los protocolarios aspavientos apocalípticos del momento.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Yo habría votado probablemente <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">por la permanencia</strong>, entre otras cosas, porque no soy un inglés. Sin embargo, siendo español (<a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/unas-cuantas-costumbres-espanolas/" style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(0, 0, 0, 0); -webkit-user-drag: none; background-color: transparent; background-image: url("../../../version/1579200042790/image/triangle-black.4d9a9b3.png"); background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; border-bottom: none; box-sizing: border-box; color: inherit; margin: 0px; padding: 0px 0px 10px; text-decoration: none;">español incorregible</a>, que precisaría Menéndez Pelayo) no puedo dejar de verle sus ventajillas al brexit de ellos.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Empecemos con<strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;"> las razones políticas,</strong> que son las más básicas. Para estrechar los lazos con sus ex colonias, a los ingleses les interesa estar fuera de la UE, mientras que a nosotros, para unirnos a nuestros ambos hemisferios, nos viene mejor servir de puente con Europa. A la Unión Europea, por su parte, no le hacía bien un socio que no quería serlo, con un pie siempre fuera y la libra por libre, pero, sobre todo, que miraba a los demás con suspicacia e indisimulado desdén, minando su autoestima. La Unión Europea es un poquito más eso que reza su nombre («unión» y «europea») sin los ingleses. Se han ido, además, prestando un servicio: han avisado que hay que contar con los estados-nación, que pueden poner pie en pared e, incluso, en polvorosa, después de echarlos por alto. El grupo de Visegrado no tendrá más voz, pero sí más eco. <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">Europa gana porque los burócratas pierden</strong> y nos hemos sacudido el dichoso tabú o yugo de la Irreversibilidad. Cada vez que nos dicen que algo (sostener la soberanía nacional, revertir las autonomías, salirse de la Unión Europea, la independencia del poder judicial o cambiar el sistema electoral) no puede hacerse de ninguna de las maneras limitan nuestra libertad, además de mentirnos.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
A Inglaterra tampoco dejará de venirle bien, en mi hispánica opinión. <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">Al menos en lo moral, que es lo que importa</strong>. Hasta ahora estaban convencidos de que la solución a todos sus problemas, a todos, estaba en salir de la UE y ya está. El Continente, amén de estar aislado, era culpable. ¿Cómo no iban a querer largarse? Pasabas tres días conviviendo con algunos <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexiters</em>… ¡y también te entraban unas ganas locas de irte, quiero decir, de volverte! Pero al fin salidos, como no se les solucione hasta el clima, a ver a qué chivo expiatorio cogen por los cuernos. Echarse alguna culpa a sí mismos, eso, tan natural y absoluto para un español, es pedir a un inglés lo excusado.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Pero todo eso son razones externas. La causa más íntima por la que el <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexit</em> no me hace soltar los protocolarios espumarajos por la boca es mi amor por Inglaterra. <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">Su bellísima lengua es mi Amada Invencible</strong>. Intento conquistarla desde mis dieciséis, y acabo luchando contra los elementos hasta naufragar enfrente de sus costas. No importa: como en las canciones más cursis, yo quiero a Inglaterra tal como es, imposible como el inglés, y todavía me haría más gracia Inglaterra si fuese mucho más parecida a su arquetipo platónico: más Jane Austen, más club Pickwick, más Oscar Wilde, más Evelyn Waugh, más Agatha Christie incluso… Todo lo que sea mantener su idiosincrasia, incluso hasta sus extremos extravagantes, me tiene a su favor.