LAS VICISITUDES DE DON PEDRO
El Papa Francisco viajará el próximo 22 de septiembre a Cagliari, en la isla italiana de Cerdeña, tal como él mismo lo anunció durante la audiencia general del pasado 15 de mayo, en que explicó que entre la ciudad de Buenos Aires y Cagliari hay una hermandad antigua. “Cuando se fundó la ciudad de Buenos Aires – decía el Papa en aquella oportunidad – su fundador quería llamarla “Ciudad de la Santísima Trinidad”, pero los marineros que lo habían llevado hasta allí eran sardos y querían que la llamara “Ciudad de la Virgen de Bonaria”. Hubo una discusión entre uno y otros y al final llegaron a un compromiso, pero el nombre de la ciudad resultó muy largo: “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de Bonaria”. Pero, claro, era tan largo que quedaron sólo las últimas palabras: Bonaria, Buenos Aires, en recuerdo de su imagen de la Virgen de Bonaria”.
Tiene más vueltas el caso. El noble don Pedro de Mendoza -reproducido arriba según el bronce de Oliva Navarro que lo evoca en el Parque Lezama-, "gentilhombre del Emperador, soldado de Italia, cortesano disoluto y magnífico -recuerda Enrique Larreta- Muchos trajes y joyas. Harto dinero. Se le decía enriquecido en el saqueo de Roma con tesoros de cardenales y basílicas...". Se decía bien, ya que salió nuestro gentilhombre de Roma con buena cuenta de vasos sagrados y, también -justicia natural, que le dicen- con una sífilis transmitida por las prostitutas romanas entregadas a la violación de la soldadesca, que ya lo estaba consumiendo cuando cruzó la Mar Océana como primer Adelantado del Río de la Plata. Ocurrió que al retorno de su aventura romana, lo tomó una terrible tormenta con la ola corta y golpeadora del Mediterráneo. Casi a punto de zozobrar, el hombre dobló la rodilla y se encomendó a la Virgen, pudiendo arribar entonces a Cagliari, en Cerdeña, puerto de pescadores donde tiene su santuario la protectora de los marineros, la Virgen de Bonaria. En 1536, por eso, funda el puerto de Santa María de los Buenos Aires, y no una ciudad, porque no plantó rollo de justicia ni realizó el ceremonial prescripto para esas erecciones, cuchilladas al aire inclusive, como sí haría más tarde en 1580, un once de junio, don Juan de Garay, para fundar la ciudad de la Santísima Trinidad, cuya fiesta se celebraba al día siguiente, y refundar el puerto de Santa María de los Buenos Aires.
Mendoza, pues, il primo ladro. Que, eso sí, nos regaló el nombre
1 comentario:
il primo ladro che non fu lo stesso Cristoforo?
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