El sol del Veinticinco viene asomando con un tradicional desbole argentino: "cooperativistas" del Frente Darío Santillán acampando en la avenida de Mayo, vallado en la plaza (a la altura de la antigua Recova) y tedeum en la Catedral. El santo del Veinticinco es, justamente, el Gregorio VII del post anterior. No resultó santo súbito, como él había preconizado para todo pontífice en funciones. Fue canonizado por un papa Borghese, Paulo V, en 1606, en plena Contrarreforma. Ya lo saben: el 25 rezarle a don Goyo. Buena celebración de aquella alcaldada porteña que nos dio el primer gobierno propio, que Hildebrando nos sea propicio y Dios nos tenga a todos de su mano
miércoles, mayo 25, 2016
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