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Téngase en cuenta que <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">el primer libro que leí en inglés</strong> fue <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">How to Be a Brit</em>, de Georges Mikes, en el que un señor húngaro de origen judío se partía de risa con y de las particularidades británicas. Lo leí, además, en la biblioteca de Canon Alfonso de Zulueta en «La Alcaría», que fue su finca, que tenía una capilla bridesheadiana y que habían heredado unos sobrinos suyos, y amigos míos. Hijo primogénito del Conde de Torre Díaz, Zulueta renunció a todo (hizo un condexit) para ordenarse sacerdote. Fue capellán de Oxford hasta que, durante la guerra civil, hubo sospechas de que hacía labores de espionaje para su pariente el duque de Alba. Prefirió dejar el puesto con flema angloandaluza antes de que se montara un pequeño escándalo. Aquella lectura iniciática y su circunstancia me dejaron para siempre en el bando de una anglofilia muy sureña, algo húngara y semi jasídica.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Jamás he pretendido, por tanto, pasar por inglés ni posar de tal. El leve toque es en honor al sherry, y lo da mi tierra. El conde de Miraflores de los Ángeles, Fernando Villalón, estableció que el mundo se dividía en dos: Sevilla y Cádiz. Yo, hijo de un mundo más globalizado, ay, me he tenido que conformar con que el mundo se divida en dos: España e Inglaterra, sobre todo si añadimos que Roma está por encima de asuntos tan mundanos y que Portugal va por dentro. <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">El <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexit</em> es una garantía de que mis fronteras</strong> se mantendrán y no terminaré siendo «un ciudadano del mundo», menos mal.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Jamás he sentido hacia Inglaterra la más mínima envidia mimética, sino <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">la camaradería entre dos de los grandes pueblos</strong> atlánticos y europeos. Hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero en la historia, como en el rugby, también está el tercer tiempo, para brindar entre risas con el rival.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
<strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">Lo que yo amo de Inglaterra</strong> no va a tener problemas de aranceles: Shakespeare y los demás escritores, su sentido del humor, sus desayunos («En cuestiones de desayunos, Inglaterra es el paraíso terrenal. No comprendo por qué hemos de rebajarnos hasta el punto de vanagloriarnos del Imperio británico teniendo bacon y huevos de los que enorgullecernos. Deberían figurar en las armas reales: tres cerdos pasantes y tres huevos fritos en un cheurón», decía Chesterton con bastante intención). Etc.</div>
<div style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 26.2813px; padding: 0px;">
Con el <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexit</em> pasará, en fin, como con la muerte en aquel cuento del anglófilo Borges. Discutía éste con Macedonio Fernández sobre la inmortalidad del alma, y Macedonio, que la defendía, sentenció: «la muerte del cuerpo es del todo insignificante y morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre». Borges propuso entonces suicidarse para hacer la prueba. «¿Se suicidaron ustedes?», preguntó el curioso interlocutor al que se lo contaba. Respondió Borges: «Francamente, no lo sé». <strong style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; font-weight: 700; margin: 0px; padding: 0px;">Respecto al <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexit</em> soy extremadamente macedónico</strong>: como Fernández, creo en la inmortalidad de Inglaterra y me sorprendería muchísimo que el <em style="-webkit-user-drag: none; background-image: url("data:image/png; background-position: 0px calc(100% - 6px); background-repeat: repeat-x; background-size: auto 4px; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px 0px 12px;">brexit</em> tenga más importancia que la muerte.</div>
