El uso del adjetivo "impepinable" por parte de nuestro presidente ha sido novedad agradable, tanto en quien lo pronunciara, que hasta ahora no había demostrado ningún floreo lexical, como en el periodismo, que debió salir de sus lugares comunes y mataburrarse en el RAE -diccionario de la Academia. Ahí figura impepinable, en el sentido de indiscutible, como adjetivo coloquial. No nació en el barrio, claro. No es de aquí, sino del otro lado del charco -argumento para la oposición que denuncia tenaz tendencia extranjerizante en el PRO.
Hace poco intenté que hubiese un giro en la expresión gastada hasta el cansancio de "poner palos en la rueda", que además de ser literalmente aplicable sólo al carrito del lechero que recorría las calles en mi infancia, al reiterarse levanta fastidio y produce la tentación de ponerlos efectivamente, a ver si la rueda se para de una vez. Propuse "echar arena en los cojinetes" o "sembrar miguelitos en la autopista" o, talvez, "bananear la vereda". Espero poco éxito, como en otras ocasiones.
Propongo ahora combinar "impepinable", en la propuesta de nombres para la CSJN, con un verbo también venido del otro lado del charco, un anglicismo coloquial, en el caso. Me refiero a "flipar", que he oído trabajosamente en películas españolas sin subtítulos en castellano, o leído en traducciones azarosas:
Flipar,
según la R.A.E.: (del ingl.amer. to flip, agitar, sacudir).
1.intr.colq.
Estar bajo los efectos de una droga.2.intr.colq. Estar o quedar entusiasmado.
3.intr.colq. Agradar o gustar mucho.
Lo veo a Mauricio diciendo: "Me flipa Lilita para la Corte ¡Impepinable!"
Pepinee, don Pichetto, pepinee, en ese caso.
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