</div>
<br />
<aside class="elsubjetivo-single__social" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; -webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; color: black; font-family: "Noto Sans", sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin: 0px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;"><div class="social__wrapper" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px;">
<div class="component-app-share type--1 is-close js-active" data-url="https://theobjective.com/elsubjetivo/la-amada-invencible/" style="-webkit-box-align: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; box-sizing: border-box; display: flex; flex-wrap: wrap; margin: 30px 0px 0px; padding: 0px; position: relative;">
<button class="app-share__toggle-button icon-hover" style="-webkit-appearance: none; -webkit-user-drag: none; background-color: transparent; border-radius: 0px; border: none; box-sizing: border-box; color: inherit; cursor: pointer; font-family: inherit; font-size: 14px; line-height: 1.15; margin: 0px 15px 0px 0px; overflow: hidden; padding: 0px; position: relative; text-transform: none;"><div class="icon icon-plane size-1" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; display: inline-block; height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; width: 20px;">
<div class="button-desactive" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; display: inline-block; height: 16px; left: 0px; margin: 0px; opacity: 0; padding: 0px; position: absolute; top: 0px; transition: opacity 0.5s ease 0s; width: 20px;">
<svg viewbox="0 0 28.6 22.15" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__icon-plane-off" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__icon-plane-off" viewbox="0 0 28.6 22.15"><path d="M 27.78 0.65 h -0.1 S 27.08 -0.3 26.45 0 s -1 0.55 -1.57 0.8 Q 13.43 0.76 2 1.35 C 1 1.4 1 3 2 3 q 9.73 -0.49 19.46 -0.54 A 131 131 0 0 0 7.85 10.39 l 0 0 C 6.6 7.67 3.87 5.49 1.19 3.65 C 0.32 3.05 -0.5 4.47 0.37 5.06 C 4 7.53 8.25 11.2 6.3 16.11 a 0.82 0.82 0 0 0 1 1 c 2 -0.81 2.18 -1.73 4.11 -0.4 c 2.15 1.49 4 3.64 6.11 5.24 a 0.83 0.83 0 0 0 1.2 -0.49 A 107.8 107.8 0 0 1 28.49 2 A 0.9 0.9 0 0 0 27.78 0.65 Z M 17.58 19.93 a 57.18 57.18 0 0 1 -6.81 -6.27 a 0.83 0.83 0 0 0 -1.16 0 l -1.18 0.81 a 7.21 7.21 0 0 0 -0.11 -2.54 a 0.78 0.78 0 0 0 0.35 -0.13 A 131 131 0 0 1 25.23 2.47 h 1.08 A 109.13 109.13 0 0 0 17.58 19.93 Z" transform="translate(0 0.06)"></path></g></use></svg><svg viewbox="0 0 28.6 22.15" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__icon-plane-off" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__icon-plane-off" viewbox="0 0 28.6 22.15"><path d="M 27.78 0.65 h -0.1 S 27.08 -0.3 26.45 0 s -1 0.55 -1.57 0.8 Q 13.43 0.76 2 1.35 C 1 1.4 1 3 2 3 q 9.73 -0.49 19.46 -0.54 A 131 131 0 0 0 7.85 10.39 l 0 0 C 6.6 7.67 3.87 5.49 1.19 3.65 C 0.32 3.05 -0.5 4.47 0.37 5.06 C 4 7.53 8.25 11.2 6.3 16.11 a 0.82 0.82 0 0 0 1 1 c 2 -0.81 2.18 -1.73 4.11 -0.4 c 2.15 1.49 4 3.64 6.11 5.24 a 0.83 0.83 0 0 0 1.2 -0.49 A 107.8 107.8 0 0 1 28.49 2 A 0.9 0.9 0 0 0 27.78 0.65 Z M 17.58 19.93 a 57.18 57.18 0 0 1 -6.81 -6.27 a 0.83 0.83 0 0 0 -1.16 0 l -1.18 0.81 a 7.21 7.21 0 0 0 -0.11 -2.54 a 0.78 0.78 0 0 0 0.35 -0.13 A 131 131 0 0 1 25.23 2.47 h 1.08 A 109.13 109.13 0 0 0 17.58 19.93 Z" transform="translate(0 0.06)"></path></g></use></svg></div>
<div class="button-active" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; display: inline-block; height: 16px; left: 0px; margin: 0px; opacity: 1; padding: 0px; position: absolute; top: 0px; transition: opacity 0.5s ease 0s; width: 20px;">
<svg viewbox="0 0 23.802 18.4" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__icon-plane" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__icon-plane" viewbox="0 0 23.802 18.4"><g transform="translate(0.005 -0.04)"><g transform="translate(-0.005 0.864)"><path d="M 1.5 1.606 c 7.24 -0.374 14.355 -0.624 21.469 -0.5 a 80.337 80.337 0 0 0 -8.239 16.352 a 41.17 41.17 0 0 1 -6.491 -5.867 a 4.687 4.687 0 0 1 -2.621 1.748 a 5.608 5.608 0 0 0 -0.624 -5.867 A 15.682 15.682 0 0 0 0.5 3.353" fill="#fe0" transform="translate(0.13 -0.607)"><path d="M 1.624 2.323 c 7.115 -0.374 14.355 -0.5 21.469 -0.5 c -0.25 -0.374 -0.374 -0.624 -0.624 -1 a 76.441 76.441 0 0 0 -6.116 11.359 a 6.623 6.623 0 0 1 -1 2.122 c -0.874 1.248 0.125 1.248 -1.5 1.123 c -1.623 0 -3.869 -3.121 -4.868 -4.244 a 0.759 0.759 0 0 0 -1 0 l -2.247 1.5 a 2.916 2.916 0 0 0 0.874 0.874 C 8.489 8.689 4.744 5.318 1 2.822 c -0.749 -0.5 -1.373 0.749 -0.749 1.248 c 3 2 6.616 5.118 4.993 9.237 a 0.742 0.742 0 0 0 0.874 0.874 c 1.872 -0.749 1.748 -1.248 3.37 -0.374 c 1.748 1 3.37 3.121 5.118 4.369 a 0.69 0.69 0 0 0 1 -0.374 A 88.484 88.484 0 0 1 23.717 1.7 a 0.682 0.682 0 0 0 -0.624 -1 c -7.115 0 -14.354 0.125 -21.469 0.5 c -0.874 -0.25 -0.874 1.123 0 1.123 Z" id="Path_2027" transform="translate(0.005 -0.7)"></path></path></g><g transform="translate(6.182 0.04)"><path d="M 5.5 9.113 A 116.73 116.73 0 0 1 20.978 0.5" fill="#fe0" transform="translate(-4.815 0.075)"><path d="M 6.011 9.851 a 104.117 104.117 0 0 1 15.478 -8.613 c 0.749 -0.374 0.125 -1.5 -0.749 -1.123 A 109.955 109.955 0 0 0 5.262 8.6 c -0.749 0.5 0 1.748 0.749 1.248 Z" id="Path_2029" transform="translate(-4.951 -0.04)"></path></path></g></g></g></use></svg><svg viewbox="0 0 23.802 18.4" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__icon-plane" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__icon-plane" viewbox="0 0 23.802 18.4"><g transform="translate(0.005 -0.04)"><g transform="translate(-0.005 0.864)"><path d="M 1.5 1.606 c 7.24 -0.374 14.355 -0.624 21.469 -0.5 a 80.337 80.337 0 0 0 -8.239 16.352 a 41.17 41.17 0 0 1 -6.491 -5.867 a 4.687 4.687 0 0 1 -2.621 1.748 a 5.608 5.608 0 0 0 -0.624 -5.867 A 15.682 15.682 0 0 0 0.5 3.353" fill="#fe0" transform="translate(0.13 -0.607)"><path d="M 1.624 2.323 c 7.115 -0.374 14.355 -0.5 21.469 -0.5 c -0.25 -0.374 -0.374 -0.624 -0.624 -1 a 76.441 76.441 0 0 0 -6.116 11.359 a 6.623 6.623 0 0 1 -1 2.122 c -0.874 1.248 0.125 1.248 -1.5 1.123 c -1.623 0 -3.869 -3.121 -4.868 -4.244 a 0.759 0.759 0 0 0 -1 0 l -2.247 1.5 a 2.916 2.916 0 0 0 0.874 0.874 C 8.489 8.689 4.744 5.318 1 2.822 c -0.749 -0.5 -1.373 0.749 -0.749 1.248 c 3 2 6.616 5.118 4.993 9.237 a 0.742 0.742 0 0 0 0.874 0.874 c 1.872 -0.749 1.748 -1.248 3.37 -0.374 c 1.748 1 3.37 3.121 5.118 4.369 a 0.69 0.69 0 0 0 1 -0.374 A 88.484 88.484 0 0 1 23.717 1.7 a 0.682 0.682 0 0 0 -0.624 -1 c -7.115 0 -14.354 0.125 -21.469 0.5 c -0.874 -0.25 -0.874 1.123 0 1.123 Z" id="Path_2027" transform="translate(0.005 -0.7)"></path></path></g><g transform="translate(6.182 0.04)"><path d="M 5.5 9.113 A 116.73 116.73 0 0 1 20.978 0.5" fill="#fe0" transform="translate(-4.815 0.075)"><path d="M 6.011 9.851 a 104.117 104.117 0 0 1 15.478 -8.613 c 0.749 -0.374 0.125 -1.5 -0.749 -1.123 A 109.955 109.955 0 0 0 5.262 8.6 c -0.749 0.5 0 1.748 0.749 1.248 Z" id="Path_2029" transform="translate(-4.951 -0.04)"></path></path></g></g></g></use></svg></div>
</div>
</button>
<ul class="app-share__list" style="-webkit-box-align: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; box-sizing: border-box; display: flex; flex-wrap: wrap; margin: 0px; overflow: hidden; padding: 0px; pointer-events: none; transition: visibility 0.5s ease 0s; visibility: visible; white-space: nowrap;">
<li class="app-share__item icon-hover" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; list-style-type: none; margin: 0px 20px 0px 0px; padding: 0px; pointer-events: all; transform: translate(0px); transition: transform 0.25s ease-in-out 0.08s, -webkit-transform 0.25s ease-in-out;"><button class="app-share__button" data-share-twitter="" data-type="twitter" style="-webkit-appearance: none; -webkit-box-align: center; -webkit-box-pack: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; background-color: transparent; border-radius: 0px; border: none; box-sizing: border-box; color: inherit; cursor: pointer; display: flex; font-family: inherit; font-size: 14px; height: 16px; justify-content: center; line-height: 1.15; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; text-transform: none; width: 20px;"><div class="social social-twitter size-3" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; width: 20px;">
<svg viewbox="0 0 38.979 31.749" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__social-twitter" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__social-twitter" viewbox="0 0 38.979 31.749"><path d="M 156.779 4.172 a 15.107 15.107 0 0 1 -4.558 1.257 a 8.13 8.13 0 0 0 3.458 -4.4 a 15.057 15.057 0 0 1 -5.029 1.886 A 7.7 7.7 0 0 0 144.834 0.4 a 7.881 7.881 0 0 0 -7.859 7.859 a 7.652 7.652 0 0 0 0.157 1.886 a 22.258 22.258 0 0 1 -16.346 -8.33 a 9.335 9.335 0 0 0 -1.1 4.086 a 8.181 8.181 0 0 0 3.458 6.6 a 9.474 9.474 0 0 1 -3.615 -0.943 v 0.157 a 7.95 7.95 0 0 0 6.287 7.859 a 9.2 9.2 0 0 1 -2.043 0.314 a 5.9 5.9 0 0 1 -1.572 -0.157 a 7.933 7.933 0 0 0 7.387 5.5 a 16.419 16.419 0 0 1 -9.9 3.458 a 7.652 7.652 0 0 1 -1.886 -0.157 a 22.8 22.8 0 0 0 12.1 3.615 c 14.617 0 22.633 -12.1 22.633 -22.633 v -1.1 a 13.66 13.66 0 0 0 4.244 -4.242 Z" stroke="none" transform="translate(-117.8 -0.4)"></path></g></use></svg><svg viewbox="0 0 38.979 31.749" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__social-twitter" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__social-twitter" viewbox="0 0 38.979 31.749"><path d="M 156.779 4.172 a 15.107 15.107 0 0 1 -4.558 1.257 a 8.13 8.13 0 0 0 3.458 -4.4 a 15.057 15.057 0 0 1 -5.029 1.886 A 7.7 7.7 0 0 0 144.834 0.4 a 7.881 7.881 0 0 0 -7.859 7.859 a 7.652 7.652 0 0 0 0.157 1.886 a 22.258 22.258 0 0 1 -16.346 -8.33 a 9.335 9.335 0 0 0 -1.1 4.086 a 8.181 8.181 0 0 0 3.458 6.6 a 9.474 9.474 0 0 1 -3.615 -0.943 v 0.157 a 7.95 7.95 0 0 0 6.287 7.859 a 9.2 9.2 0 0 1 -2.043 0.314 a 5.9 5.9 0 0 1 -1.572 -0.157 a 7.933 7.933 0 0 0 7.387 5.5 a 16.419 16.419 0 0 1 -9.9 3.458 a 7.652 7.652 0 0 1 -1.886 -0.157 a 22.8 22.8 0 0 0 12.1 3.615 c 14.617 0 22.633 -12.1 22.633 -22.633 v -1.1 a 13.66 13.66 0 0 0 4.244 -4.242 Z" stroke="none" transform="translate(-117.8 -0.4)"></path></g></use></svg></div>
</button></li>
<li class="app-share__item icon-hover" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; list-style-type: none; margin: 0px 20px 0px 0px; padding: 0px; pointer-events: all; transform: translate(0px); transition: transform 0.25s ease-in-out 0.06s, -webkit-transform 0.25s ease-in-out;"><button class="app-share__button" data-share-facebook="" data-type="facebook" style="-webkit-appearance: none; -webkit-box-align: center; -webkit-box-pack: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; background-color: transparent; border-radius: 0px; border: none; box-sizing: border-box; color: inherit; cursor: pointer; display: flex; font-family: inherit; font-size: 14px; height: 16px; justify-content: center; line-height: 1.15; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; text-transform: none; width: 16px;"><div class="social social-facebook size-2" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; width: 16px;">
<svg viewbox="0 0 32.919 32.755" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__social-facebook" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__social-facebook" viewbox="0 0 32.919 32.755"><path d="M 28.661 0.5 H 4.094 A 4.055 4.055 0 0 0 0 4.594 v 24.567 a 4.055 4.055 0 0 0 4.094 4.094 h 12.284 v -11.3 h -4.095 v -5.077 h 4.094 v -4.095 A 6.221 6.221 0 0 1 22.6 6.56 h 4.1 v 5.077 h -2.134 c -1.146 0 -1.965 -0.164 -1.965 0.983 v 4.094 h 5.077 l -1.965 5.077 H 22.6 v 11.3 h 6.223 A 4.055 4.055 0 0 0 32.919 29 V 4.594 A 4.3 4.3 0 0 0 28.661 0.5 Z" stroke="none" transform="translate(0 -0.5)"></path></g></use></svg><svg viewbox="0 0 32.919 32.755" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__social-facebook" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__social-facebook" viewbox="0 0 32.919 32.755"></g></use></svg></div>
</button></li>
<li class="app-share__item icon-hover" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; list-style-type: none; margin: 0px 20px 0px 0px; padding: 0px; pointer-events: all; transform: translate(0px); transition: transform 0.25s ease-in-out 0.04s, -webkit-transform 0.25s ease-in-out;"><button class="app-share__button" data-share-mail="" data-type="mail" style="-webkit-appearance: none; -webkit-box-align: center; -webkit-box-pack: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; background-color: transparent; border-radius: 0px; border: none; box-sizing: border-box; color: inherit; cursor: pointer; display: flex; font-family: inherit; font-size: 14px; height: 16px; justify-content: center; line-height: 1.15; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; text-transform: none; width: 23px;"><div class="icon icon-mail size-1" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; display: inline-block; height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; width: 23px;">
<svg viewbox="0 0 19.291 13" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__icon-mail" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__icon-mail" viewbox="0 0 19.291 13"><path d="M 19.291 0.718 V 13 H 0 V 0.718 L 9.646 8.3 Z M 18.376 0 H 0.915 l 8.731 6.863 Z" stroke="none"></path></g></use></svg><svg viewbox="0 0 19.291 13" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__icon-mail" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__icon-mail" viewbox="0 0 19.291 13"><path d="M 19.291 0.718 V 13 H 0 V 0.718 L 9.646 8.3 Z M 18.376 0 H 0.915 l 8.731 6.863 Z" stroke="none"></path></g></use></svg></div>
</button></li>
<li class="app-share__item icon-hover item-twitter" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; list-style-type: none; margin: 0px 20px 0px 0px; padding: 0px; pointer-events: all; transform: translate(0px); transition: transform 0.25s ease-in-out 0.02s, -webkit-transform 0.25s ease-in-out;"><button class="app-share__button" data-share-meneame="" data-type="twitter" style="-webkit-appearance: none; -webkit-box-align: center; -webkit-box-pack: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; background-color: transparent; border-radius: 0px; border: none; box-sizing: border-box; color: inherit; cursor: pointer; display: flex; font-family: inherit; font-size: 14px; height: 16px; justify-content: center; line-height: 1.15; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; text-transform: none; width: 20px;"><div class="social social-twitter size-3" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; width: 20px;">
<svg viewbox="0 0 97.386 97.386" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__social-meneame" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"></use></svg><svg viewbox="0 0 97.386 97.386" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__social-meneame" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__social-meneame" viewbox="0 0 97.386 97.386"></g></use></svg></div>
</button></li>
</ul>
</div>
<div class="component-contexto-tags" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 30px 0px 0px; padding: 0px;">
<span class="logo logo-contexto size-2" style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(0, 0, 0, 0); -webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; display: inline-block; height: 11px; margin: 0px 0px 5px; padding: 0px; position: relative; width: 74px;"><svg viewbox="0 0 182.319 26.33" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg"><use xlink:href="#svg-sprite__logo-contexto" xmlns:xlink="http://www.w3.org/1999/xlink"><g id="svg-sprite__logo-contexto" viewbox="0 0 182.319 26.33"><path d="M 303 184.7 h 4.887 v 19.447 h 6.372 v -19.4 h 4.99 V 179.1 H 303 Z" transform="translate(-228.486 -177.923)"><path d="M 379.353 194.325 h 7.574 v -5.885 H 379.3 v -3.761 h 7.625 V 179.1 H 372.7 v 25.051 H 387 v -5.706 h -7.651 Z" transform="translate(-280.351 -177.923)"><path d="M 449.433 179.1 l -4.657 7.293 l -4.683 -7.293 h -7.37 l 7.6 11.9 l -8.623 13.151 h 7.088 l 4.939 -7.753 l 4.888 7.753 h 7.625 l -8.009 -12.487 l 8.188 -12.564 Z" transform="translate(-324.253 -177.923)"><path d="M 120.264 175.2 c -7.5 0 -13.664 6.141 -13.664 13.178 c 0 7.011 5.988 12.973 13.664 12.973 c 7.574 0 13.639 -5.936 13.639 -12.973 s -6.167 -13.178 -13.639 -13.178 Z m -0.026 20.394 a 7.318 7.318 0 1 1 7.318 -7.318 a 7.317 7.317 0 0 1 -7.317 7.318 Z" transform="translate(-82.342 -175.021)"><path d="M 30.556 190.621 c -0.384 0.64 -0.537 0.844 -0.768 1.177 a 7.565 7.565 0 0 1 -2.738 1.919 a 6.245 6.245 0 0 1 -2.175 0.358 a 6.544 6.544 0 0 1 -6.627 -6.525 a 6.61 6.61 0 0 1 6.627 -6.6 a 6.23 6.23 0 0 1 5.041 2.482 c 0.2 0.307 0.435 0.614 0.614 0.947 h 4.606 a 13.747 13.747 0 0 1 1.177 -2.994 a 12.733 12.733 0 0 0 -3.224 -3.915 a 13.111 13.111 0 0 0 -14.79 -1.254 a 13.221 13.221 0 0 0 -6.5 11.54 a 11.984 11.984 0 0 0 2.175 7.062 a 13.107 13.107 0 0 0 11 5.757 a 12.243 12.243 0 0 0 3.122 -0.358 a 12.973 12.973 0 0 0 8.035 -6.167 a 12.851 12.851 0 0 1 -1.151 -3.378 h -4.424 Z" transform="translate(-11.8 -174.5)"><path d="M 228.495 192.918 c -1 -1.484 -1.945 -2.968 -2.968 -4.478 c -2.175 -3.275 -4.324 -6.32 -6.448 -9.34 H 213.5 v 6.269 a 13.615 13.615 0 0 1 0 11.847 v 6.934 h 6.244 v -13.69 l 9.442 13.69 h 5.6 V 179.1 h -6.266 v 13.818 Z" transform="translate(-161.888 -177.923)"><path d="M 554.078 178.7 h -21.366 l -0.511 8.6 l 0.87 0.179 l 3.557 -7.037 l 4.657 -0.589 v 22.107 l -3.915 0.742 v 1.177 h 12.078 V 202.7 l -3.915 -0.742 v -22.107 l 4.657 0.589 l 3.173 6.295 a 14.91 14.91 0 0 1 1.075 -2.457 Z" transform="translate(-399.037 -177.625)"><path d="M 631.264 175.2 c -7.5 0 -13.664 6.141 -13.664 13.178 c 0 7.011 5.988 12.973 13.664 12.973 c 7.574 0 13.639 -5.936 13.639 -12.973 s -6.167 -13.178 -13.639 -13.178 Z m -0.026 20.394 a 7.318 7.318 0 1 1 7.318 -7.318 a 7.317 7.317 0 0 1 -7.317 7.318 Z" transform="translate(-462.584 -175.021)"></path></path></path></path></path></path></path></path></g></use></svg></span></div>
<div class="component-contexto-tags" style="-webkit-user-drag: none; box-sizing: border-box; margin: 30px 0px 0px; padding: 0px;">
<ul class="contexto-tags__list" style="-webkit-box-align: center; -webkit-user-drag: none; align-items: center; box-sizing: border-box; display: flex; flex-wrap: wrap; margin: 0px; padding: 0px;">
<li class="contexto-tags__item text-01" style="-webkit-user-drag: none; border: 1px solid rgb(216, 216, 216); box-sizing: border-box; font-size: 13px; font-weight: 700; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; list-style-type: none; margin: 0px 10px 5px 0px; padding: 8px 12px; text-transform: uppercase; white-space: nowrap;"></li>
<li class="contexto-tags__item text-01" style="-webkit-user-drag: none; border: 1px solid rgb(216, 216, 216); box-sizing: border-box; font-size: 13px; font-weight: 700; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; list-style-type: none; margin: 0px 10px 5px 0px; padding: 8px 12px; text-transform: uppercase; white-space: nowrap;"></li>
</ul>
</div>
</div>
</aside><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6388164.post-44134711049720367922020-01-14T12:27:00.000-03:002020-01-15T00:59:56.186-03:00Una yapa sobre Scruton<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial,Tahoma,Helvetica,FreeSans,sans-serif; font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; orphans: 2; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;">I drink therefore I am</span></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial,Tahoma,Helvetica,FreeSans,sans-serif; font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; orphans: 2; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial,Tahoma,Helvetica,FreeSans,sans-serif; font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; orphans: 2; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial","tahoma","helvetica","freesans",sans-serif; font-stretch: normal; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="background-color: white; color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "georgia" , "utopia" , "palatino linotype" , "palatino" , serif; font-size: medium; font-style: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">"The right way to live is by enjoying one's faculties, striving to like and if possible to love one's fellows, and also to accept that death is both necessary in itself and a blessed relief to those whom you would otherwise burden. The health fanatics who have poisoned all our natural enjoyments ought, in my view, to be rounded up and locked together in a place where they can bore each other rigid with their futile nostrums for eternal life. The rest of us should live out our days in a chain of linked symposia, in which the catalyst is wine, the means conversation, the goal a serene acceptance of our lot and a determination not to outstay our welcome".</span> </span></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial","tahoma","helvetica","freesans",sans-serif; font-stretch: normal; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial","tahoma","helvetica","freesans",sans-serif; font-stretch: normal; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: x-small;">Roger Scruton: "A Philosopher's Guide to Wine"</span></h3>
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial","tahoma","helvetica","freesans",sans-serif; font-stretch: normal; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; display: inline !important; float: none; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">En imperfecta traducción:</span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;" /><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; display: inline !important; float: none; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">Bebo, luego existo</span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;" /><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;" /><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #202020; display: inline !important; float: none; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">"La forma cabal de vivir es disfrutando de las cualidades de cada uno, esforzándose por caer en gracia y, si se puede, amar a nuestros semejantes, y también aceptar que la muerte es necesaria por sí misma y un bendito alivio para aquellos a quienes, de otro modo, resultaríamos una carga. Los fanáticos de la salud que han envenenado nuestros placeres naturales deberían, me parece, ser cercados y encerrados en un lugar donde puedan aburrirse mutuamente con sus curalotodos inútiles para la vida eterna. El resto de nosotros debería vivir en una cadena de banquetes, en los que el catalizador fuera el vino, el recurso de la conversación y la finalidad una aceptación serena de lo que nos toca y una determinación de no dejar nada fuera de nuestra acogida". </span> </span><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike></h3>
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